En los expedientes de contratación pública todo lo que puede estar mal, en algún expediente acaba estando mal: fechas imposibles, órganos de contratación con faltas de ortografía, NIF erróneos… Llevo unos meses compartiendo aquí los ejemplos que encuentro en mi camino.
El tipo de error que he encontrado hoy es muy sutil. Veámoslo con un ejemplo: el mantenimiento de este ascensor en Cantabria:
Los datos son válidos de forma independiente, pero así relacionados son incoherentes. Solo hay tres opciones:
1⃣ El NIF está mal
2⃣ El nombre de la empresa está mal
3⃣ Tanto el NIF como la empresa están mal
Lo sucedido aquí parece ser el caso 1⃣: han consignado correctamente el nombre del contratista (ZARDOYA OTIS, S.L), pero le han atribuido el NIF de una empresa diferente, llamada SETELSA SECURITY, S.L.
¿Y por qué es importante esto? 👇
Cualquier análisis de los datos públicos de contratación ha de hacerse por vías informáticas («big data»), pues hablamos de 1,9 millones de contratos. El problema de estos errores es que distorsionan el análisis.
Porque, ¿a qué empresa ha de atribuirle el análisis este contrato?
Si el algoritmo se fia del NIF este contrato sería erróneamente atribuido a SETELSA. Y del nombre no nos podemos fiar, porque como vimos en los fascículos anteriores de «Jaime y los contratos: la muerte a pellizcos», en cada aldea los escriben diferente.
Una posible solución es probabilística: «clusterizar» los nombres que cada organismo público asigna a cada NIF, y sospechar de los clústeres menos poblados. En este ejemplo, se observa que «SETELSA» y «SUPPORT» son denominaciones frecuentes para este NIF, pero «ZARDOYA OTIS», no.
Como siempre, hubiera sido más sencillo que el dato erróneo no llegara a entrar en el sistema cántabro de contratación, desde donde luego se ha propagado a la base de datos estatal (PLCSP)… y a cualquier análisis que posteriormente se haga con ellos.
Por cosas como esta son *tan* importantes los interfaces de entrada de datos. Y es por esto que tanto las empresas tecnologícas como las AAPP a cargo de servicios digitales deberían tener en sus equipos diseñadores de experiencia de usuario (UX) que diseñen interfaces eficaces.
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¡Sigo avanzando en mi análisis de la contratación pública! 🤓. Hoy he programado una cosa muy chula:
👉 ¿Qué organismos públicos contratan con más frecuencia a una empresa dada? 🤔
🧵 Veamos, por ejemplo, el caso de EL CORTE INGLÉS.
Hay 856 organismos públicos con compras a El Corte Inglés.
🏆 El récord lo ostenta la Universidad de Murcia, que ha registrado 1.146 compras en estos grandes almacenes.
🥈 El segundo puesto es a mucha distancia: 238 compras ha hecho allí el Gobierno de Castilla-La Mancha.
Nótese que El Corte Inglés es un grupo empresarial. Los datos del tuit anterior se refieren exclusivamente a los contratos públicos suscritos con los grandes almacenes (NIF A28017895). No he incluido las compras a IECISA (Informática), Viajes El Corte Inglés, SuperCor…
Así, cuando el Ayuntamiento de Springfield necesita construir una perrera, convoca un concurso público y clasifica la licitación con el código CPV 45223600-2: «Trabajos de construcción de perreras».
Los licitadores pueden «vigilar» los códigos de su interés. Todas las empresas de Springfield y alrededores especializadas en construir perreras pueden monitorizar el código 45223600-2. Y cuando sale un concurso público con ese número, presentar su oferta.
Hoy he escrito el programa que descarga y procesa el Directorio Común de Unidades Orgánicas y Oficinas (DIR3). Se trata de un inventario común de organizaciones públicas.
No todas estas unidades organizativas se corresponden con un organismo público. En el DIR3 aparece también oficinas, entidades menores (los pueblos que componen algunos ayuntamientos)…
El DIR3 tiene una estructura jerárquica. Por ejemplo, la empresa pública XARXA AUDIOVISUAL LOCAL, SL depende de la Diputación de Barcelona. Estas dependencias a veces tienen más niveles:
Subdirección de Tiranosaurios 👉 Dirección general de Dinosaurios 👉 Ministerio de Fósiles
¿Por qué la imagen digital de las más altas instituciones del Estado es cutre? Estoy en el portal del Ministerio del Interior. Los logos aparecen pixelados y borrosos. Incluso el del Plan de Resiliencia, que está recién puesto.
En Francia, Italia u Holanda la imagen es buena.
La frutería de mi barrio tiene un certificado de seguridad. Cuando accedo al Ministerio del Interior de mi país, en cambio, el navegador me advierte de que es un sitio inseguro y de que la información que dé podría ser robada.
¿Tanto cuesta poner un certificado de seguridad?
Esto no es solo un problema técnico. Es un torpedo a la confianza de la ciudadanía en las instituciones.
La primera impresión al entrar al portal ministerial es de desconfianza: un riesgo de seguridad, unos logos cutres y borrosos…
Hoy he dedicado mi día a perfeccionar el método de extracción del NIF de los contratistas que encuentro en los datos oficiales. A priori parece fácil. Basta con utilizar el dígito de control (o la letra) para comprobar la validez de cada NIF.
Chupado, ¿verdad? Pues no.
El problema es bastante más complejo. Y, algorítmicamente, muy interesante.
La primera vuelta de tuerca viene cuando el funcionario aplica la imaginación a la hora de escribir el NIF en el expediente. Pero tiene fácil solución 🎉.
Pero con tantísimos contratos públicos, tarde o temprano te encuentras con casos más exóticos, como estos de la imagen. Porque las herramientas informáticas de algunas administraciones no validan los datos al introducirlos, así que pueden escribir cualquier cosa…
❗️ Lo que dice Mikel es para reflexionar. ¿Qué transparencia es esta si para utilizar los datos públicos hay que ser un supermán o darse la paliza que me estoy dando? Las AAPP tienen que publicar datos que tengan un mínimo de calidad.
Y la calidad del dato no es solo que estén libre de errores (los que me leéis os lo estaréis pasando pipa con la cantidad de ellos que estoy cazando y comentando). Es también que los datos sean precisos.