-Españoles, le contestamos.
-Ohhh viva España, Real Madrid, Barcelona, Messi...
-No, qué va, de Málaga.
-Ohhh Unicaja gana a Maccabi en Euroliga ¡Muy bueno!
-Porque está roto siniora, mire este, es fantástico, hecho a mano con madera del Monte de los Olivos, ¿bonito eh? Se lo dejo en 100 euros.
-¡Venga ya, 100 euros! contesté yo. Si pone Made in China .
-Pero sácame ese Belén de abajo que es muy bonito, a ver que vea dónde está roto
-No, siniora, se lo ruego, ese Belén no está en venta.
-¡Pero si sólo tiene un cuerno roto el buey!, respondió ella.
-Anda y no digas tonterías, le dijo. ¿Te convencerían 200 euros?
-No, siniora, no puedo venderlo, es delicado, no entenderían.
-¿Que no entenderíamos qué? No digas sandeces.
-¿Qué dices de fe?, dije. ¿Fe en qué o en quién?
-Fe en Cristo.
-¿Fe en Cristo? Nosotros somos cristianos, le dije.
-Mira, así de grande es mi fe. Al niño se le cambió el rostro y sonrió.
-¡Pero bueno, si estáis aquí! ¡Venga, que os estábamos esperando!
-Jajajaja, rio el chico con la misma sonrisa contagiosa de la otra vez.
–"¡No se preocupe, siniora. Ellos ya saben que yo estoy donde tengo que estar! ¿Dónde si no? ¡Buon viaggio!
-¿Qué era eso que le has mostrado al niño? ¿Un rosario?
-No, hombre, mira
(Me enseñó esto)
-Te pido Señor que me rescates cuando me extravío, que me busques cuando me pierdo
-Que yo pueda también ser alimento para quienes me rodean, que pueda entregar mi vida por los demás.
-Que en esta próxima Cuaresma pueda yo aceptar la llamada a la conversión que proclamaba el "testigo de la Luz".
-Que mis fallos y continuas infidelidades nunca me aparten de tu misericordia, Señor.
-Dame Señor, como a ellas, la valentía para proclamarte, y la compasión con mis hermanos que sufren
-Concédeme, Señor, poder llevar mi cruz de cada día con la confianza de San José
-Líbrame, Dios mío, del mal de la soberbia que me enfrenta a Dios
-Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día.
-Bajo tu amparo me acojo, Santa Madre de Dios
-¿Qué pasa?
-¡Mira lo que me ha pasado!
-¿Qué? ¡Tranquilízate! ¿Estás bien?
-No, qué va, llevo toda la tarde solo. ¿Qué le has dicho, qué hacía aquí?