Hoy, día de niños, quiero hablar del peor parte que puse nunca. O de lo que es lo mismo, de la situación más triste que he vivido como profesor. Y he recibido insultos, petardos y hasta navajas... Pero lo de A.F. fue aún peor. HILO ⬇️⬇️¡TRABAJADORES SOCIALES EN LOS CENTROS, YA!
Dos Hermanas, en un IES de polígono no calificado de compensatoria, aunque el de al lado sí lo estaba. Había una fábrica de aceite que cuando echaba la pechina o lo que fuese hacía el ambiente insoportable. No había ni cuatro árboles allí, era el universo del albero y del cemento
Nada en contra de Dos Hermanas, a propósito, sitios así hay en todos lados, y esos chavales no tenían la culpa del abandono al que se enfrentaban. Por aquel entonces, yo creía estar en el mismo epicentro de los canis y las chonis. Todos los chicos, con el mismo corte de pelo...
Fue hace unos doce años. Aquel día, A.F. volvía volvía de su enésima expulsión. Venía, le ponían un parte cada hora y le volvían a expulsar un tiempo. Así de triste. Así de fracasado era y sigue siendo el sistema. Pero al menos se podía intentar dar clase cuando no estaba...
A.F. era de estos chicos que solo emiten sonidos guturales, que no intercambiaban ningún otro tipo de comunicación contigo. Si que era tercera hora y ya tenía tres partes más... En la mía empezó a molestar a compañeros de forma grave. Lo expulsé.
Era mi primer año, y no me avergüenza decir que me temblaban las piernas. Además es que a los primerizos (y a los interinos en general) siempre nos dejan lo mejorcito. No es lo más lógico para el alumnado, aunque entiendo que quien lleve 30 años se merece no volver a estos sitios
Cuando se levantó para irse, cogió el parte que le había escrito y se me encaró: después arrugó el papel en su puño a la altura de mis ojos. Y con la otra mano empezó a acariciarme la cara desafiante. No, no hice lo que todo el mundo me dice que habría hecho. Soy un profesional
Y él es una víctima de toda esta mierda. Tiró el papel a la papelera y se marchó a la sala de convivencia esa. Al poco volvió corriendo con otro expulsado, huyendo de allí, jugando al pilla pilla y con mi clase como si fuera parte del patio. Como si no estuvíeramos...
El otro se fue. Y cuando fui detrás de A.F., por el pasillo, este se subió a la barandilla de la escalera y se puso a hacer equilibrio. Mi clase estaba en un segundo piso. Cuando me acerqué a cogerle para que no se matara, se puso a hacer amagos y a moverse. Era peor...
Le pedí a un chico responsable de la clase que saliese, quería un testigo al menos. El profe de guardia no llegaba, estaría buscando al otro expulsado. O cubriendo alguna baja no cubierta, yo qué sé... Al final no se cayó, pero bajó columpiándose por las escaleras.
Yo no hacía más que imaginarme en los periódicos por no haber hecho nada, sin poder demostrar que no podía hacer nada. Mi clase, que recuerdo que 30 tenía a 10 alumnos/as con NEE, llevaba sin profesor ya unos minutos...
Le expulsaron 30 días, pero no sirvió de nada. Ya pude irme de ese infierno, en donde se quedaron trabajando grandes profesionales, y a donde llegaría gente nueva, de nuevo sin experiencia. Y sin los puntos que te da trabajar en compensatoria, que tampoco son tantos...
Ese chico tenía problemas en casa, no es ningún misterio. Lo que más me frustró no fue lo de no impedir que molestase a su compañero, lo de la carita o lo de la barandilla. Ni que decir tiene que ese día me fue imposible dar clase siquiera. Lo que más me frustró es que...
Lo que más me frustró es que NO PUDE HACER NADA MÁS POR ÉL (y por otros). Y que en aquel entonces no veía las cosas con la perspectiva de ahora, y me centré en el shock que tenía al llegar a un trabajo así después de tantas noches estudiando sin dormir, después de tanta ilusión.
Pero, ¿qué podía hacer yo? Bastante era intentar llevar ese grupo, que os podéis imaginar que ya era de por sí de lo más granado... Aparte de una ratio elevadísima sin corrección alguna por un tercio del alumnado con NEE, en ese centro batí mi récord de alumnado: 330 almas
No sé qué fue de él. Supongo que abandonó los estudios conforme cumplió los 16. Pero sé muy bien que, aparte del abuso de la ratio, en aquel centro no daba abasto la orientadora, y que no teníamos el número de PTs que debíamos tener. Y que, como en tantos otros sitios, faltaba...
... Faltaba la figura tan necesaria del trabajador social, que para casos así tan gordos es lo único que puede aportar la escuela ya. Ni adaptaciones ni refuerzos positivos ni ingenuidad, por favor. Que los políticos bien saben que no es posible atender cursos así.
El tipo de alumno que nunca entraría en una concertada, que estaba escolarizado de forma obligatoria, del que sus padres (y a saber la problemática de los de A.F.) no se hacían cargo en absoluto. Así, a porrones. Y en todos es igual de frustrante.
Nos alegramos de que los expulsen y nos dejen en paz las clases por unos días, pero el problema es de un calado mucho mayor. Algunos tutores/as se merecen un altar por el esfuerzo que les dedican, pero casi nunca es suficiente, no pueden darle los medios ni tienen la formación...
Valga este hilo para insistir en que debemos reforzar (mientras bajamos la ratio) no ya el número de orientadores/as, PTS, ALs, ATAL, monitorías de de E.E, etc. Sino una figura que solo existe muy puntualmente: el trabajador social. Cada centro debería tener al menos uno/a.
Que han pasado 12 años y todo sigue exactamente igual. Los refuerzos positivos esos son tiritas, supernobles, superútiles a veces. Pero estas cosas hay que afrontarlas de raíz. Y la escuela pública necesita más medios para ello. No tenemos varita, pero sí grandes profesionales...
Lo único que hace falta es darles trabajo. Y la escuela pública no hará magia, pero pondrá su grano de arena en una sociedad a la que también le hace falta un arreglo, adultos y adultas incluidos... Todo lo demás es segregar, legitimar el clasismo. Fin del hilo. Gracias por leer.
Y añado... Que lo de la caridad cristiana de la derecha y sus jugeutes y las visitas de famosos a hospitales en navidad está muy bien. Pero si nos queremos ocupar de la infancia de verdad (y del futuro de la sociedad) nos tenemos que ocupar de esto. YA. Que no pasen otros 12 años
