los gamers que se escondían al otro lado de la pantalla.
Su madre era viuda. Jamás superó la muerte de su marido que murió atragantado con un cacho de carne cuando Martín tan sólo contaba con 7 años.
Un día Martín, se decidió y entró en el misterioso local.
-“Holaaaa”.
Pero nadie respondió.
- Para perder peso deberás encontrar al Gran Maestro Nutricionista,
pero sólo te recibirá si cumples las siguientes condiciones:
1.
2. Dejarás atrás todos tus objetos, móvil y dinero incluidos.
3. En el trayecto, deberás buscar a personas mayores en los pueblos por los que pases y comerás y dormirás en sus casas. A cambio les prestarás ayuda.
Martín no se lo pensó 2 veces e inició su camino.
En un pueblo, le habían hablado de un sabio llamado Rubén y acudió a él. En el trayecto, durmió en casa de amables ancianos que le prestaban camas, sofás o lechos de paja al calor de la cuadra.
Lo de Rubén fue un auténtico lío: Le habló de comer sólo grasa, que si lowcarb, que si high carb, que si ayuno, que si prueba esto, lo otro… pero no sacó nada en limpio.
Cuando llegó donde el gran revolucionario, este lo acogió con un caldo de huesos y le puso a hacer “burpis” en un parque y a levantar una bola que pesaba un huevo y parte del…
Tiró para el norte porque allí se hablaba de una sabia que vivía entre libros y montes.
Repasaron durante 10 días y 10 noches todos los artículos más recientes con la información mas increíble que jamás había imaginado, funcionamiento inmune, mitocondrial, ejes…
Talo con chorizo, trucha, quesos, pastel vasco para merendar… Le ofrecían de todo a Martín, que aceptaba con hambre.
Una leyenda de la zona hablaba a cerca de un ermitaño que vivía en las laderas de la ermita de San Pedro de Atxerre, y que el muy flipao se creía el hijo del sol.
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- La inercia, el seguir haciendo las mismas cosas, la falta de motivación son nuestros peores enemigos.