Es tétrico que a nueve malditos meses de iniciada la crisis sanitaria por #covid19, todavía andemos en el dilema de cerrar o no, porque no se han podido transmitir y cumplir los protocolos de prevención.
Pinche gobierno inepto y criminal, pinche sociedad torpe y temblorosa.
TODAS las actividades remuneradas son esenciales: si el sustento de alguien depende de su trabajo, esa actividad es esencial.
El parón fue necesario para CONOCER al bicho, COMUNICAR su alcance y naturaleza, ACORDAR los protocolos a usar, ADIESTRARNOS y RETOMAR actividades.
Pero no: entre un gobierno federal y algunos estatales criminalmente omisos e ineptos, y amplias porciones de la sociedad indolentes y simplonas, el parón sigue siendo una opción "nuclear" ante la subida de contagios.
Veo gente que sigue creyendo que hay una correa de transmisión directa desde el votante hasta los cargos nacionales; en este caso, el del presidente del Pan, @MarkoCortes .
No lo hay. No vale ni el berrinche. Desistan.
Cuáles podrían ser las motivaciones de Marko para ponerle atención a un votante, o a diez, o a mil? Él vive en una burbuja nacional, y desde ella tiene una visión, y una serie de prioridades, y COMPROMISOS y pactos que NO involucran a los de a pie. Ni de pedo.
Por eso el Pan no va en alianza en Nuevo León, a pesar de que esa estrategia se antoja ganadora DESDE la óptica ciudadana, como forma de asegurar que #morena no avance: porque la agenda del Pan nacional es divergente a la de los votantes, respecto a Nuevo León.
Hoy fue otro sábado de casi normalidad: cumpliendo con todos los protocolos fui a la escuela con mi hermano, visité a mis padres, comí fuera de casa con mi esposa, hicimos compras y fuimos al cine.
Lo disfruté. Pero hay algo fuera de lugar, o tono, allá en las calles.
Algo, colectivamente, quedó tocado por la pandemia. Y siento que no se va a restablecer. No pronto, al menos.
Lo colectivo está fragmentado. Como cuando rompes un jarrón, juntas las más partes posibles, y las pegas: se sostiene, pero con muchas grietas y algunos huecos.
A donde voy, con quien esté, de lo que se trate, la proximidad de otros es desgastante, y la mía les resulta igual a los demás.
En el super, una demostradora se me acercó para ofrecerme algo, e instintivamente di un paso atrás; puta, qué incómodo todo.
Este es el riesgo real: un supuesto presidente que no se impone, que no da CERTIDUMBRE, no sirve.
Principalmente porque al no imponerse, cada uno de los grupos tiene, en principio, la posibilidad de mandar sobre los demás a través del monigote, provocando tensiones inmanejables.
Por eso los presidentes en México solían dar un golpe de autoridad al comenzar su sexenio: para marcar el momento de la TRANSFERENCIA REAL del poder, más allá de la transferencia ceremonial, y que TODOS los grupos supieran que había PRESIDENTE para cualquier efecto.
López no dio un golpe de autoridad, supongo que por cobardía o imbecilidad; o no se atrevió, o creyó que no lo requería.
En lugar de eso descargó una pulsión bastarda contra un aeropuerto, pagándole a todos, enviando un mensaje atroz: el presidente es cobarde, o imbécil, o ambas.
Acá he dicho que López no preside, pues ejercer la función esencial del cargo (ser tensor entre grupos) le aterra; eso provoca que cada grupo le ponga un jalón a la correa cuando quiere obtener algo, y López reacciona burda pero fielmente.
Qué tal que USA se llevó al General PRECISAMENTE a manera de darle un jalón a la correa de López, y no como un error de cálculo o una imprudencia?
En qué consistió el jalón de correa de los militares a López, para hacerlo gestionar el regreso del General a cualquier costo?
Si ahora, para cumplirle a los militares Y a USA, López amenaza incumplirle al CO... cómo dará éste un jalón a la correa del susodicho para llamarlo al orden?
Y, cuando eso suceda y López reaccione al periodicazo en el hocico más reciente, a quién incumplirá entonces?