Thread by @manuelhborbolla

No había visto la película 'Ya no estoy aquí'. Me conmovió por varias razones y a varios niveles.

Me recordó la vida en la calle, lo que es el hambre, dormir donde te agarra la noche, la inmensa soledad que se puede llegar a sentir a tan corta edad.

A diferencia del muchacho de la película, yo he sido afortunado por muchas razones, y he tenido una vida próspera. Pero ¿cuánta gente hay que no tiene esa fortuna? ¿Cuántas historias como la de Ulises existen en México?

La película está ambientada en Monterrey, en 2011. Por aquel tiempo ganaba poco dinero, pero aún así, puse dinero de mi bolsa para ir a hacer un reportaje sobre la violencia en Monterrey.

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En aquel tiempo, sentía que debía hacer un esfuerzo para aportar algo al reguero de sangre que se convirtió este país, en aquellos tiempos que, extrañamente, algunos elitistas de hoy evocan con tal añoranza que me resulta particularmente vomitiva.

Hablé con gente que estuvo en las pandillas y me contaron historias, muy parecidas a las que se ven en la película. Una noche que estaba allá, haciendo el reportaje, no pude dormir.

Había pactado una entrevista con un narcomenudista en el mes más violento en la historia reciente de Monterrey (julio de 2011). Nunca había temblado de miedo e insomnio en las horas previas a una entrevista.

Al final, la entrevista con el narcomenudista no se concretó, por azares del destino, pero aquel viaje me permitió sumergirme un poco al mundo de las favelas regiomontanas. La película me evocó mucho aquel momento.

La vida es muy dura. Pero la pobreza es algo que mucha gente no entiende, no dimensiona todo lo que implica.

La pobreza no es sólo carencias materiales: son las humillaciones que uno tiene que soportar, la falta de oportunidades, los abusos, la explotación, cosas que se van acumulando dentro de uno y a veces revientan de maneras inesperadas.

Parece increíble, pero existen personas que nunca han tenido carencias, y viven tan ensimismados en su burbuja, en sus problemas pequeñoburgueses, que no alcanzan siquiera a imaginarse lo que es ese mundo, que ven con asco y desprecio.

Por eso no soporto cuando la gente se refiere en tono despectivo a los "ninis", jóvenes que son presa fácil del narcotráfico como alternativa de vida, para salir de la miseria. Sólo quien ha probado aunque sea un poco de ese mundo, sabe de lo que hablo.

Por eso soy irreductible en mis posturas políticas. He sido un tipo afortunado y por lo mismo, mi crecimiento personal tiene que servir también para ayudar al otro, al desafortunado, que sigue ahí, tratando de salir del lodo.

Si en la vida hay que tomar partido, yo estaré siempre del lado de los pobres. Y por eso creo también que, "por el bien de todos, primero los pobres". No es sólo una postura política. Es un acto de responsabilidad y amor a los demás.

No basta con dar limosnas. Tenemos que luchar para generar condiciones sociales que permitan a mucha gente salir de la situación de miseria que viven. Su bienestar es mi bienestar. ¿Es tan difícil entenderlo?

¿Cómo podemos esperar vivir en una sociedad sana mientras unos pocos acumulan riqueza a expensas del sufrimiento de millones?

¿Cómo esperamos que la violencia termine si la violencia implícita a la pobreza sigue ahí, tan explícita, ante la indiferencia insultante de los más privilegiados?

Yo amo a todas las personas, y por eso, estaré siempre del lado de los pobres. Cueste lo que cueste. Ojalá algún día, los que siguen dormidos despierten, y podamos entre todos construir una sociedad más justa, para el bien de todos.
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