De cómo percibimos un fenómeno, depende el abordaje que hagamos de él; puede ser una amenaza real y valernos madre, o una trivialidad y quitarnos el sueño.
Eso me recuerda a alguien que conocí hace más de 30 años...
Eran los tiempos del sida como algo ominoso, por sus alcances y la desinformación.
Cuando el ganadero aquél hizo una pausa para servirse otro güisquito, alguien lo interpeló:
"Oye cabrón: y no te da miedo que en una de esas te peguen el chingado sida?"
Ante el silencio de TODOS, el tipo continuó:
"Imagínate el pedo que debe ser atrapar a uno de esos chingados monos azules; luego, que te lo puedas COGER...
Y el señor siguió chupando con total relajación.
PERCEPCIÓN. Según lo que él alcanzaba a ver y entender, era un pedo ser contagiado.
Ojo con eso, mexicanos. Revisen sus percepciones.
Sirve un chingo.