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Veo una guerra campal en Twitter sobre los pactos entre indepes y partidos del 155. Unos y otros se achacan la traición al 1 de Octubre. ¿La realidad? Que tal vez los partidos políticos no sean el vehículo adecuado para una ruptura democrática.
Los partidos tienen estructuras y dependencias que les llevan a ser conservadores. Por eso en Madriz están dispuestos a mantener tres años en prisión a alguien por subirse a un coche pero no a ilegalizar a los partidos independentistas catalanes.
Si lo pensáis, el Régimen del 78 ha ido en muchos aspectos muy lejos en su persecución ideológica y policial contra el independentismo catalán. Ese nivel de agresión habría implicado la ilegalización de partidos hace tiempo.
Madriz sabe que su posición en Cataluña es desesperada. Tanto lo es, que véis a la "élite" político-mediática madrileña celebrando la alcaldía de Ada Colau como cualesquiera de sus otras "glorias" nacionales.
Madriz no tiene virreyes en Cataluña ni nadie que se le ofrezca para ejercer como tal que pudiese elevarse por encima de la categoría de marioneta. Y es por esto que, al contrario que en Euskadi, no puede ilegalizar a ningún partido.
La única esperanza de Madriz para mantener un control soberano sobre Cataluña es convertir su presencia en una formalidad a la que doten de fuerza las conveniencias políticas del día a día de quienes se declaran independentistas.
¿Quieres ser alcalde? Tienes que pactar con uno de los míos. ¿Quieres puestos para tus "mejores" muchachos en una Diputación? Pues tienes que hacerte una foto oficial con un trapito bicolor al fondo. ¿Quieres ejercer de diputado? Pues tienes que leer esto en voz alta. Y así.
Semejante estrategia, que habla bien claro de la debilidad e ilegitimidad de España en Cataluña, sería sin embargo inútil contra un frente democrático sin partidos ni siglas. Todos dispuestos a ir a prisión, cada día. A cada paso.
No digo con esto que crea en una democracia sin partidos. Ni muchísimo menos. En lo que no creo es en una revolución desde y por los partidos políticos.
Contra el Franquismo es precisa una unidad popular y un frente amplio que son incompatibles con concursos de belleza independentista entre partidos a izquierda, centro o derecha.
De este modo, veo en Puigdemont, por ejemplo, un interés mucho mayor en una plataforma independentista, un frente amplio, que en ERC, donde inexplicablemente parece importar muchísimo el corto plazo electoral y un debate ideológico que tocaría sólo después de expulsar a Madriz
