Los hechos hablan por sí mismos, el desastre acompaña la gestión de López, el mismo se ha encargado de ponerse la soga al cuello al generar, desde su habitual demagogia, expectativas incumplibles o absurdas. Al cierre de su primer año de gestión, deja en claro que ha fracasado
como Presidente. La economía estancada, crecimiento cero, si técnicamente se declara o no la recesión, es lo menos importante, la economía no ha crecido, así de simple. En su Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, López estableció como meta un crecimiento promedio sexenal de 4%
y una estimación de 6% para 2024, y, en su primer año, el crecimiento fue cero. López es un excelente “espanta-inversiones”: ¿qué empresario cree que los caprichos de un autócrata son la mejor base para calcular ingresos y egresos a largo plazo? No sólo canceló el proyecto del
nuevo aeropuerto de Texcoco para iniciar otro, menos promisorio que el primero. Además, está construyendo una refinería innecesaria y cara, así como un tren en la Península de Yucatán, dizque para detonar el desarrollo de esa región, puro desperdicio de recursos. Por otra parte,
con sus programas asistencialistas sólo está fomentando el parasitismo social o las actividades económicas de baja productividad o baja competitividad, la pobreza no se supera dando limosnas, sino creando empresas, generando empleos, fomentando el emprendedurismo, su egolatría
se alimenta de hambreados besándole las manos a cambio de un mendrugo de pan. López es un político perverso, manipula a la gente necesitada para alimentar su ego, la gente pobre y agradecida se convierte en su “riqueza” política y no quiere que el pobre deje de serlo, porque se
le acabaría su “mina de oro”. La delincuencia se siente como en casa: ya suma 30 mil homicidios, récord histórico. Y las fuerzas del orden han sufrido sus peores humillaciones, la delincuencia, la inseguridad y la violencia van en aumento y así seguirán, el crimen, sobre todo el
organizado, sabe que le irá muy bien con López y no nos extrañe que incluso, ellos encarguen de que siga ganando MORENA, le conviene un gobierno blandengue, que se repliegue y ceda las plazas, no debemos dejar de considerar que México se está convirtiendo en una dictadura al más
puro estilo de Porfirio Díaz. López se ha encargado de contaminar al Poder Judicial de la Federación y a los organismos constitucionales autónomos, poco le falta a López para tener el control absoluto de los poderes públicos de todo México, técnicamente, estamos constatando el
avance de una dictadura. La buena noticia es que la sociedad está despertando poco a poco y aunque mucho el trabajo qué hay que hacer, los errores de López ya les están restando popularidad y sus niveles de aceptación, ahora falta que la oposición capte y capitalice esos errores.
