Me ejecutarán mañana de mañana.
Quiero daros ánimos. Pensad que yo muero pero que la vida sigue.
Recuerdo que en tu última visita, papá, me habías dicho que fuese valiente, como un buen gallego. Lo he sido, te lo aseguro.
Siento tener que dejaros. Lo siento por vosotros que sois viejos y sé que me queréis mucho, como yo os quiero. No por mí. Pero tenéis que consolaros pensando que tenéis muchos hijos, (...)
¿Recordáis lo que dije en el juicio? Que mi muerte sea la última que dicte un tribunal militar. Ese era mi deseo.
Pero tengo la seguridad de que habrá muchos más. ¡Mala suerte!
Además, yo estaré siempre con vosotros, os lo aseguro.
Haced todo lo posible para llevarme a Vigo.
Como los nichos de la familia están ocupados, enterradme, si podéis, en el cementerio civil, al lado de la tumba de Ricardo Mella.
Adiós papá, adiós mamá.
Vuestro hijo:
José Humberto
Por defender con dignidad la memoria de aquellos que dieron su vida.
#PorUnPaisParaLaClaseObrera
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