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Voy a intentar dar un panorama analítico de lo que está sucediendo con las consecuencias del estallido de la causa del presunto agente de la DEA, Marcelo Sebastián DAlessio y sus derivaciones que aún son desconocidas. Porque se precipitan hechos sin contexto. Abro hilo.
La aparición fulgurante del escándalo DAlessio es la nítida consecuencia de la putrefacción del sistema cloacal de Comodoro Py y sectores muy poderosos de la inteligencia dentro y fuera de la AFI. DAlessio es alguien denso y peligroso y no se lo puede tomar en chiste. Veamos.
Conocía a Patricia Bullrich. La habría llamado delante del fiscal Bidone a quien DAlessio lo tenía como proveedor de información migratoria por medio del agente numerario de la AFI, "Rolo" Barreiro, hombre que ingresó a la SIDE en 2002 con Miguel Ángel Toma. Y trabajó con Stiuso.
El nombre de Antonio Horacio "Jaime" Stiuso no es menor. Se trata de una persona realmente poderosa, capaz de adelantarse a escenarios complejos y experto en contrainteligencia. Manejó la Base 85 de la SIDE a su antojo durante décadas. Es un espía totalmente profesional y activo.
Nótese que días antes del estallido del escándalo DAlessio, el dúo Stiuso/Sergio Bartolomé Szpolski (alias Mossad) se sacó una foto para el álbum que el semanario Perfil vendió como primicia. Nada es una casualidad cuando Stiuso aparece. Imaginarse eso es un acto adolescente.
Semanas antes, el grupo sushi de la AFI residual, que representan Stiuso como líder indiscutido y temido, Szpolski, Richarte, Gallea, y el Fernández (Javier) tuvo que andar muy seguido por Comodoro Py. Eso no es toletable para esta gente. Ellos controlan una parte de la máquina.
Así las cosas, el agente en desgracia Marcelo Sebastián DAlessio tuvo el mismo fin que "Rolo" Barreiro en la Base 85. Apenas "Jaime" notó que hablaba demasiado y lo desplazó a una patrulla perdida. Un agente nacido en 1981 es (nada) para "Jaime" que ve donde el resto está ciego.
La espectacularidad de las escenas son el producto de la impunidad de DAlessio y su banda de depredadores compuesta por jueces, fiscales, periodistas y policías. La escena de Bonadío ayer pidiendo las declaraciones de Ramos Padilla sería una clara respuesta de dos embajadas.
En la foto (van dos o tres) aparecen Claudio Bonadío hablando de la causa de los encuadernados con la foto de un cuaderno y de la figura del arrepentido. Pero no estaba solo. En el marco también apareció Mario Montoto. Y eso sería otro mensaje en línea. La obra no tiene final.
Aquí más allá de lo que sostenga Pagni o Nico el hijo del filósofo empleado de Héctor Magnetto, lo que cruje es el auténtico mecanismo de espionaje paraestatal que denunció y probó como nadie el juez Alejo Ramos Padilla en la historia de la democracia argentina. Y hay contexto.
El contexto es Lula preso. Brasil sometido por EE.UU y Dilma fuera del poder con la invención de un presidente fascista bajo la tutela del Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA. En Argentina el único freno es CFK. Bonadío anhela ser el Moro de Brasil. La Inquisición.
Para finalizar el escenario habría que separar los hechos por bloques de personajes y sus conectores. Creer que el jefe de DAlessio es el comisario Bogoliuk es una tontería. En los próximos días seguiré detallando esta novela negra que pone en riesgo la auténtica República.
