Thread by @Panteritaaa

UNA HISTORIA CUALQUIERA (PARTE 5)
#25N + 1 día. Pasado todo el proceso me quedé como cuando pasa un tornado por tu granja. Sale el sol pero tú estás ahí plantada en medio del caos, mirando al infinito con un trozo de tu casa en la mano y no tienes ni idea de por dónde empezar.

Para reconstruir tu casa debes elegir qué cerdito vas a ser: paja, madera o ladrillo. Podía pensar que fue mala suerte; superarlo sin que me afectara y seguir siendo yo misma; o dejar que me afectase, reflexionar, aprender y dar con las claves para que no me volviese a suceder.

Elegí ladrillo. No digo que sea la mejor opción, ni siquiera la que hubiera elegido si hubiese tenido menos fuerzas o menos necesidad, pero el batacazo fue de tales dimensiones que requería una respuesta a la altura. Elegí ladrillo porque no me quedaba otra, ni menos ni más.

Así que me busqué una buena profesional y me puse manos a la obra. Una de las primeras cosas que tuve que reconocer es que no sabía poner límites ni enfadarme y eso hacía que a menudo tragase con cosas que no me correspondía solo por no discutir. Y él se aprovechó de esto, claro.

La culpa es de quien abusa no del abusado, pero conviene aprender a decir NO: X no es mi culpa, X es una carga que no me corresponde a mí llevar, X no es mi problema, no me comas la cabeza. Y así…

También tuve que aprender a detectar a este tipo de personas. Me daba miedo volver a conocer a alguien porque esta persona a priori era la persona “perfecta”: Inteligente, divertido, educado, atractivo, detallista… Lo tenía todo. Vamos, que siempre saludaba.

Así que ¿cómo distinguir un maltratador de un hombre fantástico? Mi sistema es autodidacta así que no lo apliquéis sin consultar con un profesional, pero yo lo hago así: “Si parece de película, lo es. De película de terror”. Cuando alguien suena demasiado bien, espera, atiende...

Todos tenemos defectos por mucho que queramos ocultarlos. Evidentemente, se trata de dar lo mejor de nosotros mismos y no pagar nuestras mierdas con la otra persona, pero si no le ves defectos o no le ves un día enfadado, triste, estresado, lo que sea... Si no es humano, raro…

Yo salgo corriendo, gato escaldado huye del agua, pero como mínimo te diría que lo pongas en cuarentena y estés atenta a ver por dónde va. La persona perfecta es imperfecta. La relación perfecta también.

Otra cosa que aprendí a identificar es el círculo de la violencia. Una de las cosas que hizo que tardara en darme cuenta de dónde me estaba metiendo, es que al prinicipio, con las primeras broncas leves, era él quien después de una bronca venía a pedirme perdón:

“Lo siento, me he pasado un montón, he tenido un mal día, no tenía que haberla pagado contigo es mi culpa, no te merezco bla bla bla”. Y tú, que sabes que “él no es así, ya le conoces” vas y le perdonas “No pasa nada”. ,

Y entonces empieza a darle la vuelta a la tortilla y te dice “anda que yo ayer me pasé cuatro pueblos pero tú también hacer eso... jajaja! ya te vale, me llevaste a error” Y como tú vas de buena fe le dices “jo pues no me he dado cuenta" BOOM! Ya está liada. La culpa ya es tuya.

Si lo veo retrospectivamente esto sucedía una y otra vez y cada vez cosas más graves. Es un gif. Por si alguien está en la primera fase y le sirve para detectarlo a tiempo: Si le da la vuelta a las cosas y acaban siendo siempre culpa tuya: ¡Corre como el viento, Perdigón!

Llegados a este punto, mi psicóloga me dijo: Si tomas la pastilla azul, fin de la historia. Te doy el alta y borrón y cuenta nueva; Si tomas la pastilla roja, sacamos toda la mierda que llevas dentro y te reinvtentas para que a partir de ahora juegues tu vida en otra liga.

Tomé la pastilla roja, claro. Ahí empezó una revisión a fondo de mi vida hasta ese momento: relaciones familiares, creencias positivas y negativas, hábitos inconscientes etc etc. Y también tocó repasar cómo habían sido mis anteriores relaciones.

Relfexionando sobre ellas encontré en todas un denominador común: eran relaciones de poder. Yo siempre me he considerado lo que se suele llamar una mujer moderna. Creo que cada una somos libres para hacer lo que nos dé la gana, cuando nos de la gana con quien nos de la gana.

Y he acutado siempre en consecuencia. ¿Qué me gustaba alguien? Pues adelante. Si había atracción me parecía suficiente, para el amor ya tenía a mis amigos, así que la mayoría de relaciones eran cosa de poco tiempo. Me gustaba estar soltera a mi aire así que me venía bien así.

Sin embargo, al analizarlas vi que en todas ellas una de las dos partes salía escaldada, él o yo, pero siempre para que uno ganase con la relación el otro tenía que salir perdiendo. Me di cuenta de que si no cambiaba algo en esta dinámica, antes o después me volvería a pasar.

Ese día me pusieron deberes para casa: "Para la próxima sesión piensa qué clase de relaciones quieres tener a partir de ahora y qué requisitos tiene que cumplir una persona para que tengas una relación con ella". Y ahí fue donde tuve una crisis existencial...

...porque lo que se me reveló claro esos días no iba conmigo: "Quiero relaciones win-win basadas en la atracción, el amor, la confianza y el respeto. Si gana solo la otra persona, no me vale; si gano solo yo, tampoco. O ganamos los dos o ya no me vale".

Os parecerá de cajón pero para mí fue casi una epifanía. Y va la loquera y me dice: "Estás jodida, así no vuelves a follar en tu vida" jajaja! Fue mi primera carcajada en mucho tiempo. Lo peor es que pasé otro tanto pensando que la cabrona de ella al final iba a tener razón xDDD

Aquella revelación me obligó a deshacerme del "Yo soy así". Todos somos así hasta que tenemos una buena razón para cambiar. También me obligó a deshacerme de mis prejuicios sobre las relaciones y a tratarme a mí misma con el mismo amor, confianza y respeto que venía pidiendo.

Volverme romántica, por así decirlo, me daba vergüenza, me parecía algo anticuado, de otro siglo. Y eso es una estupidez. Es tan válido elegir relaciones pasajeras como estables, profundas o superficiales, de solo sexo o con amor de por medio... lo que sea. Lo malo es prejuzgar.

Yo cuento mi opción como ejemplo del cambio radical que se puede dar en la vida sin perder la esencia de quién eres, actualizándote a tu mejor versión. También lo cuento por si alguien se da cuenta de que tiene la misma basura que yo metida en la cabeza y le sirve para sacarla.