Diciembre de 1998. La Carpa Blanca lleva más de año y medio frente al Congreso. Genera adhesiones de todo tipo.
En el gobierno, parecería que solo el Ministerio de Educación quiere terminar de una vez por todas con el conflicto.
(Va hilo)
Pero la victoria, aunque pírrica, no hace que concluya el conflicto con los docentes.
La Carpa seguirá allí un año más.
¿Por qué?
Los motivos son variados y de todo tipo.
Esto solo debería haber sido una advertencia para desestimarlo.
Por eso estuvo muy receptivo a eximir del impuesto a cualquiera que presionara un poco.
Por lo tanto, para los propietarios de automóviles el nuevo impuesto significó, en los hechos, una sobretasa al gravamen que pagan habitualmente.
Pero los transportistas internacionales de carga y de pasajeros lograron su exención.
El incumplimiento fue alto: se recaudó menos de un tercio de lo esperado.
Las autoridades económicas lograron el veto presidencial a dos artículos de la nueva ley.
Uno era el referido a la fecha a partir de la cual comenzaría a regir el gravamen y el propio FONID.
El otro era el de la garantía de recursos para el Fondo.
Entonces, el Poder Ejecutivo dispuso que comenzara a recaudarse a partir de 1999.
La política educativa no tenía quien la escriba. Toda la energía estuvo puesta en el impuesto automotor.
El impuesto automotor sería un gran fracaso
Para pagar lo que no se recaudó, se le quitarían recursos al Ministerio de Educación
Por eso, renunciaría la ministra del ramo
La Carpa Blanca continuaría más firme que nunca
Entre 1998 y 2000 el dinero para esos programas había caído más de 50%.
Y dos años más tarde, ya en plena crisis, una parte comenzaría a destinarse a comedores escolares.
Y en 2003 y 2004 hablar de ella era tabú.
Sería rescatada del olvido solo al anunciarse en 2005 la elaboración de una nueva Ley de Educación.
En 2006 sería finalmente derogada.
Pero esto lo dejaremos para el próximo hilo. Apenas vamos por la mitad de la historia.
Buena semana.