Los límites de Madrid Central coinciden con los de la Real Cerca, mandada levantar por Felipe IV en 1625. La pagaron los madrileños mediante una sisa aplicada al vino. Estuvo en pie 243 años, hasta 1868, cuando se derribó para construir el ensanche. Abro hilo 👇 
No era la primera cerca. La de Felipe IV sustituyó a la de Felipe II, levantada en 1566, y ésta a la de arrabal, que databa del siglo XII.
La de Felipe IV tenía cinco puertas reales y 14 portillos. De esas puertas se conservan tres: Toledo, San Vicente y Alcalá, que en aquel entonces estaba adosada al Palacio del Buen Retiro
La Real Cerca no tenía una función defensiva, sino fiscal. El portazgo se pagaba en las puertas reales, también llamadas “de registro”. Por los portillos sólo podían pasar personas. El de Fuencarral se abría a la calle San Bernardo y solía estar muy concurrido.
Los portillos no destacaban por su monumentalidad a excepción del Portillo de Recoletos, al que Fernando VI coronó con sus propias armas. Se encontraba en la actual plaza de Colón.
La Atocha fue la última puerta que monumentalizaron al final del reinado de Fernando VII. Cuarenta años más tarde la derribaron. Se encontraba donde hoy se levanta la estación de Atocha, renombrada como Puerta de Atocha en 1992.
Puertas y portillos tenían un horario. Las puertas abrían con las primeras luces y cerraban a las diez de la noche en invierno, una hora más tarde en verano. Los portillos cerraban al anochecer. Nada ni nadie podía entrar o salir de Madrid durante la noche.
Si se declaraba una epidemia la ciudad se cerraba a cal y canto para evitar los contagios. Sólo se permitía el paso de provisiones previo registro.
Hoy de la Real Cerca quedan apenas un par de fragmentos, el mayor de ellos junto a la Puerta de Toledo.
La nueva cerca no necesitará ni muros ni puertas. Unas cámaras se encargarán de denunciar a los que atraviesan la línea sin autorización y les hará pagar el portazgo.
