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No se puede intentar mostrar preocupación por la clase trabajadora y luego limitarse a hablar de la "gente" en general, ni decir que el eje izquierda/derecha es inútil y luego apelar a hacer frente a la (extrema) derecha. Todo no cuela.
No se puede intentar ser anticapitalista y luego limitarse a la corrupción como único campo de actuación y de denuncia frente al núcleo del capital.
No se puede decir que se es la herencia del 15M que gritaba "Que no, que no, que no nos representan" y luego andar a codazos para ver quién representa más su propia representación.
No se puede creer que se va a superar a la derecha enarbolando su propia bandera si antes no se critica el nacionalismo que la constituye.
No se puede intentar superar el bipartidismo de un régimen y luego suspirar por aliarse con una parte de ese bipartidismo.
No se puede hablar de superar ese régimen introduciendo constantemente en las listas electorales a un militar de la OTAN.
No se puede superar el régimen del capital sin contar con Sindicatos de clase, por mucho que se salga mucho por televisión o incluso se cante rap.
No se puede llamar sindicato a cualquier organización o movimiento sin hacerse trampas al solitario frente a la unidad del capital.
No se puede tapar la propia inutilidad clasista diciendo repetidamente que hay que "ir a los barrios obreros", como si fuera una visita turística.
No se puede tapar la falta de base social apuntándose a la movilización de moda que toque para aparentar ser algo.
No se puede plantear que el problema fundamental en política es la democracia, porque la (extrema) derecha siempre ha formado parte de la democracia liberal.
No se puede reducir la política al partidismo, ni el partido al espectáculo televisivo, y después sorprenderse de que los resultados electorales sigan las dinámicas de un reality show.
No se puede gritar ilusamente "Sí se puede", porque es muy fácil que, en lugar de convertirse en una profecía autocumplida, únicamente sea un esquema Ponzi piramidal que se derrumbe por sí solo.
No se puede confundir la política con el activismo de cuatro grandes ciudades y de cuatro departamentos universitarios y luego pensar que el resto vota mal o no sabe votar.
