Thread by @GuerraenlaUni

Para celebrar que ya somos 30k por aquí os voy a contar las cinco veces que casi palmo haciendo trabajo de campo. Clasificadas por causa de muerte. No le enseñéis este hilo a mi madre. Gracias.->

1. Mina antipersona, Etiopía, 2006. Durante varios años documenté los restos de la Guerra civil etíope (1974-1991): tanques despanzurrados, emboscadas, bases militares, lo típico. Un día, mientras estudiaba un convoy destruido, observé parapetos en un afloramiento cercano.->

Y para allá me fui tan tranquilo, campo a través. Solo que resulta que el campo a través tenía minas, que también me lo podría haber imaginado. Pero no me enteré hasta la vuelta, cuando atravesé el campo por segunda vez. Me informaron dos campesinos con cara de mucho susto. ->

2. Jaguar, Brasil, 2007. Los indios awá con los que hacíamos etnoarqueología nos contaron un día que no iban a salir a cazar con nosotros porque había una jaguar merodeando por la selva. Como no sabíamos que hacer, nos fuimos a registrar los caminos y rozas junto a la aldea.->

Y claro, acabamos entrando un poquito en la selva. Entonces oímos un maullido como de gato grande muy cabreado. Salimos por pies. Años después leí "Un viejo que leía novelas de amor" de Luis Sepúlveda, con una jaguara asesina de protagonista. Y el miedo retrospectivo que pasé.->

3. Secuestro y ejecución, 2013, Etiopía. Las montañas de Qwara son territorio sin ley, donde las autoridades se convierten en bandoleros y los bandoleros en autoridades. Durante la prospección de la zona nos tuvieron tres días secuestrados quienes debían protegernos.->

Nuestros colegas etíopes dieron por hecho que nos iban a asesinar y comenzaron a planear una huida nocturna. Estábamos en una montaña a 1.800 metros de altura y a 32 kilómetros de la carretera más cercana. En medio, bosque, bandidos, hienas y leopardos. ->

Dos secuestradores se cambiaron de bando en el último minuto y se ofrecieron a sacarnos de allí por un módico precio. Cuando llegamos al llano tenía ampollas como bolas de billar. Aquí la huida montaña abajo. Por el camino todavía tuvimos que esquivar una partida de bandoleros.->

4. Deshidratación, Somalilandia, 2015. La rasa litoral entre Bulhar y Zeila es un desierto de verdad: ciento y pico kilómetros de arena y sal. Nada mejor que hacerlo en un coche al que se le sale una rueda continuamente y con un guía inepto. Las 8 horas más tensas de mi vida. ->

Y lo tremendo es que el conductor ya nos la había liado el día anterior. Pasamos diez horas incrustados en un wadi. El único charco de toda Somalilandia.->

5. Deshidratación y disparos de Kalashnikov, Etiopía, 2015. Un campesino se ofreció llevarnos a los restos de un avión derribado en la II Guerra Mundial. Problema: se tardaba el triple de lo que decía. Salimos sin suficiente agua, en plena estación seca. ->

Llegamos al sitio (solo se conservaba un rotor) y nos dimos la vuelta ya sin agua. Al poco, alguien a nuestra espalda nos ordenó parar. Dije al grupo que siguiéramos; no podíamos perder tiempo. Volvieron a gritarnos. Mis colegas etíopes recomendaron parar.->

Eran varios campesinos armados con Kalashnikov. Nos dijeron que unos cuatreros habían robado ganado y que pensaban que éramos nosotros. Que si no nos hubiéramos detenido, habrían disparado. Quitando ese detalle, fueron muy majos. Pero no llevaban agua.->

Seguimos andando, la lengua pegada al paladar, la garganta ardiendo. 40º a la sombra. Y entonces dimos con un charco de limo verde. Potabilizamos. Moríamos de sed, no podíamos esperar las dos horas reglamentarias. Bebimos. Y sobrevivimos, claro, pero tremenda giardiasis.->

Tres reflexiones finales:
1) Decía Churchill que no hay nada más emocionante que que te disparen sin éxito. Esquivar la muerte es un subidón de adrenalina incomparable, cierto. Pero he disfrutado más del trabajo de campo cuando no he corrido riesgo de morir.->

2) Lo que para los europeos es una aventura, para mucha gente es su vida cotidiana. Por eso cuentan con habilidades de superviviencia increíbles. Por eso, también, su vida es dura y muchas veces corta. Ojalá un mundo donde nadie tenga que vivir aventuras.->

3) En las zonas rurales de África y Sudamérica he conocido gente maravillosa. Extremadamente hospitalaria, valerosa, inteligente y con un sentido del humor increíble. Ellos me han ayudado a sobrevivir física y psicológicamente. Gracias eternas.->

Sed prudentes, estudiad arqueología y leed a Maggie O'Farrell. "Sigo Aquí". Qué librazo.

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