Thread by @PerMexicum

Videojuegos, armas y narcoseries

Te voy a contar algo muy personal, pero por favor no se lo cuentes a nadie. Era una fría mañana de invierno en campo abierto. Había salido con mi padre. Mi padre vió unas palomas a lo lejos.

Se colocó detrás de mí y se agachó sacó su revolver de

la funda y lo puso en mis manos, me ayudó a sostenerlo con las suyas. Me explicó que cualquier arma tiene dos mira la trasera y la delantera. El viento se quedó quieto y en silencio. De esos momentos en que la naturaleza sabe que alguien será enviado a otro plano de existencia.

Mi padre y yo seguimos una paloma con el resolver despacio, amartilló el revolver y me dijo que apretara el gatillo, pero que cuidara que la mira delantera estuviera un poco adelante de la paloma antes de hacerlo. PUM. Una paloma comenzó su picada al suelo.

Esto pasó antes de que aprendiera a leer y escribir, para que te des una idea. Era muy pequeño y eso fue el milenio pasado. Esa y otras palomas fueron la comida del día.

Hoy esta historia, espantará de seguro a los que son de algodón de azúcar. Pero no sé espantan ni dicen mucho

de la terrible violencia que azota el país.

A veces parecía que el cuarto de juguetes de mi padre era más una armería que otra cosa, pistolas, rifles y escopetas. Cuchillos de cacería y varios trofeos de caza.

Pero siempre fue responsable en el manejo de las mismas y siempre

fue consciente de lo que pueden hacer. La regla de oro, era sólo se sacan para usarse y se deben de guardar con honor.

También te voy a contar que después de más grande jugué videojuegos, de todo tipo, incluyendo juegos de guerra o de francotiradores (shooters). He conocido a

muchos jugadores de videojuegos y distan muchísimo de tener cuerpo de guerreros, seguramente también carecen de la puntería en la vida real que tenemos en la familia.

Tiempo después comenzaron a llegar a nuestro país, las narcoseries, principalmente colombianas. En ellas los

los traquetos (narcos) son los protagonistas y no se retrata la crudeza la situación de manera correcta, se crea una narrativa una vida llena de mujeres que están literalmente llenas de implantes, del glamour de fiestas que parece que no acaban nunca, del dinero fácil y rápido.

Una vida en apariencia placentera, que sin embargo sólo tiene un triste sino: el panteón o la cárcel.

Ese modelo de narración barato y de poco contenido, se ha implantado en nuestro país, por medio de series de manufactura propia, están las interminables novelas de los capos

mexicanos. Todas tienen el mismo final.

Por otro lado pensar que prohibirlas, va a tener algún efecto es en el mejor de los casos extremadamente cándido, tendría un efecto nulo. Los narcocorridos han sido prohibidos en Ciudad Juárez y en Sinaloa.

Eso no ha cambiado la realidad de ambos lugares.

Si tienes algo de consciencia al respecto no las veas. Castigalas con tu desprecio, no ayudes a qué generen dinero, los que lucran con la apología de ese tipo de vida.

Te voy a decir otra cosa, pero no se lo digas a los correctitos, ni a los que quieren tapar el sol, la luna y las estrellas con un dedo. Permíteme unos minutos de tu atención:

Las armas no matan gente,
los videojuegos no matan gente.
La gente mata gente, pero especialmente la gente que no tuvo amor de pequeño es la que es más susceptible a cometer actos de violencia explosiva.

Incluso te digo ahora que las narcoseries, no lo hacen.

Lo hacen los que se meten en ese negocio, que las mismas fomentan promoviendo una vida fácil.Pero ciertamente,ese tipo de programación retrata una realidad que va más allá de la serie misma y que seguiría existiendo con o sin ella.
Te contaré algo más para terminar está historia:

Sabes de pequeño siempre tuve alguien que me dijo que me quería y que era inteligente, a veces hasta me decía que era guapo. Te podrás imaginar que ese alguien fue mi madre. En retrospectiva ciertamente me quería y he de decirte que si me arreglo me veo bastante bien.

Finalmente te digo he tenido contacto con armas, videojuegos e incluso con narcoseries ( de manera tangencial), ¿sabes a cuántas personas les he hecho ese daño que dicen que provocan? A ninguna.

Por última vez no se lo digas a nadie. Esto es personal.

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