En el año 2003 fue la primera vez que decidí ingerir los renombrados productos de @KFCRepDom. En esa especial ocasión, uno de los platillos que acompañaba tal buffett era la muy particular ensalada de repollo conocida en los países angloparlantes como coleslaw. 
Les dejo saber que el pollo no fue nada deslumbrante, pero lo que si tuvo secuelas graves sobre mi persona fue esa ensalada, ya que al día siguiente tuve frecuentes y largos encuentros con el excusado. 😩😩😩
Bajo la mirada insigne de Dios, juré que no volvería a consumir esta parafernalia. De ahí en adelante, ignoré todo llamado de esa cadena de comida. No fue sino hasta hace unos 2 años cuando decidí darles otra oportunidad. Pero evadiendo siempre ese infernal preparado de repollo.
Pues les cuento que ayer, bajo una emergencia en donde se combinaron el hambre y la ausencia del propano, llamé a a la cadena del insigne coronel Sanders y ordené un servicio familiar.
Si bien el pica pollo tiene un atractivo más delicioso y asequible, no poder la capacidad de manifestarse en tu domicilio a través de un emisario en uniforme.
Pues el esperado paquete resultó que cuál caballo de Troya, tenía dentro de si un recipiente donde reposaba el infame coleslaw...
Parecía que el mismísimo Loki atentaba contra mi.
Parecía que el mismísimo Loki atentaba contra mi.
Ante tal fétida presencia, antiguos traumas amenazaron con resurgir. Pero siendo ya una persona adulta, decidí encarar mis miedos y volver a probar esa invención tan particular.
La sorpresa invadió mi ser. No recordaba haber tenido estas sensaciones la primera vez. Su sabor y texturas contrastaban perfectamente con las del grasiento pollo frito, así que me embarqué en una aventura culinaria que tuvo satisfactorios resultados.
Pero todo fue una trampa, pues encuéntrome hoy día y en estos precisos momentos, postrado y adolorido en la cerámica del inefable trono blanquecino donde tanto plebes y nobles dejan salir aquello que ya su cuerpo no necesita.
¡Maldito seas, coleslaw de KFC!
