Hace mucho tiempo, cuando los únicos que competían por la primera línea de playa en La Manga eran los mosquitos, la dictadura de Franco inventó por ley los Centros de Interés Turístico Nacional. Paraísos del ladrillo diseñados para ser aspiradoras de divisas. Desarrollismo puro. 
Tras la II Guerra Mundial, España había quedado aislada. En 1946 era expulsada de Naciones Unidas al resolver la Asamblea General que el Gobierno fascista de Franco no solo había llegado al poder gracias a Hitler y Mussolini, había colaborado con ellos en la Guerra.
El país se asfixia. Por el aislamiento y por el modelo económico autárquico, resumido en aquella afirmación de Franco según la cual “España es un país privilegiado que puede bastarse a sí mismo”. En el marco de la Guerra Fría, EEUU ve una oportunidad en esa asfixia.
En 1953 se firman los Pactos de Madrid. EEUU establecerá bases militares en España a cambio de créditos. Pero además, el franquismo debe abrirse. En el seno del Régimen se vive un terremoto entre partidarios y detractores de ese giro.
En 1959, con el país al borde de la suspensión de pagos, Franco dice adiós a la autarquía y da vía libre a su ministro de Hacienda diciéndole aquello de “haga usted lo que le dé la gana” (Historia económica de España – Comín, Hernández y Llopis). Nacen los Planes de Desarrollo.
El dinero que envían a sus familias los españoles que se han ido a trabajar fuera y el turismo incipiente demuestran la importancia de captar divisas. En un país rodeado de sol y playa, con el turismo despegando a nivel mundial, está claro qué sector se va a encargar del milagro.
Año y medio después de llegar al Ministerio de Información y Turismo, Manuel Fraga tiene lista la Ley de Zonas y Centros de Interés Turístico Nacional. Se van a elegir áreas que tendrán su plan de urbanismo y todo un abanico de ventajas para sus privilegiados propietarios.
Todo lo que estorbase a esos planes podría ser eliminado, expropiado o trasladado, incluidas las industrias que estuvieran en suelo que se quisiera destinar a levantar hoteles.
Hasta 1975, se aprobaron 78 Centros de Interés Turístico Nacional, muchos de sol y playa pero también estaciones de esquí. Se programaron más de 22.000 hectáreas de suelo con una capacidad de 890.000 plazas turísticas. En este mapa puedes ver el número de plazas por cada centro.
¿Quiénes estaban entre los primeros de la fila para solicitar la aprobación de su proyecto como CITN? Amigos del Régimen como José Banús y Tomás Maestre. Del primero, de dónde procedía su riqueza y lo que hizo en Marbella hablamos aquí. datadista.com/playa-burbuja/…
¿Quién es Tomás Maestre, el padre de La Manga? ¿Quién era su familia? ¿De dónde procedía su riqueza? ¿Qué les unía al Régimen de Franco? ¿Cómo acabó La Manga convertida en esto?
A finales del siglo XIX, con su título de doctor en Medicina en la maleta, José Maestre, bisabuelo del 'padre de La Manga', vuelve a Murcia y se instala en Portmán, donde se casa con una de las dos hijas de Miguel Zapata, el Tío Lobo. En la foto, la casa del Tío Lobo en 2017.
Zapata, procedente de una familia de ganaderos, había logrado fortuna como empresario minero en la sierra de Cartagena-La Unión, gracias en gran parte a que las condiciones en las que trabajaban los mineros eran pésimas.
El doctor Maestre fue la horma de Zapata. Del matrimonio con su primera hija nacieron cinco hijos y, cuando esta murió, se casó con su hermana, con quien tuvo otros ocho.
Al morir el único hijo varón del Tío Lobo, a este ni se le pasó por la cabeza dejar los negocios familiares en manos de una de sus hijas y lo dejó todo en manos de Maestre. Su faceta empresarial no impidió en absoluto su entrada en política, al contrario.
Maestre fue alcalde de La Unión, presidente de la Diputación de Murcia, diputado y senador por Cartagena, gobernador del Banco de España, ministro de Abastecimientos, ministro de Fomento y senador vitalicio. Además de un cacique de libro.
Al estallar la Guerra Civil, tienen lugar en Cartagena fusilamientos a oficiales y civiles que habían mostrado su apoyo a los militares golpistas. Entre ellos está José Maestre, uno de los trece hijos, y padre de Tomás Maestre Aznar, artífice de La Manga.
Su muerte hace que sea su hermano quien se ponga al frente del clan y se convierta en propietario del setenta por ciento de La Manga, que había sido adquirido por la familia cuando no se le veía más utilidad que la pesca con encañizada, la sal y el pasto para el ganado.
Atónito debió quedarse cuando su sobrino, Tomás Maestre Aznar, hijo del fusilado José Maestre, le pidió que le vendiese ese trozo de tierra plagado de mosquitos para iniciar en él un proyecto inmobiliario.
No sin reticencias acabó cediendo y se inició el proyecto turístico de La Manga del Mar Menor, que tiene el visto bueno de Fraga bastante antes de que se apruebe la norma que creó los CITN. Cuando esta se aprueba, parece creada para perfiles como Maestre o Banús.
Ya lo dijo el propio Maestre muchos años después, en 1986, cuando le preguntaron en La Vanguardia con qué político se había entendido mejor. “Con Fraga”, respondió.
Porque Maestre no era solo un hombre cercano al Régimen. Era un hombre del Régimen. Es quien sustituye al frente de la Comisión de Turismo a Suárez en uno de sus momentos más delicados, cuando este es cesado como vicesecretario del Ministerio del Movimiento.
Urbanizar aquel terreno arenoso fue cualquier cosa menos fácil. Para hacer la carretera principal se tuvieron que levantar muros de defensa para aislarla de las inclemencias del tiempo y se fortaleció el suelo con toneladas de zahorra y grava.
Los trabajos e inversiones necesarios desde el primer momento serán con el tiempo la primera semilla del desastre posterior. Porque el plan original del arquitecto a quien se encargó el proyecto, Antonio Bonet, era muy distinto a lo que puede verse hoy. (Imagen de la maqueta).
Cuando empiezan las dificultades financieras, Maestre empieza a idear fórmulas de todo tipo para mantener sus proyectos. Esto incluyó la captación de ahorros de particulares a los que convertía en inversores de sus hoteles.
Uno de ellos, el LAGOYMAR, quedó paralizado en 1974 y ha permanecido así durante décadas. (Imagen del estado del hotel en 2016).
Con la crisis de los años 70, Maestre no puede atender sus pagos y empieza a pagar a sus acreedores, incluidos los trabajadores, con suelo de La Manga. A esto se debe, en buena parte, el caos estético actual y la masificación de los edificios.
Los políticos locales pusieron su parte, dando licencias de urbanización y construcción con enorme facilidad. Hubo un intento en 1988 desde el Gobierno de Murcia de frenar lo que estaba pasando pero el lobby del ladrillo, ayudado por algunos medios, ganó la batalla.
Playa Burbuja, el libro de investigación de Datadista, es un viaje en el espacio que muestra cómo dejó la costa la última burbuja pero también en el tiempo, a los inicios del fenómeno turístico en España.
La historia de los Maestre, su enriquecimiento, las condiciones de la mina, Suárez en el Collados Beach, la campaña mediática "La Manga está de moda", Miss España y cómo el ladrillo logró triunfar en La Manga forman parte de Playa Burbuja. A la venta aquí: tienda.datadista.com/products/playa…
