Thread by @ElenaGarca

"En la cárcel ser mujer tiene un doble castigo: la pena por haber cometido un delito y el abandono de esposos, hijos, padres y hermanos cuando son recluidas en un centro penitenciario."

Abro hilo sobre mi experiencia en el Centro de Reinserción Femenil de Puente Grande:

En la Comisaría de Reinserción Femenil que se encuentra en Puente Grande, hay alrededor de 430 mujeres privadas de su libertad y 12 menores con ellas.

Entrar a un espacio así siempre mueve muchas emociones. Se respira un ambiente de incertidumbre y de hostilidad en la entrada.

Espacios anclados en el tiempo. Ibamos completamente de negro porque hay muchos colores en la ropa que no se permiten, así como calzado. Nos registraron una vez, nos revisaron, nos registraron otra vez y nos pusieron un sello visible con luz negra, pasamos otro filtro. Entramos.

Al mismo tiempo que nosotrxs, llegaron compañeras que iban a darles clases de yoga. Estábamos en el ala de oficinas y sólo un pasillo y rejas nos separaba de las mujeres. De cuando en cuando y tras un filtro de seguridad entraban algunas a oficinas, regularmente llevando comida.

A diferencia d la entrada, el espacio común de las mujeres estaba vivo, algunas sentadas en las mesitas alrededor de la terraza, otras en el pasto, otras atendiendo sus tienditas. Me tocó ver un par d mujeres cargando a sus bebés. A lo lejos, otras jugando basquet en las canchas.

Conocí a Carmen, una de ellas y de nosotras. Ya con años en el centro me platicaba de la kermesse que realizan cada y cuando para vender lo que producen y que la próxima sería el día 30 de marzo. Me invitó.

También me platicaba de la gran fiesta que hacen en octubre en el marco de las Fiestas de Octubre, donde hay cena de gala, música y meseros atendiéndolas y dónde se divierten de lo lindo. Me externó su preocupación sobre si seguirían o no, esto y otras cosas.

Contó q estaban contentas con la nueva dirección porq hacían actividades y les mantenía informadas de sus casos. Me dijo q en últimos días mujeres salieron en libertad porq hacía mucho habían cumplido su tiempo, pero como no les daban información, no podían reclamar su libertad.

Que había algunas donde las fianzas eran de 2 mil o 3 mil pesos y se cooperaban entre ellas para juntarles sus fianzas y que pudieran salir. Carmen, después de casi dos decadas, está a punto de salir.

En este centro y en muchos del país, hay mujeres que ya han cumplido su tiempo pero que por falta de dinero para pagar sus fianzas o restituciones y por el abandono sistémico, siguen privadas de su libertad.

Estoy segura que entre todas podremos hacer algo por ellas.