Percibo un fenómeno relativamente extendido entre ciertos sectores de la vanguardia ideológica, tan curioso como dañino, que consiste en usar un estilo de discusión chulesco y agresivo, "de barrio" (los demás es que hemos nacido y sobre todo vivimos en urbanizaciones burguesas).
Me parece que dicho fenómeno es el anverso del rancio obrerismo esgrimido por el viejo y decadente revisionismo "ortodoxo". Lo interesante del tema es que probablemente estos elementos ignoran que cuanto más "obrero y de barrio" se aparenta ser, más burgués se es.
Primero, porque este obrerismo y barrialismo impostado esconde un esencialismo que nada tiene que ver con el marxismo revolucionario, el cual, conviene recordarlo, no busca potenciar ciertos aspectos del proletariado como clase en sí, sino revolucionar su condición de explotado.
Además, ¿no será que a lo mejor algunos no sois tan "obreros" y "de barrio" (aunque al marxismo se la traen al pairo estas poses esencialistas de "gen obrero")? Porque, ¿qué pasa, que el "auténtico" obrero "de barrio" tiene que ser agresivo, chulesco, irrespetuoso...?
Aquí este empirismo obrerista os golpea como un bumerán, ya que no hay nada más burgués y reaccionario que ver en el proletario solo al obrero, que reducirlo a su condición estereotipada, burguesa. ¡Y a ver si es que también no conocéis a tantos obreros y obreras como decís...!
