Thread by @Anonmehicieron

#CosasQuePasanEnLaGuardia #32. Llega paciente operada de un cáncer de colon hace menos de dos semanas. Dice que la operaron en un lugar privado que no tiene guardia, que su cirujano está de viaje y que una amiga le recomendó este hospital. Me dice que viene por sangrado. Le (+)

(-) pregunto si trajo la epicrisis (que es el resumen de la internación donde dice, entre otras cosas, la cirugía realizada). Como de costumbre la respuesta es “no”. Trato de que me diga lo que sabe sobre el tipo de cirugía que le hicieron. Me explica que al tumor lo sacaron (+)

(-) entero y que “no se había ido para otros lados”. Le digo que me alegro y le pregunto si “va de cuerpo como siempre”. Me dice que sí, que algunos días fue medio líquido pero ya se le pasó, que el problema por el que viene ella es otro, que es la sangre. Le pregunto (+)

(-) exactamente qué es lo que le sangra. Me contesta que “la cosa”. Lo dice seria, con algo de miedo. Antes de que pueda interrogarla al respecto, agrega “algo está mal con la cosa”. El marido me mira solemne. Creo entender de lo que hablan, así que reitero la pregunta que (+)

(-) intenté formular al principio, esta vez de forma más precisa: “desde la cirugía, usted va de cuerpo por la cola o tiene la bolsita?”. No uso la palabra ostomía. Tampoco hablo de un “ano contranatura” como suele decirle la gente. Para ellos, según entiendo, no se llama así. +

(-) Me contesta el marido enojado. Que yo no los estoy escuchando, que cómo va a ir por la cola si tiene la cosa. Ahí confirmo la teoría y les pregunto si trajeron bolsas para cambiarle. Me dicen que sí y le pido a la señora que se acueste. Lo hace despacio, como con miedo a que+

(-) su solo movimiento provoque que “la cosa” se lastime aún más o incluso salga catapultada desde su panza. Mientras el marido revuelve la cartera de su mujer hasta encontrar la bolsa. Le desprendo con cuidado la que tiene puesta y efectivamente, viene sangre. La limpio para (+)

(-) evaluarla mejor. Los puntos con los que el intestino está pegado a la piel están salidos en gran parte, como arrancados, le sangran tanto la piel como el intestino en sí que está inflamado y que parece raspado por decirlo de alguna manera. Le pregunto desde cuándo está así(+)

(-) y me dice que viene poniéndose cada vez peor hace unos días. Le consulto si se golpeó de alguna manera, si se cayó, si tiene cuidado al colocar la bolsa. Dice que no le pasó nada, que debe ser por la diarrea. Trato de indagar apenas un poco más y el marido me frena. “Ya le(+)

(-) dijo que es por la diarrea”. Le explico que ese segmento de intestino está bastante mal, que lo tiene que cuidar mejor y que probablemente la tengan que subir a quirófano. La mujer llora. El marido me cuestiona si la cirugía es realmente necesaria. Se quiere llevar a su (+)

(-) mujer de vuelta para la casa. Le explico que eso es peligroso para la señora. Está enojado. Llamo a los residentes de cirugía y les reitera el cuestionamiento y obtiene una explicación similar. La mujer me agradece y los chicos la suben. Averiguo después que le pararon el (+)

(-) sangrado, le resecaron un segmento corto de intestino y pudieron rearmarle la ostomía por suerte sin tener que abrirle la panza. Me alegro por la señora.
Los días pasan y me olvido de ella hasta que unos diez días después vuelve a la guardia llorando. Viene de mañana. Esta(+

(-) vez sin el marido que se quedó trabajando. La veo tan mal que le pregunto si quiere que lo llame. Niega. La noto tan pálida que la hago acostarse. “Es otra vez la cosa”, llora. Le saco la bolsa con cuidado de no hacerla doler y la limpio como tratando de hacerle olvidar (+)

(-) el motivo que la trajo otra vez a la guardia. El cuadro esta vez es mucho peor. El inestino está casi arrancado del todo, parece golpeado y está hundido en gran parte hacia dentro del abdomen. Le pido que me explique qué pasó para poder ayudarla. Me habla bajo, entre (+)

(-) lágrimas. Que él le prometió que no la iba a lastimar. Que como por la cola no lo iban a poder hacer más, que lo dejara probar por ahí.
El marido probó, probó y probó. Ella le pidió que parara. Él le dijo que no podía.
Muerdo fuerte para que no se me caigan las lágrimas. (+)

(-) Le aprieto la mano y llamo a los chicos de cirugía. Le pregunto si no tiene otra familia a la que llamar. Sacude la cabeza para los costados. Le hablo de hacer la denuncia. Llora. Le ofrezco llamarle a una profesional con la que pueda charlar. Niega otra vez. Vienen los (+)

(-) chicos de cirugía. Nunca vinieron tan rápido y esta vez los maldigo por dentro. Me avisan que se la llevan. Le piden que se sostenga el mismo apósito que yo le puse de forma provisoria sobre la ostomía y la pasan a una silla de ruedas. “La vamos a tener que operar otra vez”+

(-) dice el residente superior. “Quiere que llamemos a alguien?”, agrega mientras se alejan. La mujer contesta entre el mismo llanto de antes: “A mi marido”.