Cuando Alberto Fernández afirma que los dibujos animados son una herramienta de control social, desnuda su concepción del poder: fue su espacio político el que impulsó, en los medios públicos, dibujitos diseñados deliberadamente para contar versiones alternativas de la historia.
¿Los dibujos animados reproducen una visión del mundo? Sí. Como cualquier bien cultural. No existe la cultura neutra. De allí a hablar del propósito deliberado de controlar a la población hay una distancia enorme. Es pasar de un análisis de discurso a un delirio paranoide.
¿Por qué los dibujos de la Warner muestran a un conejo que, con ingenio, vence y ridiculiza a adversarios tontos? Porque vende, Alberto. La WB es una empresa, no el Imperio Galáctico. Sus audiencias ELEGÍAN ver eso. Si hubieran elegido otra cosa, la Warner habría hecho otra cosa.
¿Los autores reproducen su propia visión del mundo? En parte sí, pero el éxito de sus productos se debe a que las audiencias comparten esa visión. La prueba de eso es que ni Disney ni Warner necesitaron introducirse por la fuerza en manuales escolares y canales estatales.
Si analizaras animación actual en lugar de piezas de hace 70 años, Alberto (yo lo hago, podés encontrar publicaciones con mi nombre) verías que el discurso cambia a medida que cambian las audiencias. Justo al revés de lo que vos decís.
Disney narró, en Frozen, una historia tradicional de princesas centrada en Anna, pero las nenas de hoy quieren ser Elsa. ¿Qué hizo Disney? Se centró más en Elsa. Control social las pelotas, Alberto. Las productoras quieren vender películas, no adoctrinar.
¿Podemos tener una visión crítica de una industria que refuerza discursos sociales vigentes con fines comerciales? Seguro. Pero debemos ser aún más críticos con quienes buscan IMPONER discursos alternativos con fines políticos. Prefiero una y mil veces un mercenario a un fascista
