El machismo no es una enfermedad mental, ni tampoco los agresores son enfermos mentales. La violencia machista está respaldada de manera estructural por el patriarcado, ajena a ser una cuestión que tenga que responderse desde la salud mental, la cual no tiene nada que ver.
Dicho de otra manera: cuando se alude a la salud mental para dar respuesta o explicación a una agresión machista, se está invisibilizando la raíz del problema, que es el patriarcado y la educación diferenciada por sexo que permite y da lugar a ciertos tipos de actitudes y roles.
Cuando a los maltratadores (entre otros) se les refiere como 'locos' se está incurriendo en un error muy grave: dejar a una lado una estructura, un sistema político, económico, cultural, hegemónico; el cual instruye y educa en la idea de poder: poder (para) maltratar, violar.
Por ello, los hombres que maltratan no son locos ni están enfermos: saben lo que hacen, y tendrán esa posición de poder mientras sigan influenciados por un sistema patriarcal.
Un eslogan muy gráfico para entender esto es el de: "no son enfermos, son hijos sanos del patriarcado."
Un eslogan muy gráfico para entender esto es el de: "no son enfermos, son hijos sanos del patriarcado."
Por tanto, conductas como el machismo no son producto de ninguna enfermedad mental, están asociadas a un sistema político y cultural que lo respalda, y que seguirá vigente en tanto los hombres sigan teniendo un papel activo y no renuncien a la posición que les ha sido dada en él.
