Thread by @manuelhborbolla

Espionaje y medios

Hoy me estaba acordando de una anécdota que viví una vez en una redacción. Nomás de acordarme, me da risa y me sigue pareciendo increíble la manera tan absurda en que a veces se manejan las cosas.

En los medios, siempre han habido personas talentosas y muy capaces. Y también, muchas personas incompetentes que no pocas veces, suelen ocupar altos cargos por su obediencia a los mandos superiores, compadrazgos u otras causas, y no precisamente por su talento.

Una vez tuve una jefa a la que unos contactos suyos, le pasaron unas grabaciones telefónicas en que un funcionario mencionaba el nombre a un oscuro personaje, cercano y protegido políticamente por Felipe Calderón.

El personaje en cuestión, era señalado de encabezar una red de prostitución enquistada en las más altas esferas del Estado mexicano. Un asunto muy delicado.

La jefa que yo tenía no era muy capaz, pero ella creía que sí, y además le gustaba ejercer el poder que tenía de forma autoritaria. Pretendía que contactara yo a la persona que hablaba en la grabación para hacerle una entrevista. Por supuesto, me negué.

El tema era muy peligroso como para manejarlo a la ligera. Me impactó el grado de ingenuidad. Ávida por "ganar la exclusiva" me presionó para que le llamara al funcionario. Le dije que si tanto quería la entrevista, la hiciera ella. Yo no me presté a ser usado como carne de cañón

Aquello detonó álgidas discusiones. Yo no estaba dispuesto a poner la cabeza en la guillotina para satisfacer las frívolas fantasías de éxito periodístico que tenía mi entonces jefa. Les dije a los superiores que nos podían matar por ese chistecito estúpido. Al final me impuse.

El tema no salió publicado y quedó como anécdota. Pero me impactó el grado de inconciencia.

Conozco a muchas personas que tienen cargos similares en grandes medios y suelen tomar decisiones muy irresponsables, al no ser conscientes de cómo funcionan las cosas en este mundo.

Yo no descarto que se puedan usar grabaciones en un texto periodístico. Pero son temas que deben tratarse con pinzas y mucha seriedad, para no meter la pata y acabar en la línea de fuego en un pleito entre dos grupos antagónicos. La política real suele ser así: mafiosa.

Durante muchos años, las filtraciones de grabaciones obtenidas mediante el espionaje político fueron un asunto muy común en los grandes periódicos mexicanos. Para colmo, luego publicaban esos materiales como si fueran 'periodismo de investigación'.

Yo supe de varios casos en que García Luna distribuía grabaciones entre altos directivos de medios. Eso explica en buena medida, la red de protección mediática que durante años tejió García Luna. Las omisiones y tibieza de algunos opinadores frente al juicio en NY no es casual.

Por supuesto, García Luna no era el único personaje dedicado al espionaje político, aunque sí el más destacado. El exgobernador Rafael Moreno Valle también montó su red de espionaje. Y así, varios otros políticos de alto nivel. En la política, el chantaje es un arma muy poderosa.

Hoy, esas filtraciones en los grandes diarios ya no son tan comúnes. Ahora, los grupos políticos optan por subir ese tipo de materiales comprometedores a cuentas anónimas de Youtube, como vimos con los videoescándalos del caso Lozoya y Pío López Obrador.

Por ese tipo de cosas, uno tiene que ser muy cuidadoso con lo que lee en la prensa. Históricamente, los medios han sido utilizados como armas políticas. El gran público no suele tomar en cuenta estas cosas y a veces se deja convencer fácilmente por las mentiras que se publican.

Hoy que me acordaba de este asunto, y ayer leía las amenazas contra los compañeros periodistas en Iguala, no me cabe la menor duda de que uno tiene que estar un poco loco para dedicarse al periodismo.

Pero entre los grandes periodistas que yo conozco, prevalece una exigencia de justicia social tan grande, que muchos prefieran asomar la cabeza en la guillotina para evidenciar cosas ocultas, en lugar de enriquecerse y victimizarse porque les "quitan su libertad de expresión".

Luego de aquella anécdota, algunos jefes me decían que yo tenía fama de rebelde y difícil en algunas redacciones. ¡Cómo no te vas a poner rebelde cuando tu vida está en riesgo!

El periodismo es una profesión muy dura y difícil, aunque ya casi cualquiera se asuma como periodista.

Por eso me parece un poco absurdo que muchos opinadores y lectores de noticias, tengan a la mano tantos reflectores mientras los verdaderos periodistas muchas veces pasan inadvertidos.

A esos verdaderos reporteros que investigan y luchan, les rindo hoy, un pequeño homenaje.
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