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El debate sobre la designación de Miquel Iceta como senador por la Comunidad Autónoma de Cataluña es anómalo por diversas razones. 👇
En primer lugar, no tiene sentido lanzar el nombre del futuro Presidente del Senado cuando este aún no tiene la condición de Senador. Es cuestionable, más aún, hacerlo durante la campaña electoral.
En segundo lugar, no es habitual que un senador por designación autonómica ocupe la Presidencia de la Cámara. Desde 1977 solo durante dos años hubo un Presidente con mandato autonómico (Juan José Lucas).
El mandato de los miembros del Senado depende de su legitimidad (ya sea la elección directa o la designación del Parlamento autonómico). En una misma legislatura española puede haber más de una legislatura catalana y, por tanto, puede haber una designación de senadores diferente.
Por esa razón el Presidente/a del Senado no suele ser uno de aquellos que designan las asambleas legislativas autonómicas.
Además, el president de Catalunya y el del resto de nacionalidades históricas y Andalucía puede convocar elecciones a iniciativa propia. Esto implicaría tener que designar nuevos senadores y senadoras tras la nueva composición del Parlament.
Podríamos encontrarnos con un Parlamento autonómico censurando, de facto, a la cuarta autoridad del Estado. De este modo se lo podría apartar de su condición de Senador y se agotaría su mandato como Presidente del Senado.
La propuesta de Sánchez, por tanto, es poco recomendable. Expone a Iceta aún teniendo una estable mayoría absoluta en el Senado.
Lo razonable habría sido que Miquel Iceta se hubiera presentado a las elecciones a la cámara Alta. El PSC obtuvo dos senadores por la circunscripción de Barcelona: Manuel Cruz y Elia Tortolero.
La otra opción, más maquiavélica, es que Sánchez necesita marcar distancias con el independentismo para fortalecer la posición de muchos de sus barones el próximo 26M. Llámenme malpensado...
