Con frecuencia leemos que para cuidar nuestro cerebro tenemos que cuidar nuestro intestino. Como esta conclusión es anatómicamente llamativa, este #Neurohilo va a ir sobre la relación cerebro-intestino. #Neurocosas#Neurociencia
Empezamos con algo de neuroanatomía básica: los humanos tenemos un sistema nervioso central y un sistema nervioso periférico.
El central es básicamente todo lo que tenemos dentro de la cabeza y la médula espinal (que está dentro de la columna vertebral). Y el sistema nervioso periférico es el resto.
A primera vista el sistema nervioso periférico no son más que nervios que o llevan información hacia el sistema nervioso central, o llevan órdenes del sistema nervioso central al resto del cuerpo.
Pero hay más cosas en el sistema periférico: también están los ganglios. Básicamente son unas “bolas” de neuronas y otras células nerviosas, las cuales en muchos casos están cerca o directamente pegadas a órganos.
Defino “bola”: los ganglios son básicamente una formación nerviosa compuesta por unas cuántas células estructuradas de un modo bastante simple, pero allí están. Luego vuelvo con ellas.
Un dato que sale siempre en la relación aparato digestivo-intestino es que el aparato digestivo tiene una extensa red neuronal compuesta por cien millones de neuronas.
Aquí lo primero es que esto no es ninguna cosa especial del sistema digestivo: el resto de órganos también tienen partes del sistema nervioso periférico que los conectan con el sistema central. Pero centrémonos en las cifras:
si yo tuviera un 1 por cada neurona en el aparato digestivo, pues estaría forrado y no sé, me compraría la Play o algo así. Sé que no es muy ambicioso, pero soy un divulgador científico y escribo libros: todo lo que sean más de 10 euros me abruma. Pero me estoy desviando…
…el tema es que los cien millones de neuronas del aparato digestivo, si se comparan con los aproximadamente ochenta y seis mil millones de neuronas que tiene el cerebro humano pues…
…te sale que por cada neurona que tenemos en el digestivo tenemos ochocientas sesenta en la cabeza. Es como si estuviéramos comparando un sueldo mensual de 1000 euros (cerebro) frente a un sueldo de 1´16 euros (sistema entérico).
La diferencia cuantitativa es importante porque de la cantidad de células depende en gran parte la capacidad de procesamiento, etc. Pero esta capacidad también depende de las estructuras que formen esas células.
Y como he comentado antes, los ganglios son bastante pobres también a nivel de complejidad estructural.
Los ganglios sirven para hacer un poco de control y gestión a nivel local pero poco más. De momento queda claro que ambos sistemas no están, PARA NADA, al mismo nivel.
Pero es cierto que están conectados. Lo cual, os recuerdo, que también ocurre con el resto del cuerpo. Y si se nos jode una parte, por ejemplo nos rompemos una pierna, esto nos afecta a nivel anímico (y duele de la hostia).
Pero eso no significa que para cuidar de mi cabeza deba de cuidar obsesivamente de mi pierna.
Ahora comparto sabiduría de la buena con vosotros: esta es una conclusión a la cual he llegado tras años de estudio en el campo de la neurociencia, pero para cuidar de la cabeza la mejor estrategia es directamente CUIDAR DE LA CABEZA.
Leed, ejercitar el cerebro con cultura, estudiando, desafiándolos con nuevas pruebas, etc. Y cuidad de vuestra salud cardiovascular porque en el cerebro también hay venas. Pero volvamos a las tripas.
Concretamente al intestino: es un sitio interesante porque está habitado por la flora bacteriana y al vivir allí estos seres microscópicos van liberando moléculas: algunas incluso llegan a la sangre e influyen en el resto del cuerpo.
Este es un tema reciente bajo intensa investigación de la buena y que mola mucho, y de hecho ya se ha visto que la flora bacteriana también tiene un impacto en el cerebro.
PERO… aunque son estudios guais, por ahora os invito a no flipároslo mucho todavía: falta mucho trabajo para saber cómo, en qué circunstancias concretas, hasta que nivel, etc. llega esta interacción flora bacteriana-cerebro.
Aunque algo hay, eso hay que admitirlo. Simplemente que no os volváis locos con este tema todavía. Dad a la ciencia unos años más para madurarlo.
Otro tema que genera discusión es la bioquímica, ya que por ejemplo el neurotransmisor serotonina está presenta en el cerebro pero también en el intestino.
De hecho, en torno al 90% de toda la serotonina del cuerpo humano está en el intestino. Pero esto es irrelevante a nivel cerebral, ¿por qué?
Para entenderlo lo primero que tenemos que saber es que los neurotransmisores no son unas moléculas exclusivas del sistema nervioso. De hecho, muchas aparecen en otros tejidos y en ellos no funcionan como un neurotransmisor.
La serotonina es un ejemplo. Otro es el glutamato, que en el cerebro es un neurotransmisor, pero también en todo el cuerpo es uno de los 20 aminoácidos básicos que forman las proteínas.
Vamos, que la función de una molécula no solo depende de la molécula sino de donde esté. Pueden servir para varias cosas. En el caso de la serotonina, en el cerebro es un neurotransmisor cuyos niveles se relacionan con los estados anímicos. Pero…
…en el intestino es producida por células epiteliales (no son células nerviosas) y sirve para regular los movimientos peristálticos (movimientos de los músculos intestinales que desplazan el “alimento” por el intestino).
Resumiendo: que en el cerebro puede tener cierta relación con los estados de ánimo y en el intestino mueve la caca 💩
Y no hay ninguna prueba de que la serotonina intestinal llegue en algún momento al cerebro. Lo que sí que hay son varias razones para asumir que nunca llega al cerebro, entre las cuales…
…destaca que el cerebro es un órgano que está muy aislado del resto del cuerpo gracias a la barrera hematoencefálica:
Así que para nuestros estados de ánimo la serotonina que haya en el intestino da igual.
Con toda esta información vemos que este es un tema complicado donde en verdad con los datos que tenemos hasta ahora lo mejor es ser prudente, y que además muchas de las cosas que se defienden sobre esta relación cerebro-intestino se asientan en argumentos mal documentados.
Y ya para acabar dos cosas:
1.-Si queréis más ciencia, me tenéis todas las semanas en directo aquí: twitch.tv/neurocosas
2.- He abierto este hilo con “Almuerzo de campesinos” (1618-1619) y lo cierro con “Vieja friendo huevos” (1618), ambos son cuadros de Diego Velázquez.
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Por qué la inmunidad que adquieres al pasar la COVID es peor que al vacunarte contra la COVID. El hilo:
En unos pocos tuits a repasar resumidamente tres puntos claves del diseño de las vacunas y algunos de los datos que han ido saliendo sobre el tema. Empezamos con el diseño de las vacunas:
No todas las partes de un virus son igual de inmunogénicas. Las vacunas se diseñan seleccionando aquellos elementos del patógeno, en este caso un virus, que, entre otras cosas, generen mayor respuesta inmunitaria.
Explicación de porqué es importante gastar dinero público en generar guías de como drogarte, y porque un gobierno que haga este tipo de acciones está tomándose en serio el tema de las drogas. Empiezo:
Empezamos por lo básico, drogarse es malo para la salud pero decirle a la gente que no se drogue no funciona, entre otras cosas porque el consumo de drogas y la adicción es un tema tremendamente multifactorial que a todos en algún momento nos puede tocar.
Aparte que a nivel de comunicación la gente ya sabe, en líneas generales, que drogarse no es saludable. Así que decir "no te drogues que es malo" no funciona para ayudar a que la gente sea consciente de lo peligroso que son estos temas, y muchas veces incluso así el consumo sigue
¿Cómo somos capaces de predecir las intenciones de otras personas? ¿Cuáles son las raíces neurobiológicas de la empatía o el aprendizaje? Bienvenidos a este #Neurohilo sobre las neuronas espejo. #Neurocosas#Neurociencia#Cerebro
Para entender cómo funcionan estas neuronas nos va a ayudar conocer la historia de su descubrimiento, que tiene relación con un doctorando que tenía hambre.
Era verano en Parma y hacía calor en el laboratorio de Giácomo Rizzolatti. Eran principios de los años noventa y estaban estudiando la corteza motora (una parte del cerebro relacionada con el movimiento).
Lo primero es ver un poco cómo funciona nuestro sentido del dolor. O lo que es lo mismo: la nocicepción. Porque veréis, una cosa que nos han enseñado mal a todos en el colegio es eso de que tenemos cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Tenemos muchos más.
Por ejemplo, sentir los cambios de temperatura es la termocepción, notar la postura corporal es la propiocepción y sentir dolor es la nocicepción.
Empezamos con algo sencillo, ¿cuánta gente consume cafeína diariamente? Pues casi todo el mundo: se estima que aproximadamente el 80%-85% de la población mundial consume cafeína todos los días.
Y si os paráis a pensar, tampoco hay muchas más sustancias que consumamos diariamente casi toda la población. Pero bueno, ese es otro tema.
Se ha publicado un artículo donde algunos expertos culpan a los videojuegos de la violencia juvenil, concretamente del asesinato de Samuel.
En este #Neurohilo vamos a ver con datos científicos como afirmaciones de este tipo son falsas.
Lo primero, eso sí, comentar que al parecer han corregido parte del titular original pero las declaraciones siguen estando y de hecho “Fornite” o “GTA” son de las pocas palabras en negrita en todo el cuerpo del texto.
“Antes teníamos aquello de los dos rombos” que señalaba los programas de televisión no aptos para menores, rememora Alamancos, “ahora no hay filtros”. “A cualquier hora, los chicos tienen ante ellos series y juegos hiperviolentos a los que están enganchadísimos, como Fortnite”.