Y regresamos al tema de los llevados y traidos [RO]bots.
¿Los robots de redes sociales son "malos"? Pues, al menos ahora son unos bonitos fuegos artificiales que hacen mucho humo y terminan siendo un vilipendio barato. Demasiado barato.
Y a la vez, ofrezco medios de confirmación, o en su defecto es bienvenida la refutación.
Cuando se muestre un dato, sobre todo cuando se usa para sustentar alguna información,sea libre de preguntar y cuestionar.
He ahí el reto. Buena parte de otros arrobitas lo que hacen es ir sobre el mensajero, no sobre el mensaje. Y con pseudoargumentos.
Puntualmente para Twitter una misma interacción puede dibujar distintos grafos.
Señores periodistas, los que se dicen periodistas de verdad, ojalá aprendan rápido.
Y ya antes han plañido con todas sus fuerzas que no son bots.
Y tienen razón. Ternuritas.
Y si, todas tienen cuentas que los han retuiteado que tienen rasgos de automatización.
El diablo se esconde en los detalles.
Los [ro]bots no son un problema por si mismos. Existen, son comunes, son útiles, tienen una función legítima. El problema es cuando se abusa. Y todavía peor, sostener narrativas maniqueas sobre el tema que ya son además anacrónicas.
Así que, señor, señora, exija. Se vale. Pero que sea a la idea, al dato, a la información. No al mensajero. Sugiero.
Y esta en su derecho de dudar. De hecho, urge aprender a vivir siempre en una sana duda.
La cargada fuerte de los bots actualmente en las campañas de astroturf no está en los tuits, esta en los likes. Ese oscuro recoveco del API.