Thread by @Dumagul

A propósito de los incendios sin precedentes a escala global y su relación con el cambio climático antropogénico, me gustaría hacer un #Hilo relacionando deforestación, Holoceno, influencia antrópica y Eventos de Extinción.

El cambio climático natural, crudo, puede producirse en espacios de tiempo muy cortos (décadas-siglos) y tiene cierta ciclicidad. Su brusquedad es conocida por los organismos biológicos, que se han adaptado de muy diversas formas.
en.wikipedia.org/wiki/Bond_event

La modificación bioclimática antropogénica acelera el cambio, supera a la capacidad de las comunidades para adaptarse, destruye algunos de los factores fundamentales y ha podido desencadenar el actual evento de extinción (Urrego, D.H. et al. 2009), (Coltrinari, L. 1992).

¿Por qué digo modificación bioclimática antropogénica y no simplemente cambio climático? Porque en realidad, si sólo fuera cambio climático, por brusco que lo provocáramos, los ecosistemas no tendrían mayor problema en superarlo y adaptarse. Lo llevan haciendo desde siempre.

El legado ambiental, cultural y ecológico está en peligro debido a la deforestación y un desarrollo socioeconómico incorrecto, los efectos de la modificación bioclimática antropogénica y la aceleración del cambio climático (Coltrinari, L. 1992), (Furley, P. A. 2007).

La actual deforestación ya está modificando los patrones de circulación atmosférica y aumentando el nivel de CO2, aumentando el efecto invernadero, multiplicando la tendencia a la aridez y cambiando los patrones atmosféricos. (Philander, S. 1998) doi.org/10.1016/S0006-…

La desaparición de los bosques destruye la capa edáfica, aumenta la erosión, trastoca la dinámica geomorfológica, seca el suelo y retroalimenta todos los procesos negativos relativos a la modificación bioclimática antropogénica (Liebmann, B. & Mechoso, C.R. 2011).

Durante el Holoceno se han producido la retirada de importantes masas vegetales en todos los continentes: de forma más o menos natural, o empujadas por el cultivo, la ganadería y el fuego.

El reemplazo de la cubierta vegetal original tiene un sinfín de importantes consecuencias: la modulación de los procesos sedimentarios y el relieve y la extinción a gran escala de las especies vegetales y animales que habrían dominado los paisajes en el Holoceno.

Los mayores impactos del cambio climático tienen que ver con una actividad intensa de los fenómenos climáticos interanuales, su intensidad y reproducción año tras año, con el ENOS como principal generador de variabilidad. La Tierra se comporta como una olla al fuego:

Cuanto más calor le aplicamos, más se mueve el agua, y cuanto más se mueve el agua, más posibilidad hay de que un burbujote se salga de la olla (más eventos extremos, climáticos y meteorológicos).

A nivel de ecosistemas y paisajes... eliminar la cubierta vegetal o sustituirla es un proceso terriblemente doloroso y sin marcha atrás: una vez se quema o rotura un paisaje, JAMÁS se recupera. Incluso si vuelven a crecer las cubiertas vegetales.

¡Exagerado! diréis. Lamentablemente, desde la perspectiva europea u "occidental", todos podemos ver cómo un bosque quemado se recupera en 40 o 50 años. Pero ¿sabéis qué? excepto algunos trocitos mínimos, ningún bosque europeo u "occidental" es más natural que un jardín.

Los bosques que consideramos naturales los europeos han sido completamente devastados, remozados , quemados, roturados, replantados, cosechados, fragmentados, vueltos a pelar, sustituidos, reforestados y economizados hasta más allá del límite arbolado alpino.

Puedes salir a la Sierra de la Demanda, por ejemplo, y no encontrar ni rastro del tipo de bosque que había allí hace 5.000 años. Lamentablemente, por bonito que sea, es sólo un remedo de los bosques holárticos debido a la acción humana. dialnet.unirioja.es/servlet/revist…

Estos y otros paisajes hoy se encuentran tan antropizados que son terriblemente débiles frente a un cambio climático brusco. Aunque en el pasado pudieron adaptarse, hoy no lo conseguirían. Y no lo conseguirán.

Los bosques deforestados son reemplazadas por sabanas edáficas y desiertos en el peor caso, o estepas al aumentar el impacto de la agricultura y la ganadería. La deforestación masiva altera los climas regionales y se retroalimenta. bit.ly/39MJk8b

¡Plantemos árboles! Sigues exagerando, diréis. No. No hay forma de devolver esto a su estado natural. Es como quemar una biblioteca. Por mucho que te esfuerces, devolverla a su estado es imposible: siempre habrá algún libro irreemplazable.

La fragmentación del hábitat de los bosques (y en general de los ecosistemas) y los cambios en la biota han resultado cada vez más profundos y la capacidad para recuperarse de estos es cada vez menor (Gagnon, P.R. et al. 2011).

Desde finales del SXX el ser humano ha entendido, a través de la ciencia, que sus modificaciones sobre los bioclimas tienen una gran importancia. Los esfuerzos por recuperar las áreas boscosas y evitar trastocar los ciclos bioclimáticos se han incrementado.

Pero la maquinaria económica una población masiva y en aumento no parece poder pararse a corto o medio plazo en un mundo globalizado. Una de cada 17 células animales que existen en la actualidad forma parte de un ser humano (Bar-On, Y.M. et al. 2017).

Esto ya lo puse por ahí, pero lo repito: la biomasa combinada de humanos y animales destinados a su consumo es 18 veces superior a toda la biomasa de mamíferos y aves silvestres y equivale al 7% de todos los animales sobre la Tierra (Bar-On, Y. M. et al.2017)

La reforestación de los bosques podría ser una forma de mitigación frente al cambio climático (Locatelli, B. et al. 2015), pero no ayudaría a la compleja regeneración necesaria para la recuperación de las capacidades de la floresta: nos estamos comiendo una vida que no volverá.

Las distintas actuaciones propuestas por los gobiernos resultan mínimas,
insuficientes y completamente incapaces de ni siquiera frenar la dinámica de destrucción y modificación bioclimática. La casa en llamas, how you dare, etc.

Incluso la disminución en la tasa de deforestación (que no en el aumento de bosque) de los últimos 20 años se ha debido a procesos económicos ajenos a las políticas de conservación.

elpais.com/elpais/2015/03…
¡Ey, no lo estamos haciendo tan mal!
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Se tira por la ventana.

Los seres vivos se reconocen por poseer al menos tres funciones vitales fundamentales: la nutrición, por la cual adquieren energía de su entorno , la relación, por la cual establecen lazos con otros seres vivos y la reproducción, con la cual son capaces de crear semejantes.

En la mayoría de los casos, cuando se establece el riesgo de que una especie o comunidad desaparezca se determina si la cadena trófica de la que forma parte está dañada o corre peligro, o si la comunidad puede desarrollarse y reproducirse con viabilidad.

La función de relación ha quedado tradicionalmente relegada, dada la rapidez con la que una especie en particular puede sucumbir a la rotura de la cadena trófica que la sustenta o por su incapacidad de reproducirse.

Pero ay amigos: la función de relación posee una característica propia que influye determinantemente en la viabilidad no sólo de una especie, sino del conjunto de las comunidades que puedan estar en riesgo por el debilitamiento de las relaciones vitales.

Las relaciones interespecíficas no se limitan a las típicas: comensalismo, mutalismo, simbiosis... Las plantas y animales HABLAN entre ellos. Y se dicen cosas muy importantes. Ya estaréis pensando que le he dado al frasco.

En toda comunidad biológica los distintos integrantes se encuentran imbricados con los demás. Una situación de relación múltiple entre varios seres vivos les permite apoyarse en las adaptaciones de los demás para sobrevivir. Cuanto más diverso, mejor. Vereis:

El ejemplo más estudiado hasta la actualidad han sido los micorrizas, cuyas capacidades para actuar de red de comunicaciones entre plantas ya ha sido demostrada (Beiler, K.J. et al. 2009), (Song, Y.Y. et al. 2010), (Gorzelak, M.A. et al. 2015).

Los bosques tienden a adaptarse a los cambios climáticos con mucha rapidez, incluso antes de ser detectados por nosotros. Esto se debe a que algunas de las especies son más sensibles a los cambios ambientales.

Así, un organismo que detecte, por ejemplo, variaciones en la rapidez del aumento del CO2 avisará a las especies con las que mejor se lleva. Podría ascender en previsión del aumento de temperatura asociado al aumento del CO2.

Cualquier otro organismo relacionado con él, tenderá a asumir que la temperatura aumentará. No porque lo piensen, sino porque la movilización en el patrón de distribución también le afectará a él. Viajarán juntos, ellos y todos sus amigos, para adaptarse. Como los fruitis.

Así en una comunidad megadiversa, las relaciones interespecíficas son tan fuertes que pueden producirse adaptaciones en los patrones de distribución o la fenología ANTES de que se produzca el cambio que las desataría. PUTA MAGIA.

Imaginad ahora, por un momento, que el organismo que detectaba el cambio en el CO2 desaparece achicharrado. Ahora imaginad que un área del tamaño de Virginia (o de Castilla y León, por si no eres americano) desaparece en un año. Ahora imaginad eso durante, pongamos, 50 años.

Borramos del mapa todas las relaciones interespecíficas cuando quemamos el bosque. Dejamos mudos, sordos y ciegos a los organismos frente a las modificaciones ambientales. Ellos podrían adaptarse al cambio climático, PERO NO LO HARÁN. Ya no pueden.

Por eso, la modificación antrópica de los bioclimas, especialmente desde la industrialización, es tan peligrosa. Destruir los bosques no sólo acaba con la biodiversidad y ataca las raíces climáticas y geomorfológicas, sino que destruye la capacidad de adaptarse de la vida.

Y ya está. El que haya llegado hasta aquí se merece un premio ¡Vaya turrada! Disculpen las fotos robadas, los memes tontos y los artículos incomprensibles y tengan un feliz 2020.