Thread by @FlorIzcaray

Voy con otra reflexión. Quiero titularla *Sobre la incapacidad de pensar. La necesidad de una renovación epistémica para comprendernos*.

No es la primera vez que cavilo sobre qué es la intelectualidad; sobre las debilidades (no financieras) de la academia en Venezuela y sobre la actuación de profesores en este devenir societal que hoy nos embarga, a manera de catástrofe.

Uno de los rasgos prominentes de una experiencia totalitaria, en términos filosófico-teóricos, es la desaparición del individuo en su plenitud del ser. No pensar, no juzgar, no sentir, no disentir, solo seguir y obedecer.

Visto así, pareciera que esto no es tan completamente nuevo en Venezuela. Interrogarse y juzgar no es un ejercicio de venezolanidad que digamos. Porque es mejor ser *cheveres y aceptados*, que incómodos y perspicaces.

Pero tampoco era que significara acabar con nuestra propia existencia y con eso pudimos andar.

No obstante, la experiencia totalitaria del chavismo cambió esta condición. Precisamente es el código moral, el dique de contención para defenderse de la opresión.

¿Hemos tenido capacidad?

Acá viene pues la reflexión sobre nuestra capacidad *social* para desarrollar intelectualidad y bases epistemológicas que interroguen la realidad; la que es, continente y siempre vulnerable.

El asunto es con qué dispositivos culturales (acá educación y moral) hemos contado y cuáles debemos desmontar para *lograr un renacimiento e impulsar una nueva ilustración*. Y ahí viene apenas una parte de este gran proyecto: el ser humano.

En esta red nos *mezclamos en interacción* ciudadanos de diversas condiciones: académicos, estudiantes, amas de casa, trabajadores, en fin; concluir una taxonomía sería imposible. Acá no hay condicionantes raciales, sociales, educativas o profesionales. Solo ser ciudadanos.

Lo que ha permitido conocer esta red social, son los mitos, resentimientos, deficiencias y valoraciones obcecas, que se amontonan para no permitir que fluya una nueva visión sobre el país. Y eso es lo peligroso.

Porque ahí se bloquea nuestra capacidad de pensar y juzgar libremente. Sin atadura de una condición, de una conveniencia, de un grupo. Vienen a mi mente profesores, investigadores e intelectuales que se ubican en el dispositivo educativo para la incomprensión.

Por ello me educo primero a mi misma, luego a mis hijos y de seguido contribuyo en otros espacios sociales con mis ideas y preguntas.

Huyo de todo eufemismo que se refiera a una idea contraria como algo *superficial e iletrado*; toda apelación a lo peyorativo y a la degradación porque es muy difícil y laborioso el estudio y la investigación, los artículos indexados y las publicaciones aclamadas.

Desarrollemos autoestima y valía propia para desmontar estos dispositivos que estancan el conocimiento y destruyen universidades enteras. Vamos a requerir con urgencia esta capacidad intelectual de cara a una Venezuela realmente ilustrada.

Estudiantes: no se dejen amedrentar por profesores que quieran mostrarse prepotentes. Escarben, remuevan; pidan su currículum y trayectoria. Pregunten dónde pueden ubicar sus publicaciones.

Un profesor universitario debe tener líneas de investigación, estudios de postgrado y post doctorado, abonar al conocimiento, organizar encuentros académicos; luego tendrá cómo desplegarse para *enseñar*.

Por supuesto, esto cada vez es un imposible en la Venezuela destruida de hoy. Pero antes, no hay razones para que no se subiera en el escalafón.

Hay que tumbar mitos y paquidermos. Esto va a costar un mundo. Muchos intereses y macollas creadas. Pero es parte de la lucha por la libertad