Thread by @ecres70

Acabo de terminar “Tiempos Recios”, la última novela de Vargas Llosa, una documentada descripción del Golpe de Estado en Guatemala contra el presidente Jacobo Árbenz en 1954. Como los acontecimientos y en especial la interpretación del autor tienen actualidad, va hilo.

En 1944 una revolución en Guatemala dio fin a varios décadas de gobiernos militares. De allí surgiría, a través de elecciones libres, el gobierno de Juan José Arévalo (1945-1951) al que sucedería Jacobo Árbenz.

Ambos gobiernos compartían una agenda reformista y anticomunista, dentro de los marcos permitidos por la guerra fría. Los campesinos, mayoritariamente indios, pudieron organizarse en sindicatos.

El segundo promovió una reforma agraria para repartir tierras inutilizadas y crear los ‘millones de propietarios’ que sembrarían las bases de una Guatemala moderna y capitalista. Las principales empresas y estancias del país debieron, a veces por primera vez, pagar impuestos.

El segundo dispuso promovió una reforma agraria para repartir tierras inutilizadas y crear los ‘millones de propietarios’ que sembrarían las bases de una Guatemala moderna y capitalista. Las empresas y estancias del país debieron, a veces por primera vez, pagar impuestos.

Fue entonces cuando se puso en marcha la chequera de un actor clave en la historia de América Central: la United Fruit Company, propietaria de tierras, ferrocarriles y empresas eléctricas de la región.

Mediante sobornos, campañas publicitarias e influencias de palacio, la compañía formó un amplio frente en EEUU abocado a derrocar al gobierno de Guatemala. Medios ‘serios’ como NYT, Washington P y el Times presentaban a Árbenz como un dictador comunista sustentado por la URSS.

El embajador norteamericano, el fatídico John Emil Peurefoy, se presentó al presidente con una lista de personas a quienes debía expulsar del gobierno e incluso meter en la prisión (algunos fueron fusilados después del golpe).

La coalición golpista sumó terratenientes, Iglesia Católica y medios de comunicación locales. La CIA contrató mercenarios en la región y financió una radio que llamaba al golpe desde Honduras.

Con la ayuda de dictadores vecinos, como Rafael Trujillo de la República Dominicana y Anastasio Somoza de Nicaragua, iniciaron un ataque con apoyo de aviadores estadounidenses.

El ejercito guatemalteco fue obligado a rendirse, caso contrario, los propios marines realizarían la tarea de forma aún más brutal.

Ningún historiador serio objetaría esta historia. ¿Cuál es la novedad? La interpretación del propio Vargas Llosa.

Sostiene que el golpe de Guatemala clausuró los sistemas políticos para el reformismo e hizo que toda una generación, en la que se incluye, perdiera la esperanza en transformaciones sociales por vías democráticas. No restaba más alternativa más que la acción directa.

Vargas Llosa: “Sin el golpe de la CIA en Guatemala, Fidel no se habría radicalizado”

elpais.com/cultura/2019/1… vía @elpais_cultura

@elpais_cultura Dice Vargas Llosa: “fue una gran torpeza de Estados Unidos preparar ese golpe militar contra Árbenz... Hizo recrudecer el antinorteamericanismo en toda América Latina… Y sirvió para radicalizar y empujar hacia el comunismo al Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro...

@elpais_cultura Éste sacó las conclusiones más obvias de lo ocurrido en Guatemala. No hay que olvidar que el segundo hombre de la Revolución cubana, el Che Guevara, estaba en Guatemala durante la invasión, vendiendo enciclopedias de casa en casa para mantenerse…

@elpais_cultura tuvo que asilarse en la embajada argentina para no caer en las redadas que desató la histeria anticomunista reinante en el país en aquellos días. Pero de allí extrajo probablemente unas conclusiones que resultaron trágicas para Cuba: una revolución de verdad...

@elpais_cultura tenía que liquidar al Ejército para consolidarse, lo que explica sin duda esos fusilamientos masivos de militares en la Fortaleza de la Cabaña que el propio Ernesto Guevara dirigió.

@elpais_cultura Y de allí saldría también la idea de que era indispensable para la Cuba revolucionaria aliarse con la Unión Soviética y asumir el comunismo, si la isla quería blindarse contra las presiones, boicots y posibles agresiones de los Estados Unidos. ”

@elpais_cultura Insisto, quien escribe no es Mario Roberto Santucho, es otro Mario… el peruano.

@elpais_cultura Volviendo al presente, ¿acaso no estamos asistiendo a un nuevo cierre de los sistemas políticos regionales como forma de blindarlos ante a las expectativas de transformación?

@elpais_cultura Nuevamente con apoyo del Imperio asistimos a operetas desestabilizadoras que combinan golpes abiertos y represión, con técnicas de guerra híbrida, sanciones comerciales, lawfare, acusaciones de autoritarismo, apelaciones religiosas, etc.

@elpais_cultura Si por la via pacífica y democrática no es posible el cambio, si la repuesta a las tibias políticas de gobiernos como el PT en Brasil es promover a figuras como Bolsonaro...

@elpais_cultura Si el crecimiento económico y las mejoras sociales de los tiempos de Evo generan una reacción que reinstala la ‘Biblia’ en el país... y humilla a los indios incendiando sus símbolos, ¿qué alternativa resta? ¿Volver a los años de plomo?

@elpais_cultura Obviamente, la historia no suele repetirse, la URSS desapareció y la esperanza comunista hoy luce como una vieja pesadilla.

@elpais_cultura Si estos vientos no cambian, interpreto, de un modo u otro habrá violencia. Si es política iremos a una nueva era de represión y persecuciones.

@elpais_cultura Y si no es política, si es a través de la anomia, nos encaminamos al surgimiento de Estados fallidos atravesados por la descomposición social y el crimen organizado. ¿Pesimista? Por ahora sí.