La víspera anterior a una boda romana, la mujer cogía sus juguetes y los consagraba a Venus, Fortuna Virginalis o sus Penates🦋
Cambiaba sus vestidos de niña por una túnica blanca ribeteada de púrpura que le llegaba a los pies.
A su alrededor, un cinturón de lana ceñido con un nudo especial, llamado nudo hercúleo. Sobre la cabeza se colocaba un velo de color anaranjado que la cubría hasta los pies, el flammeum.
El cabello estaba recogido con cintas y dividido en seis crines, separadas por una punta de lanza arrancada del cuerpo de un gladiador muerto.
Lo más probable es que en época arcaica la lanza fuese el arma con la que el novio habría vencido a sus primeros enemigos.
Tres crines caían a un lado de la cara y las otras tres sobre el otro lado. Sobre el cabello, una redecilla anaranjada. Una vez casada, la novia se recogería las seis crines para hacerse un moño, símbolo de las matronas romanas.
La prometida era acompañada por una madrina, la pronuba, que se hubiese casado con un solo hombre.
La casa de la novia se decoraba con cintas de lana, guirnaldas, flores y coronas de mirto y laurel. Se sacaban las imágenes de sus antepasados para que estuviesen presentes.
Al amanecer del día de la boda, el padre de la novia ofrecía una víctima y se examinaban sus entrañas para auspiciar si los dioses favorecían el matrimonio. Si los auspicios eran positivos, se firmaban las tabulae nuptiales frente a diez testigos.
En las tabulae nuptiales se especificaba la dote pactada. La madrina unía las manos derechas de los prometidos, una sobre la otra en señal de unión. El novio preguntaba: ‘’¿Quién eres?’’. A lo que ella respondía: ‘’Ubi tu Caius, ego Caia’’, "Donde tú eres Gayo yo soy Gaya.
Tres niños, cuyos padres estuviesen vivos, permanecían a su lado sosteniendo una antorcha encendida.
Los invitados felicitaban a la pareja con repetidos: Feliciter, feliciter. Los novios se comían un pastel sagrado de espelta que después también se repartía entre los invitados.
El resto en la próxima publicación⌛
Fuentes:
Ariés, P. & Duby, G. (1991). Del Imperio romano al año mil. Historia de la vida privada. Madrid: Alfaguara📚
Guillén, J. (1988). URBS ROMA. Vida y costumbres de los romanos I. La vida privada. Salamanca: Ediciones Sígueme📚
Marcos, M.A. (2006). Peculiaridades nupciales romanas y su proyección medieval. Minerva, nº 19, pp. 247-283. Universidad de León📚
Ilustración de portada de Massimo Todaro🖌️
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En la Antigua Roma existían diferentes métodos anticonceptivos🌱.
El aborto, por ejemplo, podía ser mediante una intervención quirúrgica o la toma de alguna sustancia nociva. Este método era muy peligroso y significaba un riesgo mortal para la mujer.
No era delito practicarlo, pero debía ser autorizado por el padre. La mujer tenía totalmente prohibido decidir de forma independiente.
Otras opciones, ya nacido el bebé, eran su abandono -los niños expósito- o su infanticidio en el caso de no ser aceptados por el padre.
Sorano recomendaba a la mujer mantener la respiración mientras el hombre la penetraba y retirarse antes de la eyaculación, para después agacharse, estornudar y beber algo frío.
En Roma los dados y las tabas eran los juegos de azar más populares. Estos dos juegos eran conocidos milenios antes por otras culturas🎲
Heródoto, historiador griego del siglo V a.C., ya reconocía la popularidad de los dados y las tabas en su época.
En Roma y Grecia, el lanzamiento de dados o tabas y su resultado se asociaba a designios divinos, a la Fortuna. Es así como los sacerdotes o pitonisas podían usar cuatro tabas -una por cada una de sus caras- para intentar descifrar los designios de los dioses.
¿Sabías que en Roma existía una forma de saber si los dioses les eran o no propicios mediante el análisis del comportamiento de los pollos sagrados?🐔
La persona encargada de interpretar el resultado era el pullarius, un tipo de augur. La consulta de los pollos era muy utilizada, sobre todo, en asuntos militares.
El procedimiento consistía en que el pullarius soltaba a los pollos de su jaula y lanzaba una pregunta a los dioses. Después, ofrecía a los pollos unas tortas de trigo, observando detenidamente cuál era su comportamiento.
Detrás de todo espectáculo de masas hay centenares de personas encargadas de que todo salga tal y como está previsto🐴
¡Vamos a conocer a algunas de ellas!
Los conductores de los carros procedían de los estratos más bajos de la sociedad, siendo normalmente esclavos o libertos. En general, todos los competidores eran considerados aurigae, pero los que tenían prestigio por numerosas victorias se podían denominar agitatores.
Los conductores de carros pertenecían a una de las cuatro facciones existentes, aunque se sabe que hubo cambios de una facción a otra y que estos cambios no eran impopulares.
El origen del número 666 lo encontramos en el último libro del Nuevo Testamento, el Libro de la revelación, más conocido por su nombre en griego: Apokálypsis 😈
El manuscrito fue obra de Juan de Patmos, quien anunciaba el fin del mal con la inminente llegada del reino de Dios.
Juan concretaba que este suceso se daría en cuarenta y dos meses y que dos bestias controlarían el mundo hasta la llegada de Dios:
‘’Y vi subir del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas […] y vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida sanó.
Y toda la tierra se maravilló en pos de la bestia. Después vi otra bestia que subía de la tierra, y que tenía dos cuernos semejantes a los del cordero; pero hablaba como el dragón.’’
El murmillo fue un tipo frecuente de gladiador en la Antigua Roma⚔️
No se sabe a ciencia cierta la procedencia de su nombre, pero se especula que provenga del latín ‘’murmo’’, un pez cuyo nombre en castellano es mabre.
El mabre era un pescado frecuente en la cocina romana, por lo que es coherente que la población lo conociese y lógico que lo relacionase con el gladiador.
Uno de los oponentes más frecuente de los murmillones eran los reciarios, que a modo de pescadores combatían con una red y un tridente y los atrapaban en combate. También era frecuente que combatiesen con tracios, provocatores y oplomachus.