Sin el mínimo temor a equivocarme hoy puedo decir: el imperialismo existe, lo he visto, lo he vivido y lo he padecido.
Mujeres, hombres trabajadores, migrantes de todas latitudes, refugiados de las guerras que este país comenzó. Gays, lesbianas, transgéneros, transexuales, bisexuales, desafiando a los más conservadores y a la muerte.
Y heme aquí. Si me preguntan si lo volvería a hacer, sí.
Unxs por enseñarme, inspirarme, compartir su camino, permitirme escuchar su palabra. Con ustedes, otro mundo es posible.
A los otrxs, gracias por reiterar que nunca en la vida quiero ser como ustedes, pregoneros de guerras, de muerte y sangre. Nunca.