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Como sobreviviente de cáncer de testículo sometiéndose a dos cirugías y a tratamiento de quimioterapia entre Julio de 2018 y Mayo de 2019, puedo contar mi experiencia en salud pública y privada de Guatemala.
Trataré de ser breve en algunos asuntos y perdón si resalto y enfatizo en otros pues compartir con ustedes esta historia y denuncia porque es gracias a ustedes que puedo contarla.
Al vivir únicamente con mi madre y al haber tenido una vida tan difícil como la nuestra puedo apostar que tengo una relajación distinta a la que el resto de jóvenes de mi edad tienen con sus madres. Nos amamos, apoyamos y siempre conversamos con sinceridad nuestros miedos.
Recién había empezado en un nuevo trabajo y a los pocos meses fui ascendido. Entonces comencé a tener notorios problemas en el latir de mi corazón, había puesto poco cuidado a esto pues tenía un cargo nuevo que me hacía creer que no era el momento para enfermar.
Así pasé unas semanas y entonces el sueño comenzaba a amenazar mis jornadas de trabajo; a pesar de tener un turno tarde/noche con menos horas que el resto de mis compañeros y durmiendo bien mis más de 8 horas diarias, seguía sintiéndome cansado...
...con sueño y con pequeños ataques arrítmicos sin caminar y sin hacer esfuerzo físico alguno en mi hogar o trabajo.
No contento con esta situación, sin querer involucrar a mi madre y con la dicha de tener un sueldo «sin descantillar» (gastar) en mi bolsillo me fui al centro Clínico Paz y Bien, muy popular en Mi Pueblo Quezaltepeque (Chiquimula).
Este lugar es muy popular en el área pues alberga, cuida y alimenta a niños con discapacidades especiales, además cuenta con una variedad de clínicas especializadas en varias áreas de salud a precios muy accesibles a la población en general. 
Me dirijo a esas clínicas, el médico me dice que debo ir donde un cardiólogo, que al parecer no es normal el descontrolado latir de mi corazón. Así lo hago. Viejo a la ciudad de Chiquimula y ahí visito al cardiólogo, este me hace un electrocardiograma me receta un medicamento.
Dos días más tarde el medicamento recetado por el cardiólogo me ponía extremadamente mal, mareos, nauseas, sueño y una rara sensación de levitación.
No contento con los resultados y sin ir a trabajar por mi inestabilidad de salud decidí ir donde otro médico; Dr. Max Eduardo Catalán. este médico conoce a mi familia principalmente porque fue quien descubrió junto con otros médicos en el 2007 que ni hermano mayor tenía cáncer.
PARÉNTESIS IMPORTANTE (Julio César Cruz Guadrón; mi hermano fue tratado en MULTIMEDICA en la ciudad capital de Guatemala por el Dr. Julio Enrique Cáceres Figueroa y finalmente trasladado con diagnóstico de...
...Linfoma Hodking al Hospital General San Juan de Dios por el mismo Dr. Cáceres luego de haber dejado sin un centavo a mi familia como para seguir atendiéndolo en Multimedica.
Cobrándole al rededor de Q15mil por tratamiento durante un largo tiempo, siendo él mismo jefe de la Unidad de Hemato-oncología en Hospital General San Juan de Dios. Mi hermano murió el 8 de febrero de 2008 en Hospital General San Juan de Dios) CIERRO PARÉNTESIS
El Dr. Max quien me identificó por mi antecedente familiar con el cáncer, sin pensarlo mucho me solicitó unos marcadores tumorales (exámenes reactivos para detectar anomalías y células cancerígenas de alto crecimiento en la sangre)
El médico se encontraba haciéndome algunos chequeos físicos cuando decido contarle que unas semanas antes había tenido un leve dolor en un testículo pero que no me parecía preocupantes pues un leve dolor de vez en cuando puede ser común en nosotros los hombres.
Palpándome ligeramente los testículos el médico me dice que parece estar todo bien pero que me haría un ultrasonido testicular. Así lo hizo. Fue entonces cuando su cara y la mía cambio al ver una enorme cantidad de calcificaciones en mi testículo derecho.
De Marcadores Tumorales, uno salió seriamente alterado, así que me mandó al hospital de General de Chiquimula para solicitar hacerme una orquiectomía. Sí, quitarme el testículo.
comenzamos los trámites burocráticos y vueltas con mi madre para poder ir al hospital de General de Chiquimula y me dicen que por las huelgas que habían en ese entonces en el hospital, era mejor que me operara en un privado o que esperara alrededor de 10 meses para ser atendido.
nuestro miedo y desesperación nos llevó a pagar una orquiectomía en el Centro Médico privado de la ciudad de Zacapa en manos del Dr. Gilberto Barillas, Urólogo y cirujano.
Una semana después de la cirugía la patología de mi testiculo derecho había llegado y las noticias no eran buenas, «tenés cáncer, y tenés que hacerte quimioterapia» fueron las palabras del Dr. Barillas, en la ciudad de Zacapa.
Gracia a Dios y debido al estadío 1 de mi cáncer, debía someterme a un tratamiento preventivo con quimioterapia, me ofrecieron el servicio en el hospital privado pero los altos costos y nuestra mala experiencia con el cáncer en salud privada y pública (HGSJDD) nos atormentaba.
decidimos visitar e ingresar al INCAN por medio de una carta del H. G. de Chiquimula. Así lo hicimos, pasado un mes de mi diagnóstico de cáncer logré ingresar por medio de Trabajo Social a un proyecto de ayuda donde los gastos que debía asumir en el INCAN serían los mínimos.
Antes de comenzar mi tratamiento realizaron una serie de exámenes y evaluaciones patológicas y después de viajar muchas veces desde el oriente del país comencé mi tratamiento de quimioterapia.
A medias de mi tratamiento por motivos desconocidos se me da el aviso que debía comenzar a pagar mi tratamiento porque la ayuda se había terminado, buscamos una solución y explicación pero sin recibir justificación alguna y con un tratamiento pausado decidimos comenzar a pagarlo.
Cancelabamos consulta, medicina, aplicación de medicina, hospedaje en una casita cerca del hospital, comida, pasajes etc. Como todas las familias que visitan el INCAN a diario. En enero de 2019 fui a consulta con mi médico y necesitaba hacerme unas tomografías y marc. tumorales.
Yo mencionaba algunos otros síntomas a mi médico el Dr Nery Zepeda pero nunca puso interés en evaluarme de mis otros síntomas y únicamente le importaba darle seguimiento y finalizar mi cáncer testicular.
Me estaba quedando sin dinero y para finales de marzo volví a la ciudad capital a realizarme unos exámenes a Clínica Londres de Z1 y al fin poder llevarle mis resultados al INCAN al Dr. Zepeda. Aquí descubren que tengo un timomo...
...un crecimiento notorio de mi Timo y que debía darle un seguimiento a lo que mi doctor me dice que eso no importa, que mi caso estaba cerrado y que ya habíamos llegado al fin del tratamiento.
recalqué que había leído la hoja diagnóstico de la tomografía de tórax y que me parecía algo a lo que debía darle seguimiento e ignoró mis sugerencias aún siendo un centro privado donde estaba pagando con mucho sacrificio mis citas. decidí tratar de ingresar mi caso al H.Roosevel
Algo que me pareció curioso cuando recibí mi tratamiento de quimioterapia en el INCAN fue que algunos de los pacientes (en su mayoría los que recibían tratamiento gratis por parte del estado) sufrían de cristalización en sus medicamentos (estos se arruinaban por completo)
y esto provocaba una interrupción en el tratamiento, cuando esto me pasó a mí oí comentar a una enfermera que esto pasaba con pacientes que recibían tratamiento gratis y no con los que pagaban su tratamiento porque era distinta calidad de medicamentos.
Desafortunadamente en esta parte de la historia me llevo la más terrible sorpresa de lo complicado que se ha vuelto el sistema de salud pública en Guatemala y no consigo más que un trato injusto y falta de empatía con mi caso en el Hospital Roosevelt.
quedándome unos días en la ciudad para seguir insistiendo en H. Roosevelt y sin conseguir resultado positivo alguno me vuelvo víctima de asalto a las afuera del hospital; recordándome que no solamente el servicio de salud está mal, si no también la seguridad.
Aquí el hilo de mi asalto, clave para el final feliz de esta historia.
Defraudado vuelvo a oriente, a mi Chiquimula, a mi pueblo Quezaltepeque, con mi madre a contarle que había perdido las esperanzas de recuperar mi salud pues no encontraba qué hacer. Pasados los días decidí escribir la historia de mi asalto y enfermedad en Twitter
y a raíz de ello me contacta mucha gente ofreciéndome su ayuda, principalmente entidades de salud pública; me ofrecieron ayuda nuevamente en el INCAN y jamás concreté nada pues nunca volvieron a responder mis llamadas y consultas.
decidí aceptar ayuda de alguien en Twitter quien se identificó como @PsicooncologaGT, ella me escribió para ofrecerme darle seguimiento a mi caso en el Hospital General San Juan de Dios y entonces el miedo volvió a mi hogar al recordar nuestra mala experiencia en ese hospital.
Sin concretar nada deje pasar unos días hasta recibir un alentador mensaje del Dr. Sergio Ralon, quien labora como médico cirujano oncólogo en el San Juan de Dios.
Me decía que llegara tal fecha y que me ayudarían a darle seguimiento a mi caso. Así lo hicimos, pasados unos días llegué al hospital y ahí estaba Lea, yo había venido solo desde Chiquimula y me ayudó mucho ser guiado por ella dentro del hospital
para agilizar algunos trámites como solicitar mi carné y exámenes de sangre etc.
Horas más tarde estaba siendo atendido por un especialistas cirujano de tórax el Dr. Leopoldo Mérida; el trato, atención y ayuda ese día fue muy bueno y sin dudarlo mucho el Dr. Merida me dice que debía hacerme una cirugía de tórax para extraer el tumor.
Le hablé a mi madre y amigos muy asustado pues todo había pasado muy rápido, había algo de alegría en mí pues las palabras del doctor al explicarme síntomas y motivo de la cirugía me llenaban de esperanza al saber que había una solución.
Gracias a Twitter GT por brindarme la oportunidad de difundir mi caso hice una enorme cantidad de amigos, unos me ofrecieron su casa, otros dinero, otros su apoyo moral y otros más especiales me regalaron su sangre para poder ser operado. 💛
Dos semanas después ingresé al hospital y la cirugía fue un éxito. Está demás describir mi estadía en las instalaciones del hospital pues todos sabemos que es lo qué hay; pero si quiero resaltar que las horas después de mi cirugía carecí de atención y medicamentos para el dolor.
pasando alrededor de 8 horas quejándome del fuerte dolor en mi tórax y todo mi cuerpo y ningún médico y enfermero se acercó a mi hasta las 4:30 a.m. cuando llegó un enfermo a colocarme mi medicina para el dolor porque al parecer:
“el médico encargado de su medicina olvidó darnos las medidas para prepararla y no respondía para darnos indicaciones hasta ahora” fueron las palabras del enfermero en turno que claro no tenía la culpa pues el no puede medicar a nadie sin la autorización del médico.
El resto de mis días en el hospital, bien, contento porque finalmente me habían hecho mi timectomía y no había ninguna novedad o problema que me quitara la paz de volver a mi hogar, salvo mi brazo izquierdo dormido y una inflación en mi muñeca izquierda por un catéter mal puesto
Me dieron de alta el martes 28 de Mayo de 2019.
Mi sincero agradecimiento y admiración al @DrSergioRalon por brindarme la oportunidad de darle tratamiento a mi problema de salud, también al Dr. Mérida por realizarme la delicada cirugía que tanto miedo me daba. A todas y todos los enfermeros quienes hacen su trabajo con amor
Especial agradecimiento a licenciada y psicóloga Lea Echeverría (@PsicooncologaGT) quien fue mi guía en todos los procesos burocráticos del hospital, también fue el apoyo moral de mi madre y mío en esta difícil situación que podemos dar como un triunfo más en nuestras vidas.
