Hoy voy a hacer un ejercicio de neutralidad informativa para informaros de primera mano de lo que está pasando en #Bolivia (mi pareja nació y vivió allí hasta los 35 años, y tiene doble nacionalidad). Agarraos, que es un hilo largo.
En 2003 se produce en Bolivia la llamada "guerra del gas". Tras una fuerte movilización ciudadana y una represión militar con muertos, el Presidente Sánchez de Lozada (Goni) huye en helicóptero hacia EEUU y el vicepresidente Mesa se proclama presidente interino hasta 2005
En 2005, el líder sindical cocalero (cultivadores de hoja de coca) Evo Morales gana las elecciones presidenciales en su segundo intento con el Movimiento Al Socialismo, y se convierte en Presidente de Bolivia. Se convocan elecciones a Asamblea Constituyente.
En 2007, la Asamblea Constituyente elegida redacta una nueva Constitución para Bolivia. En el texto de la misma se limita en dos mandatos consecutivos el período en que una persona puede ser Presidente. Esta Constitución se refrenda en 2009 por un 61,43%.
Ese mismo año (2009) Evo Morales vuelve a ser reelegido Presidente para cinco años en las primeras elecciones tras la aprobación de la Constitución por un 64,22% en primera vuelta. Tanto Evo como su partido, el MAS, consideran que éste es el primer período a contar.
En 2014, Evo Morales gana por tercera vez (segunda vez si no se cuenta la previa a la Constitución) las elecciones presidenciales. Objetivamente, si no hay una excepción explícita en el texto constitucional, es la primera violación de la Constitución aprobada 5 años antes.
El 21 de febrero de 2016, se realiza un referendum para abrogar el artículo constitucional que limita la reelección presidencial a dos mandatos consecutivos (Evo quiere volver a sentarse en el "trono"). Pero sorpresivamente pierde el referendum por un 51,3%.
El Presidente recurre al Tribunal Constitucional Plurinacional (nombrado en su práctica totalidad por el MAS) y éste declara que Evo Morales puede presentarse, a pesar de la Constitución, porque es su "derecho humano". Una barbaridad jurídica en un país cooptado por un partido.
Aprovecho para contar que en Bolivia no existe la independencia de poderes. Legislativo, Ejecutivo y Judicial están dominados por el Movimiento al Socialismo. Los medios de comunicación son sutilmente amenazados por no ser "patriotas" si hablan mal del Gobierno o del Presidente.
El MAS utiliza la palabra "movimientos sociales" para hablar de los grupos que le apoyan, muchas veces de forma violenta contra los opositores. Sin embargo hay "movimientos sociales" que, por una causa u otra, se oponen al Gobierno, y se les tacha de "pagados por el imperialismo"
Se instituye el relato del "proceso de cambio", en el cual se presenta a Evo Morales como un líder transformador. Sin embargo, lo que se produce es un proceso de involución. La sanidad sigue siendo de pago, las pensiones son paupérrimas, los negocios están en manos de una élite.
Muchas empresas nacionalizadas son cedidas a empresas extranjeras. Minas cedidas a empresas del gobierno chino, el gas boliviano sigue siendo explotado en la práctica por Repsol. Además, se crea una nueva burguesía cercana al partido de Gobierno, que se enriquece en una década.
Otra de las jugadas maestras de Evo Morales es presentarse como defensor de los indígenas, cuando lo que hace es favorecer a una de las etnias (aymara) frente al resto de las etnias residentes en Bolivia (cerca de 36, sin contar blancos y mestizos). Como en el Zimbabwe de Mugabe.
De hecho, en la Constitución boliviana se consagra la bandera aymara (whipala) como la segunda bandera de Bolivia, y en muchos actos desplaza a la tricolor republicana (rojo, amarillo y verde) como bandera de la República Plurinacional.
Pero sorprende que la mayoría de los miembros del equipo de Gobierno de Evo Morales, empezando por su Vicepresidente García Linera, son claramente de orígen europeo (ni siquiera mestizos). Siempre hay dos o tres ministros (aymaras) que dan el toque indígena.
Volviendo al asunto de la reelección, en 2019 vuelve a presentarse a las elecciones presidenciales por cuarta vez (tercera para los que no cuentan la preconstitucional), ignorando el referendum. Pero sorpresivamente, el expresidente Carlos Mesa se presenta a la reelección.
Las encuestas presentan una pugna muy igualada entre Evo Morales y Carlos Mesa, con otros candidatos con muy pocas posibilidades de salir. La campaña se torna agresiva, y desde el MAS se amenaza con que si se para el "proceso de cambio" habrá represalias, incluso violentas.
Para ser reelegido, el candiodato a presidente mecesita ganar por más de la mitad de los votos emitidos, o por más del 40% con una diferencia de 10 puntos sobre su oponente. Esto es importante para entender las acusaciones de fraude.
El 20 de octubre se producen las elecciones, en las que una empresa hace un conteo rápido, y luego el Tribunal Supremo Electoral (cooptado nuevamente por el MAS) hace un recuento más exacto. Cuando hay algo más del 80% de los votos contados, se para el conteo.
Sorpresivamente, el conteo rápido se para por una llamada de una miembro del TSE nombrada por el Gobierno, y ya no se vuelve a reanudar. Es decir, se orquesta un "apagón" del recuento. No quiero ni pensar el escándalo que habría si eso pasa en España.
La noche del jueves siguiente (¡4 días después!) se dan los resultados definitivos, y el resultado no lo van a creer: Evo Morales gana por un 47,07% de los votos y una ventaja de 10,5 puntos frente a Carlos Mesa. Vaya casualidad...
Tanto la coalición con la que se presenta Carlos Mesa como los ciudadanos que votaron por él o por otros candidatos claman contra el presunto fraude. Se producen los primeros disturbios, y en una comparecencia, Evo Morales se burla de ellos y dicen que les va a enseñar a bloquear
Además, en varias comparecencias, agita a los suyos y les dice que vayan a "defender el proceso de cambio". Y se producen una serie de conflictos azuzados por sus partidarios para evitar que nadie se manifieste contra su elección.
A partir de este momento, en las capitales de los nueve departamentos de Bolivia se organizan cabildos (una figura constitucional) para solicitar que se restaure la democracia en el país. Pero Evo utiliza a sus "movimientos sociales" (en muchos casos gente que cobra del Gobierno)
Así se ha llegado a día de hoy en Bolivia a una situación de pre-guerra civil, con 3 muertos y cientos de heridos, que ha provocado el mesianismo dictatorial de una persona que se ve como "el pueblo" e ignora la voluntad de la otra mitad de su pueblo.
Mientras tanto, los medios de comunicación europeos emiten noticias sesgadas sobre el conflicto. Muchas veces este sesgo tiene que ver con los negocios bilaterales que existen. Por ejemplo, España, a través de Repsol, es el principal cliente y beneficiario de la estatal YPFB.
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