Thread by @pjbarrecheguren

Como hoy es el #DiaMundialContraelDolor voy a hablaros en este #Neurohilo de lo que ocurre cuando sentimos menos dolor del que deberíamos, ¿es bueno o malo?
#Neurocosas #Neurociencia #Cerebro

Lo primero es ver un poco cómo funciona nuestro sentido del dolor. O lo que es lo mismo: la nocicepción. Porque veréis, una cosa que nos han enseñado mal a todos en el colegio es eso de que tenemos cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Tenemos muchos más.

Por ejemplo, sentir los cambios de temperatura es la termocepción, notar la postura corporal es la propiocepción y sentir dolor es la nocicepción.

Características importantes de la nocicepción: tenemos por todo el cuerpo nervios cuyas neuronas tienen nociceptores. Estas moléculas cuando se activan, activan a la neurona que…

…manda un impulso nervioso hasta el cerebro. Allí, este llega a unas zonas concretas encargadas de procesar el dolor y solo cuando esto ocurre, sentimos dolor.

Y algo importante es saber que los nociceptores son receptores polimodales: es decir, se activan ante distintos estímulos.

Por ejemplo, los cambios de presión bruscos por un golpe o exponerse a cambios de temperatura fuertes (quemaduras), o el contacto con sustancias potencialmente lesivas como ácidos, etc. Flipa piruleta.

Vale, quizás no estáis flipando conmigo en este momento. Os ayudaré a que os maravilléis con este detalle.

Pensad en vuestros ojos, en ellos hay receptores de la luz (fotoreceptores) y según la luz que les llega o no llega, pues ellos van funcionando y vosotros veis. Estos receptores SOLO se activan ante cambios de luz. El resto del UNIVERSO les da igual. Solo les importa la luz.

Lo mismo pasa con el resto de los sentidos, salvo el dolor. Flipad saltamontes, troncos. Pero bueno, que cuando se activan los nociceptores estos envían una señal nerviosa a ciertas partes del cerebro y…

…solamente cuando estas partes se activan, sentimos dolor. No antes. Así, resumiendo mucho, funciona nuestra percepción del dolor. Vale, ¿y esto para qué sirve?

Porque vamos a ver, esto de sentir dolor no es nada agradable y si nos ponemos a revisar las cifras del impacto que tiene el dolor en la sociedad son enormes: el 15% de la población mundial sufre alguna forma de dolor crónico y el impacto socioeconómico que tiene esto es brutal.

Pero estas cifras dan para un hilo aparte. Centrémonos… creo que la mejor forma de entender por qué sentimos dolor son los casos clínicos de gente que no siente dolor.

No hay muchos: están documentados menos de 50 casos de Insensibilidad Congénita al Dolor desde el primer caso clínico documentado en 1932.

Los pacientes con esta enfermedad aparentemente están bien. Todo normal a nivel neurológico salvo dos cosas: tienen problemas de olfato y… no sienten el dolor.

Centrémonos en el dolor. Estos pacientes al no sentir el dolor enseguida empiezan a autolesionarse: los bebés se hurgan en las heridas, se muerden sin control yemas de los dedos, labios…

…hasta el punto de poder llegar a perder parte de los labios, etc. Cuando crecen un poco, esto ya no pasa pero claro, los críos jugando tienen poco cuidado y les cuesta mucho darse cuenta si se han lesionado, etc.

Y puede parecer que esta situación con un poco de educación, cuidado y cuando ya los niños sean adultos pues el problema ya se arregla. Pues no, incluso cuando son mayores se enfrentan a muchos problemas porque el problema va más allá de que si te pegas un golpe no lo notas.

Pensadlo, si no os doliera algo cuando estáis enfermos, ¿cómo sabéis que algo va mal? Un ejemplo de esto es que estos pacientes suelen tener muy malas posturas corporales lo cual les da muchos problemas de espalda, etc.

Y claro, tampoco notan problemas que nosotros a la primera señal de aviso vamos al médico y le decimos “me duele esto y…”. Así que paradójicamente su salud y calidad de vida son menores que la de alguien que percibe el dolor con normalidad.

Y es que el dolor, dentro de unos parámetros normales, tiene una función protectora que es clave para nuestra supervivencia: nos ayuda a saber si algo está mal en nuestro cuerpo. Pero no solo eso.

También nos obliga a descansar la parte lesionada, lo cual permite su adecuada recuperación. Para mí, esta segunda función en esta época es clave porque…

…con la precariedad laboral que hay y lo estresados que vamos todos, yo creo que muchas veces si no nos dolieran las cosas no pararíamos hasta que reventáramos del todo.

Pero bueno, me he desviado. Cerrado con la Insensibilidad Congénita al Dolor, sabemos la causa: el problema está en que los nervios donde tienen los nociceptores son…

…incapaces de activarse adecuadamente y enviar el impulso nervioso a las áreas del cerebro encargadas de procesar el dolor. Aparte, no hay ningún tratamiento y me gustaría resaltar una cosa.

El resto de los sentidos funcionan con normalidad (salvo el olfato), así que si por ejemplo metieran la mano en agua hirviendo notarían que el agua está muy caliente o si se golpean notan el cambio de presión.

Pero a estas percepciones no les acompaña la señal del dolor y por lo tanto no pueden distinguir instintivamente si se están lesionando o no.

Y con esto voy a ir cerrando. Si queréis más divulgación, cada semana hago directos donde explico ciencia en:
twitch.tv/neurocosas

Y acabo comentando que el cuadro que abre este hilo es “El grito” (1893) y lo cierro con “El caminante nocturno” (1932-1924), ambos del noruego Edvard Munch.