Uno de los derivados potenciales más valiosos de la pandemia en México, debería ser el de entender el efecto diferenciado del #covid19 entre distintas sociedades (estados, regiones, ciudades) dependiendo de cómo suelen ser sus sociedades y, por derivación, sus gobiernos.
Acá he dicho, como muchos otros, que ejercer ciudadanía comienza con el respeto de los semáforos, la limpieza de las calles y en general con el respeto de los principios cívicos.
He puesto como ejemplo positivo a mi ciudad y a mi Estado, #Querétaro.
He puesto como ejemplo positivo a mi ciudad y a mi Estado, #Querétaro.
Ante esas declaraciones, me ha tocado leer respuestas de mofa en el sentido de "Ya barrí mi banqueta, a qué hora se acaba la corrupción?" o bien "Ya le eché ganas pero todavía no me despositan, cuánto más falta?", ambas pruebas inatacables de simpleza y estupidez.
Hoy es evidente que el efecto de la pandemia por #covid19 es diferente no sólo de un país a otro, sino de una ciudad a otra dentro del mismo país o aún en la misma región. El análisis de esas diferencias deberá arrojar patrones de éxito y de fracaso asociados a las sociedades.
Esos patrones van a demostrar que sociedades respetuosas de la ley, proactivas y educadas, pagan costos menores ante sucesos como la pandemia, que las sociedades ignorantes, reactivas y con una subcultura de la ilegalidad arraigada.
Aún antes de esos análisis, los escépticos simplones de la civilidad como factor social de valor práctico, ya deberían estar intuyendo que el éxito social se construye con pequeños actos individuales como LAVARSE LAS MANOS, usar un cubrebocas, guardar distancia y ayudar al otro.
Es esencial comprender el origen de esas diferencias entre regiones, con los efectos de la pandemia como rasero, para tomar mejores decisiones en otras dimensiones cívicas del individuo, como la electoral, por ejemplo.
El próximo año habrá otra vez elecciones en México, y serán una suerte de referéndum, federal (legislativo), estatal (ejecutivo y legislativo) y municipal (ejecutivo) entre lo que ha funcionado bien en los últimos 30 años, y lo que ha salido del carajo en los últimos 18 meses.
Si no logramos que suficientes mexicanos COMPRENDAN lo que ha pasado en México, quiénes y cómo han sido responsables, y cuál es la relevancia de los actos individuales y cotidianos en ello, estaremos en riesgo de volver a atestiguar un cagadero democratico como el de 2018.
Sociedades educadas, proactivas y respetuosas de la ley son origen de mejores gobiernos, no al revés.
Sociedades ignorantes, reactivas y adictas a lo ilegal son origen de peores gobiernos, y luego se convierten en sus víctimas.
Está pasando. Que ya se entienda. Urge.
Sociedades ignorantes, reactivas y adictas a lo ilegal son origen de peores gobiernos, y luego se convierten en sus víctimas.
Está pasando. Que ya se entienda. Urge.
