Una cosa es que a un humorista no se le pueda castigar por estas sátiras. Al respecto hay una ristra de resoluciones del TEDH.
Otra es que una TV Pública no deba emitir ciertos contenidos (y que se exija responsabilidad *política* a sus dirigentes).
eldiario.es/catalunya/poli…
Otra es que una TV Pública no deba emitir ciertos contenidos (y que se exija responsabilidad *política* a sus dirigentes).
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Pero ciertos sectores anómicos de la sociedad, que dividen el mundo sólo en dos categorías ("lo aceptable" y "los delitos"), no pueden entender esto.
Son sectores que han DIMITIDO de la política y la ética social. Para ellos las críticas o reproches sociales de los ciudadanos (unos menores de edad eternos) no significan nada; por eso el único que para ellos distingue el bien del mal es ese "Padre estatal": el Derecho penal.
Ese Padre estatal nos distinguirá el bien del mal castigando la blasfemia, la adhesión ideológica al fascismo, la crítica burlona a la policía, la sátira política si es machista o menciona mocos y banderas, los cantos a un Yahvé que sólo sabe de penes y vulvas pero no de géneros.
Porque nosotros somos unos infantes y no se nos puede confiar la labor de distinguir por nosotros mismos lo aceptable y lo que, sin incitar a delito alguno, merece reproche social o ético.
Así estamos. Esta es una visión muy extendida en el siglo XXI.
Así estamos. Esta es una visión muy extendida en el siglo XXI.
