1/ En más de una ocasión he comentado que, como inmigrante a España desde un país con una república presidencialista, nada me parece más raro que todo el entramado aristocrático de reyes, marqueses, condes, infantes y demás fauna. Para mí son cosas del pasado lejano. 
2/ Educado como fui por gente del exilio español, por Carmen Aguayo, Tomás Bilbao, Carmen Tagüeña, Vicente Carrión, Horacio García, rodeado de amigos hijos y nietos del exilio, la república española siempre fue un ejemplo a estudiar, un anhelo y una invitación a la autocrítica.
3/ Entiendo los sentimientos contrarios a la monarquía como institución en general, convencido de que la democracia es mejor por igualitaria, por inclusiva y porque permite echar al que lo hace mal, cosa que con los monarcas acaba exigiendo extremos como la guillotina.
4/ Pero hay dos cosas que me llaman la atención que son patrimonio conceptual, llamémosle así, para muchos antimonárquicos, ambas emparentadas en su falta de rigor. La primera es igualar a la monarquía española de hoy, de jarrón chino, con el absolutismo más brutal.
5/ Oír a algunos antimonárquicos españoles da la idea de que Felipe VI es equiparable a Iván el Terrible pero en peor, donde el rey es dueño de vidas y haciendas, decide toda la política de la nación y ejerce la violencia contra sus aterrados súbditos sin ningún control.
6/ Que la monarquía actual depreda los bienes de sus súbditos, no está sometida a ley alguna y, en resumen, que es la fuente esencial de los problemas de la nación, y su supresión urge para instaurar la democracia y el estado de derecho. Lo cual es, cuando menos, una exageración.
7/ Que la institución per se sea cuestionable no implica que todas las monarquías sean igualmente lesivas. Esto no ayuda a la comprensión de la realidad. La monarquía española es la que menos poder tiene de entre las 28 que sobreviven. La de Swazilandia, la última absolutista.
8/ Para valorar una institución, pues, hay que matizar, contextualizar y analizar con rigor. Felipe VI no es Vajiralongkorn de Tailandia. Acusarlo de todo tipo de delitos sin pruebas simplemente es otra forma de rehuir un análisis que podría no ser tan contundente como se quiere.
9/ En este primer punto, es irrelevante la monarquía o la no monarquía, lo relevante es la falta de raciocinio que exhiben algunos que se nos presentan como adalides de la democracia y cuyas capacidades cognitivas o su buena fe -o ambas- resultan bastante dudosas.
10/ Es decir, la propuesta de eliminación de la monarquía no puede limitarse a "es que es el rey", sino debe depender de las ventajas y desventajas que implicaría sustituir al monarca ceremonial que tenemos por un presidente igualmente ceremonial. Y allí entra el segundo punto.
11/ Muchos antimonárquicos se proclaman "republicanos". Por un lado, idealizan los sistemas republicanos (ojo al plural) y por otro tienen una visión torcida e infantil de lo que fue la Segunda República, tan lejana de la perfección (sin que ello afecte su absoluta legitimidad).
12/ Basta pasearse por la Constitución de 1931 para constatar que, avanzada como era para su momento histórico, sería un documento inaceptable hoy en día. Es decir, la idea de "volver" a la II República es a la vez ignorante y peligrosa. Son otros tiempos y otras circunstancias.
13/ De modo que "ser republicano" hoy puede significar "simpatizar con la república contra el golpe de estado franquista", que es legítimo y resulta prácticamente asunto de cualquiera que crea en el estado de derecho y la democracia. Nada que objetar allí.
14/ Pero, como "ser republicano" no vale como "Reinstauremos la II República con sus leyes, instituciones y prácticas", ni hacer la república o romana antigua, la pregunta indispensable es ¿de qué tipo de república es simpatizante cada republicano?
15/ Y aquí se le complica el panorama conceptual al que cree que "fuera el rey" basta para crear el paraíso en la tierra y conseguir la justicia, la igualdad y helados para todos, porque los tipos de república son interminables, y poner de acuerdo a todos en una no es fácil.
16/ ¿República unitaria o federal, socialista o islámica, parlamentaria o presidencialista, bolivariana o popular, cooperativa o coronada?
Sí, la hay coronada. Australia se ha definido como tal, y el R.U. Lo cual nos regresa a la casilla de salida y sin cobrar 200 euros.
Sí, la hay coronada. Australia se ha definido como tal, y el R.U. Lo cual nos regresa a la casilla de salida y sin cobrar 200 euros.
17/ Repúblicas son Egipto y Corea del Norte, Venezuela, Argentina, Francia, Irán, Kazajstán, Turquía, Hungría y Afganistán. Y, si una república es donde no manda el rey, sino la gente, nombres aparte, España es hoy tan república o más que muchas de ésas. Sorpresa.
18/ Por eso son más importantes los conceptos que las palabras. Acusar de delitos a Felipe VI o proclamarse republicano sin más no son razones. Decisiones tan graves se tienen que tomar pensando, no con las vísceras, que es lo único que algunos usan en estos populistas tiempos.
19/19 En lo abstracto rechazo la monarquía y prefiero una república presidencialista federal. Pero en lo concreto, mejor un gobierno justo, con preocupación social, que promueva el bienestar, la legalidad y la felicidad de la gente. La forma de ese gobierno es irrelevante, ¿no?
@threadreaderapp Unroll.
