El paseo nupcial en el viejo jaguar de tío Ramón fue muy emotivo. Cruzamos la cancela, salimos a la nacional y subimos hasta la ermita, donde tío Fernando les hizo unas fotos preciosas en las ruinas que vieron la primera experiencia mística de tía Adelita hace un siglo. Va hilo👇
Como tita Carmen está felicísima con eso de ir saludando por la ventanilla y quiere tener muchas fotos para enseñárselas a sus amigas de la asociación, tío Fernando se ha subido en la vespa del capataz y Alvarito, que está encantado con irse de aventura, le asiste como conductor.
Se acercan al auto, tita saluda agitando la mano y Willy lo hace militarmente llevándose la mano al casco. Se alejan para obtener instantáneas con el cartel de «Just Married / Recién Casados» que les ha preparado mi padre junto a la correspondiente ristra de latas de conservas.
De vuelta de la ermita y al pasar junto a la cerca de Rabanito, tita Carmen decide fotografiarse con la campiña al fondo. Se bajan. Tío Willy va muy despacio. Intenta levantar mucho los pies, como si estuviera atravesando un campo de minas.
-Willy, vamos.
-Voy, ya estoy ahí.
Le cuesta levantar mis zapatones rellenos con calcetines y arrastrar el sable a la vez. Pero poco a poco avanza -serán cuatro o cinco metros- y al fin, llega junto a tita Carmen que posa recostada en el tronco de la higuera en la que no hace tanto nos refugiamos mi padre y yo.
Se quita el casco para hacerle una reverencia a su amada, pero se le escapa de las manos y el pincho del plumero se le clava en la tierra. Tarda tanto en agacharse que se le adelanta uno de los perros de Rabanito que decide marcar el terreno usando de mojón el propio casco.
Alvarito ahuyenta al can y se lleva el casco al riachuelo que separa Las Golondrinas del cortijo del marqués, lo enjuaga bien y vuelve soleándolo para que se seque rápido. Mientras, Willy soporta una bronca homérica:
-No eres ningún viejo como para que te pasen esas cosas.
El día es magnífico y la campiña está espectacular.El sol refulge entre los campos, los pajarillos entonan duces melodías y tita Carmen se empeña en que Willy se arrodille. Le hace ilusión una foto con él en pose tan romántica. Es proponerlo y salir a por el botiquín del maletero
Ella se apoya en la higuera y Willy con la rodilla derecha en tierra y el caso de guardia municipal apoyado en la izquierda, le besa la mano. Le digo a tío Fernando que ponga el modo blanco y negro en la cámara y me contesta que ya ha ajustado el sepia que es más austrohúngaro.
Acabada la sesión, y como era de prever, tío Willy no puede levantarse. No sólo por la edad sino porque, sin darse cuenta, se le ha hundido la puntera del zapato derecho en la tierra removida. Y se ha quedado como clavado. Alvarito tira del pie y el pobre Willy se cae de cara.
Menos mal que estoy allí como la Cruz Roja. No ha sido nada. Un poquito de agua oxigenada, y cristalmina para que no se note. Lo malo es que se ha abollado el casco y ahora no le entra bien. Pero tampoco va a estar el hombre todo el día paseando el plumero de municipal de gala.
Volviendo en el coche pasamos junto a la casa de Nicasio el vaquero. El hombre grita y hace señas. Paro el coche.
-Señorita, bueno, ya señora, enhorabuena.
-Gracias, Nicasio, hijo.
-No las merece. Cuando nos enteramos en casa, nos alegró mucho la noticia. Mi mujer hasta lloró.
-He tenido que esperar un poquito por los lutos, pero bueno. Hoy es día de alegría
-¿Su marido?
-Si, el capitán general Miranda. De la Guardia Real. Es íntimo del rey, ¿sabes? Bueno, de todos los reyes. De España y de otros países
-Lo que usted se merece, doña Carmen. ¡Qué menos!
-Willy, es Nicasio. Vecino de toda la vida.
El capitán general -cuando se lo cuente a mi padre…- se vuelve y Nicasio, ochenta años cumplidos, que va tirando de una de las vacas, suelta la cuerda de inmediato y se cuadra recordando cuando sirvió de joven en la guerra de Sidi Ifni
-A sus órdenes, mi general. Cabo Nicasio García Rodríguez, de Grupo de Tiradores de Ifni nº 1. ¡Viva España! y ¡Viva el Rey!
Tío Willy que no se entera de nada, se lleva la mano al casco y responde al saludo.
-Está un poquito sordo. De un obús.
-Que sea muy feliz, que ya era hora
La vaca, que estaba tan contenta deambulando alrededor del coche, se siente atraída por los adornos florales de la manija de la portezuela del coche del lado de Willy. Se acerca y empieza a mordisquearlos mientras tita Carmen y Nicasio hablan y se dan recuerdos para las familias.
Al ver el casco le llama la atención y mete la cabeza por la ventanilla. Yo, que la veo por el espejo retrovisor le doy un manotazo en el morro. Se revuelve, saca la lengua y le pega a Willy un lengüetazo en la cara. En ese momento creo que no va a llegar ni al banquete. Angelito
Ya en la nacional oigo un chiflido y un grito. Es Paco el cabrero que lleva a la piara a pastar.
-Enhorabuena, señorita.
-Tita Carmen le saluda en plan regio y tío Willy pregunta quién es.
-El guía turístico que está paseando a toda tu familia para que conozca la campiña.
Veo a Willy fruncir el ceño por el retrovisor. Igual reacciona y dice algo. Si estuviera mi padre habría organizado una porra. Pero nada, suspira. Lo de este hombre con tita Carmen no se si es amor, una rendición incondicional o una penitencia en vida por sus múltiples pecados.
Cuando estamos casi en el cruce de la nacional y antes de enfilar la cancela nos adelanta una peña ciclista que va de ruta. Todos nos esperan aplaudiendo junto a la cancela abierta de par en par. Suena la «Marcha de los Voluntarios». Los novios bajan y nos van saludando a todos.
-Carmencita, que monísima estás. Ni Fabiola.Dice mi madre.
-Me he sentido como Jackie Kennedy paseando en el coche descubierto
-Nene,¿os han disparado?¿Estáis bien?
Mi padre. Alvarito va a reventar de risa
-Que hay mucho cazador por aquí, ¿verdad Willy?
-Luis, respeta a mi marido
-¿Y el reportaje? Es Mariloli
-Ya habéis visto. Con motorista y todo, como Audrey Hepburn en «Vacaciones en Roma», nena
-Pues al llegar parecíais la vuelta ciclista, cuñada
-Papá, contente…
-Si ha sido precioso, Nene. La serpiente multicolor y detrás la «boa»
Alvarito se parte
Sirven el aperitivo en el jardín mientras se termina de acomodar el salón. Se me acerca uno de los camareros. Un chico joven muy moderno, con su pendiente.
-Disculpe, no es cosa mía, pero su papá y el sacerdote ya se han tomado una botella de fino y han pedido otra y más jamón.
-No se preocupe. Hay presupuesto
-Se lo digo porque los veo mayores y puede sentarles mal.
-Papá, este joven dice que no debes beber
-¿Por qué?
-No es cosa mía pero creo que -titubea- a su edad, deberían cuidarse.
-Eso hacemos, ¿verdad don Ramiro?
-Hijo, ya dice el Eclesiástes …
El mejor pasaje del Antiguo Testamento con diferencia, -le interrumpe mi padre- ni lo del Mar Rojo, Nene y eso que tuvo que ser de cine. ¿Se acuerda usted de Charlton Heston, don Ramiro?
-Sí, claro. Don Ramiro continúa- Pues dice el Eclesiastés que el vino es vida para el hombre.
-Y luego añade –mi padre vacía su copa y declama en su estilo - ¿Qué vida es esa donde falta el vino? Así que no falte, hijo y tómate algo que te veo con muy mal color. Si he creído antes que eras el novio.
-Yo es que soy abstemio.
-Le acompaño en el sentimiento. Tan joven y …
Tita Carmen charla con mi madre junto al porche. Se las ve felicísimas. Hablan de tía Lolita y de lo que hubiera disfrutado este día. Le hace señas a mi prima Mariloli para que se acerque y cuando está como a dos metros le dice:
-Quédate ahí.
-¿Aquí? Contesta Mariloli asombrada.
-Un poquito a la izquierda. Un poco más. Un pasito a la derecha. Al frente. No tanto. Anda un pelín hacia atrás. Mariloli parece un paso de Semana Santa. Ahí, perfecto. No te muevas, Nena.
-Tita, nos hemos hecho las pruebas, no te preocupes por lo de la distancia de seguridad.
-No, si es porque nos da el sol en los ojos y con la sombrilla que llevas en la cabeza, nos lo tapas a la tita y a mí.
-Es una pamela.
-Pues parece un toldo de playa.
Mi madre le hace gestos a Mariloli para que no vaya a echarse a llorar. Que ella es de llanto rápido y no es día.
Willy se ha sentado. Sin el casco y con el uniforme lleno de medallas se viene para delante cuando va a coger su Seven Up de la bandeja. Lo agarra tío Fernando. Ahora, si no es por mí, se cae de boca al ir a servirse un poco de queso. Y con el jamón el que lo salva es Antonio.
Así que le ato el correaje por detrás del respaldo de la silla para que mantenga el equilibrio al echarse hacia delante. Pero no resulta una buena idea. Tita Carmen nos llama a todos a capítulo, intenta levantase y se cae de boca. Se queda a gatas con la silla atada a la espalda.
Entramos en la casa para el almuerzo y nos falta el novio. Salgo con Antonio y tío Fernando a buscarlo y nos lo encontramos intentando gatear hacia el porche. Pobrecillo. Si es que no le echamos cuenta. A ver que tal se da el banquete. (Continuará…)
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Como les contaba, cuando entramos a casa, tita Carmen decidió que nos hiciéramos un retrato de familia en el patio. Nos fuimos situando según sus órdenes y cuando dijo toda orgullosa: «Y aquí, a mi lado, mi querido esposo», nos dimos cuenta de que nos faltaba el novio. Va hilo👇
Entre la conversación y las risas se me había olvidado liberarlo de la silla. Al verse solo en el jardín y como tiene esa vocecita tan fina, no oímos sus grititos. Así que intentó levantarse. Pero como el correaje estaba bien sujeto a los travesaños, perdió el equilibro y se cayó
El pobrecito, con toda su buena voluntad y haciendo un esfuerzo infinito, consiguió ponerse a cuatro patas y avanzaba gateando muy despacito hacia el porche. Entre Antonio y yo lo incorporamos, le desatamos el correaje de la silla, lo cepillamos un poquito y lo entramos en casa.
Ayer tuvimos un día más o menos normal. Bien es cierto que mi padre y tío Fernando no se levantaron hasta casi las dos y después de almorzar se echaron la siesta. Y es que el viernes nos acostamos muy tarde tras la ajetreada despedida de soltero de tío Willy en Málaga. Va hilo 👇
No es que yo estuviera todo el día cazcaleando por Las Golondrinas. Entre el cansancio y la imaginaria que me tocó hacer para dejar a tío Willy en perfecto estado de revista sobre las nueve que es cuando mi madre y tita Carmen vuelven del paseo, necesité una siesta de tres horas.
Así que el pobre, sentado en una butaca del patio, sufrió primero el ninguneo,después el desprecio y al fin, un juicio sumarísimo que careció de toda garantía procesal. No sólo no se le proporcionó defensor, sino que juez, fiscal y jurado coincidieron en la persona de tita Carmen
De la despedida de soltero volvimos muy tarde y conseguimos lo que pretendíamos: campo libre. Las damas se habían retirado a descansar. La casa de los guardeses estaba cerrada a cal y canto con un letrero que decía: "La Lujuria mata al Amor, la penitencia lo revive" Va hilo 👇
No hacía falta llamar al CSI para deducir que aquel cartel era obra de tita Carmen, y no sólo intelectual, sino materialmente. Tenía móvil, capacidad y tiempo para perpetrarlo. Además, quienes la conocemos sabíamos que era capaz aunque no se puede acusar a tontas y a locas.
Pero un primer análisis la señalaba: esa cuidada caligrafía y su inimitable letra picuda la delataban. La tinta azul mares del sur de su estilográfica es rara y además de estar escrito en una de sus elegantes cuartillas membretadas, lo había firmado con nombre, apellidos y DNI.
Anoche lo decidimos. Bueno, lo decidió mi padre. Llamó a tío Fernando que está solito en Córdoba, lo invitó a la boda y le dijo a tita Carmen que nos íbamos a llevar a Willy para celebrarle una despedida de soltero como Dios manda y que no se preocupara que pagaba yo. Va hilo👇
Lo de que venga tío Fernando le hizo mucha ilusión a tita Carmen. Más que nada porque es un fotógrafo excepcional, además de haber dedicado su vida al diseño gráfico. Vamos, un artista. Y así le sale el reportaje gratis. Con razón me va a dejar una herencia sustanciosa. No gasta.
-Luis, nada de starletes, ni pinup girls saliendo de una tarta, ni cupletistas cantando coplas con poses flamígeras y sicalípticas. Que Fernandito siempre ha conocido a muchas artistas.
-Carmencita, que mi Luis nunca ha sido como tío Ramón.
-Pues vio «La blanca doble».
-Eso sí.
A raíz de mi comentario a un exquisito tuit de la elegantísima @Vani13C sobre el delirante atuendo con el que una bellísima actriz española se ha paseado por el Festival de San Sebastián, recordé la anécdota de tío Ramón y la esposa del agregado militar sueco en Lisboa. Va hilo👇
El atavío de la joven me recordaba al de quien sale huyendo de la alcoba de su amante saltando por la ventana porque la esposa viene al trote por el pasillo, armada con una carabina de caza y es campeona de España de tiro al plato. Sólo que con tío Ramón el cornudo era el marido.
Como les comenté en alguna ocasión, el advenimiento de la II República provocó una auténtica debacle en la familia de mi abuela María del Carmen. El bisabuelo Pepote falleció unos meses antes y la bisabuela Isabel decidió morirse al ver que aquello no parecía posible revertirlo.
Hace unos días les conté que estamos haciendo mascarillas para las figuritas del Belén. A raíz de ello, nuestro amigo @tenisgon apuntó la posibilidad de que los Reyes Magos acabaran confinados y yo recordé lo que aconteció a mi ahijado Juanito son SS. MM. de Oriente. Va hilo.👇
De sobra saben que no soy yo de contar la vida de nadie y menos de mi familia o de mis amigos más cercanos. Juanito es hijo de Chimo y Anita. Pero como hubo quien, como don @Antonio60711397, se sumó al interés por conocer la anécdota, tendré una vez más que claudicar y contarla.
Pues imaginen la situación. Juanito fue el primer nieto, en el caso de la familia de Chimo porque él es hijo único y en el de Anita porque tocó. Y además, es mi primer ahijado de muchos. Y todo el mundo como loco con el niño que además, era y es muy simpático. Las cosas como son.