1. Lo más odioso de la "celebración" de López a un año de tomar el gobierno es que demuestra que el tipo de verdad está atorado en un esquema de pensamiento mágico, mesianista y eminentemente religioso. Ese tipo de celebraciones eran comunes en la antigüedad, pero...
2. Se hacían justo porque los reyes se creían encarnaciones del dios sol, y elegidos para estar por encima de todos los demás, simples mortales. Ese paradigma político sólo provocó miseria y sufrimiento a las amplias mayorías de la población.
3. La única solución histórica a semejantes barbaridades ha sido el Capitalismo, un sistema que nació con muchos defectos (porque todo era defectuoso en ese momento), pero que por lo menos empoderó al individuo frente al sistema político y religioso.
4. La base del Capitalismo es el mercado, y se ha demostrado solventemente que mientras más estable es un país, y mejor distribuida está la riqueza, mejor funciona el mercado. Por ello, el Capitalismo ha evolucionado hacia versiones funcionales y sorprendentes.
5. Pero eso ha ido de la mano con una noción fundamental: Las instituciones como forma de limitar el poder de los máximos jerarcas políticos, llámense reyes, presidentes o primeros ministros.
6. Dicen que en política, la forma es fondo. ¿Quieren un argumento contundente para demostrar (o convencerse) de que López está destruyendo las instituciones que le estorban en su ejercicio absoluto y tiránico del poder? Fácil: La celebración de mañana.
7. Atrapada en el paradigma de las antiguas monarquías en las que era fiesta nacional el aniversario de la entronización del monarca, la fiesta de mañana nos muestra a López en toda su complejidad propia de político pleistocénico y primitivo.
8. Su destartalada y anacrónica cabecita cree que realmente es motivo de fiesta el aniversario de la llegada de un hombre al máximo poder. Por supuesto, lo hace porque tiene a sus millones de focas que le toleran todo, pero nótense los resultados...
9. Tal y como la Historia demuestra contundentemente, esa mentalidad mesiánica generalmente fue acompañada de una total inutilidad para gobernar. Y eso porque el dueño del poder absoluto "por derecho divino" difícilmente entiende que DEBE administrar bien al país completo.
10. López sólo ha sustituido el "derecho divino" por "la voluntad del pueblo bueno", pero su idea es la misma: Es el elegido y su sola presencia -cual dios solar de la antigüedad- ilumina y llena de beneficios a sus súbditos y feligreses. Es, en sentido literal, un "evangelio".
11. El Cristiansimo no inventó la idea del evangelio. Fue la Roma Imperial la que empezó a hablar del "evangelio de los Césares"; es decir, la "buena noticia" de los grandes beneficios que el César daba a sus súbditos por el puro hecho de existir.
12. La idea nunca fue buena. Ni en la antigua Roma. El primero en explotarla fue Augusto, y para lo único que sirvió fue para que el poder lo heredara Tiberio, un emperador más bien flojo e indolente. Luego vino Calígula, un desquiciado que murió como debía: Asesinado.
13. Vino el gris reinado de Claudio, y luego volvimos a los locos o idiotas, comenzando por Nerón. Tras su suicidio -no soportó que el Senado lo declarara "enemigo público"- vino el desastroso "año de los tres césares", cada uno más incompetente y corrupto que el anterior.
14. La única proeza memorable de Galba, Otón y Vitelio fue que casi se cargan al Imperio Romano, con la sencilla estrategia de no hacer nada más que autocomplacerse. La crisis fue tal que el orden lo reimpuso el único que podía hacerlo en esa situación: Un militar.
15. Vespasiano devolvió al gobierno imperial algo que venía brillando por su ausencia desde tiempos de Augusto: Disciplina. Y moderación, dicho sea de paso. Eso permitió a Roma salir de su crisis política, y empezar una difícil trancisión que, al final, tuvo buenos resultados.
16. Después de los césares de la dinastía de los Flavios, Trajano consolidó el poder institucional de tal modo que el siglo II fue el mejor en la historia de la Roma Imperial. Pero eso es otra historia. Por el momento, lo que me preocupa es que...
17. La autocomplacencia mesiánica de López y su troglodítica idea de que la nación se ha beneficiado por su pura existencia (tanto como para hacer de su primer aniversario una fiesta, pese a los pésimos resultados) es un síntoma de que andamos como Roma en sus peores épocas.
18. Ya tuvimos una secuencia de presidentes corruptos, no mejores que lo que en su momento fueron emperadores como Tiberio o Claudio. Y ahora parece que estamos en la etapa de chiflados, como Calígula y Nerón, capaces de darle puestos a gente inverosímil, o de incendiar el país.
19. ¿Va a ser necesario que llegue un Vespasiano para reimponer el orden? Me refiero a un golpe de estado. Es decir, que un militar -con el ejército a su favor, por supuesto- decida que basta de tanta idiotez, y simplemente se imponga para ponerle un alto a la estulticia.
20. Sería terrible. Es una situación extrema que espanta por muchas razones. Pero la Historia es contundente en sus lecciones, y lo que veo en López son todos esos errores que lanzan a una sociedad hacia ese terrible panorama en que se gestan los golpes de estado.
21. Mientras, el mesías bananero se olvida de atender los problemas reales del país (mejor así, porque es un absoluto incompetente; sólo empeoraría las cosas), y organiza su fiestota para conmemorarse a sí mismo, cual deidad de pacotilla que es.
22. Y yo sólo me pregunto: ¿Cuánto tiempo más va a resistir esto hasta que el espíritu de Vespasiano se le meta a algún general y diga "basta"? No tengo ningún aprecio por López, pero esa alternativa extrema me da miedo. Mucho miedo.
