Raúl Ramos Zavala fue abatido el 6 de febrero de 1972 en el parque México de la colonia Condesa. Líder de la Juventud Comunista del PCM, Ramos se decantó por el ascenso a una etapa superior de lucha, la vía armada. Su muerte fue parte del llamado #inviernogris de la guerrilla. 🧵
La justificación de Ramos para el viraje de la lucha civil a la militar se encuentra en su texto "El proceso revolucionario en México," donde plantea la necesidad de un movimiento clandestino de defensa, capaz de responder a los embates contra los movimientos sociales abiertos.
Ramos encabezó a los llamados Procesos, quienes impulsaron comandos guerrilleros urbanos y promovieron la creación de la Organización Partidaria, una coalición que buscaba articular a todos los grupos armados del país. Esta dio origen a la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Ramos no alcanzó a ver los resultados de sus negociaciones con líderes guerrilleros rurales y urbanos. Su cita en el parque México con Heber Matus fue ubicada por la policía. Ramos y su acompañante, Sánchez Hirales, fueron heridos. Matus y otros miembros de su célula, detenidos.
Una versión sostiene que la policía, en lugar de llevar a urgencias a Ramos de inmediato, dejó que se desangrara hasta morir. Los demás detenidos fueron torturados y encarcelados, aunque Matus y su compañero de célula, Ramón Sosamontes fueron liberados posteriormente.
Sosamontes deslizó la versión de que Matus entregó al grupo. Sin embargo, Matus compareció ante la fiscalía especial de la guerra sucia (la FEMOSPP) para dar a conocer su versión de los hechos. En su opinión, el infiltrado era Sosamontes.
Otra posibilidad es que, como sugieren los reportes policiacos, no hubiera habido infiltración, sino que un policía se hubiera acercado a Ramos y Sánchez al verlos en actitud sospechosa. Aunque no hay certezas plenas, hay cosas que abonan más a una visión que a otra.
Las veces que entrevisté a Matus me pareció un hombre íntegro,capaz de mirar fijamente a los ojos a la par que ofrecía una explicación del origen del rumor que lo ubicaba como el delator. El hecho que fuera detenido y torturado para confesar era clave para entender que no lo fue.
Se ha especulado mucho qué habría pasado si Ramos no hubiera sido asesinado, dado que era un líder más político que militar. Su muerte dio paso a liderazgos más militaristas. A 50 años de su muerte, aún hay más dudas que certezas sobre este episodio.
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El 22 de diciembre de 2003, un amigo y yo visitamos Acteal con motivo del sexto aniversario de la conmemoración de la masacre de 45 tzotiles a manos de un grupo paramilitar indígena respaldado por los tres niveles de gobierno. Nunca he podido verbalizar lo que vi ese día.
La matanza de Acteal es uno de los peores crímenes de lesa humanidad que se han cometido en un país acostumbrado a las masacres. La sevicia contra civiles vulnerables y desarmados ha sido el sello de esta violencia desde la matanza de la familia de Rubén Jaramillo en 1962.
Como parte de su modus operandi característico, el sistema de justicia buscó chivos expiatorios. Un grupo de 70 presuntos culpables fueron detenidos y torturados para autoinculparse. El debido proceso se violó a cada paso. Sólo las comunidades de Chenalhó sabían la verdad.
Están en lo correcto mis amigos chilenos que se quejan de que otros latinoamericanos proyectamos nuestros issues en Chile. En mi país he visto ascender al poder a políticos que son como Cepillin y Tribilin, sociopatas e iluminados socialconservadores, nadie de izquierda.
Es larga la historia de como la izquierda socialista y post-socialista colapsó. Algunos sobrevivientes se corrieron a la socialdemocracia y otros a la derecha. Los menos resisten.
Hay dos países en los que no se si me alcanzará la vida para ver el triunfo de una izquierda genuina: Estados Unidos y Mexico. Cuando AMLO ganó como cabeza de una coalición plural, sabíamos que la sociedad mexicana no daba para más.
Mi libro sobre las Fuerzas de Liberación Nacional de México nunca vio a la luz en una edición adecuada porque fui objeto de toda clase de amenazas, chantajes y difamaciones por parte de diferentes actores, incluyendo a exagentes de la DFS y gente de izquierda con negro pasado.
En 2008 yo era sólo una estudiante que quería dar a conocer la existencia de la guerra sucia y ayudar cientos de familias a encontrar a sus desaparecidos. No tenía ni trabajo, mucho menos poder, mientras que gente que lo tenía todo quiso acallarme.
Cuando la correlación de fuerzas es tan desfavorable y cuando los aliados son tan débiles, a veces no queda nada más que hacerse a un lado. Ese hacerme a un lado significó no llegar hasta las últimas consecuencias en mis revelaciones.
En este hilo hablaré de la guerra civil española, sus exiliados, la guerrilla mexicana y la elite académica mexicana, en torno al reciente escándalo del Conacyt.
A fines de los años ‘90 estudie historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Una cosa muy rara que hacían allí era fomentar la reverencia a los exiliados españoles y sus descendientes. Algunos profes eran obvios en su preferencia por los chicos del Colegio Madrid.
Fue así como terminé leyendo a muchos autores del exilio español, más de los que se enseñan en cualquier parte del mundo. Nunca cuestionamos quiénes eran o que habían hecho antes de exiliarse, su status de exiliados los purificaba de toda crítica o cuestionamiento.
En este hilo voy a comentar mi hipótesis de las razones por las que creo que #ManuelBuendía fue asesinado. Lo primero que hay que notar es que nadie en México hubiera podido matar a un contacto de la DFS, excepto la propia DFS.
En los casos en que una corporación mataba a un agente de otra corporación, las tensiones escalaban hasta llegar a la confrontación física. Ejemplo: la Policía Judicial de Sinaloa mató al militar Gustavo Sámano en 1977. En respuesta, el ejército desapareció a SIETE judiciales.
Si Buendía ventilaba tantas cosas de seguridad nacional, no sólo era por su valentía, que sin duda era su principal atributo, sino también porque tenía cierta cobertura por parte de la DFS. Sin embargo, todos los que han investigado el caso han concluido que la DFS lo mató.
#ManuelBuendía no fue el primer periodista asesinado cuyo caso produjo un escándalo en el gremio. El 13 de febrero de 1978, el periodista sinaloense que cubría la Operación Cóndor, Roberto Martínez Montenegro, fue asesinado al parecer por agentes de la PJF-PGR de Sinaloa.
Por cierto que en esos años Alejandro Gertz Manero era el jefe de los coordinadores de la PGR en Sinaloa, Carlos Aguilar y Jaime Alcalá, quienes tuvieron que salir huyendo de Sinaloa después de haber asesinado al famoso capo Pedro Avilés Pérez.
No saben cómo me gustaría preguntarte al Lic. Gertz quién dio la orden de matar a Avilés y a Montenegro, entre otros muchos otros ejecutados en el contexto de la Operación Cóndor, lástima que sea fiscal de la nación, pues en teoría ninguna autoridad está por encima de él.