Decir que 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥 es la meta de la ciencia 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘱é𝘴𝘪𝘮𝘢 𝘪𝘥𝘦𝘢
¿No lo creen? Acompáñenme a ver cómo, si decimos que esa es la meta, tendremos que darle la razón a Phoebe en su posición anti-teoría de la evolución.
En la segunda temporada de Friends, Phoebe le dice a Ross que “no compra” el evolucionismo.
Podríamos decir que la “Posición de Phoebe” (PP) es: La teoría de la evolución tiene un carácter dudoso y debe ser rechazada.
Aunque nos parezca obvio que está equivocada, Phoebe 𝘳𝘦𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 tiene un punto en su argumento y nos conduce a un problema que se conoce en filosofía como “inducción pesimista”
Podemos identificar ante todo dos premisas. La primera se introduce como una pregunta retórica y es una constatación sobre el pasado: ¿no es verdad −pregunta− que en el pasado la ciencia sostuvo tesis falsas, como que el átomo era la porción más pequeña de materia?
La segunda, formulada tangencialmente, es que sería “increíblemente arrogante” pensar que nuestras condiciones actuales a la hora de conocer el mundo son radicalmente mejores que las de la ciencia pasada.
Ahora bien, la cuestión clave es qué conclusión se puede extraer de estas dos premisas. En la formulación explícita de Phoebe (y de Ross) la conclusión es “hay una pequeña posibilidad de que [el evolucionismo] esté equivocado”. Podríamos llamar a esto la “conclusión falibilista”
Pero parece ser que el falibilismo −la mera aceptación de que podríamos estar equivocados− es una conclusión demasiado débil como para llevarnos a desacreditar una creencia (científica o de otro tipo), ¿no? Por tanto, no nos sirve como apoyo para la “Posición de Phoebe” (PP)
Típicamente, con tener una alta probabilidad, aunque no sea el 100%, de que una creencia sea verdadera nos alcanza. Sin embargo, el motivo por el cual Phoebe tiene un punto en defensa de PP es que la conclusión puede reforzarse más allá del mero falibilismo.
¿Por qué? Porque –WAIT FOR IT–, en rigor, la evidencia inductiva a la que Phoebe se refiere no arroja solo la 𝘱𝘦𝘲𝘶𝘦ñ𝘢 𝘱𝘰𝘴𝘪𝘣𝘪𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 de que nuestras teorías actuales sean falsas...
En rigor, en la medida en que el argumento se apoya implícita o explícitamente en que no hay nada de especial en nuestras condiciones actuales, su conclusión debería ser que –WAIT FOR IT OTRA VEZ– es ALTAMENTE probable que nuestras hipótesis actuales terminen probándose falsas.
Y hay una premisa adicional que agregar: cuando una hipótesis se refuta,, eso no quiere decir que se VUELVE falsa. “El átomo es la porción más pequeña de materia” no se volvió falsa al descubrirse el electrón. Que haya sido refutada quiere decir que SIEMPRE fue falsa porque…
… la verdad no es una característica que se pueda “perder”. Entonces, si nuestras actuales hipótesis van a ser refutadas en el futuro, eso quiere decir que 𝘺𝘢 𝘴𝘰𝘯 falsas, aunque 𝘢ú𝘯 no hayamos podido refutarlas.
El argumento tiene entonces la siguiente forma:
(1) Muchas hipótesis del pasado fueron refutadas;
(2) Nuestras condiciones presentes no son especiales;
por tanto
(3) Muy probablemente nuestras hipótesis actuales serán refutadas (conclusión de (1) y (2)).
Pero…
(4) Si una hipótesis se prueba falsa, entonces 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘧𝘶𝘦 falsa (nueva premisa). Por lo tanto,
(5) Nuestras hipótesis actuales muy probablemente son falsas (conclusión de (3) y (4)).
Sumemos a esto una premisa adicional que es muy plausible.
(6) La meta de la ciencia, de la que se desprende el criterio con el que evalúa hipótesis, es que estas sean verdaderas (nueva premisa).
De esto finalmente se sigue (7) Debemos rechazar las actuales (y probablemente falsas) hipótesis de la ciencia (conclusión de (5) y (6)). 😱
Llamemos a este razonamiento que nos lleva de (1)-(6) a (7) la “paradoja de Phoebe”. ¿Por qué es una paradoja? Porque obtenemos una conclusión que nos parece inaceptable a partir de pasos previos que nos parecen correctos.
¿Y ahora quién podrá ayudarnos? Ya llega Newton-Smith.
Pero si no vamos a aceptar (7) entonces tenemos que rechazar alguna proposición anterior.
¿Qué nos responde a esto el filósofo Newton-Smith? Que la proposición que hay que rechazar es (6).
PARÁ, PARÁ, PARÁ. ¿VOS ME ESTÁS DICIENDO QUE LA CIENCIA NO DEBERÍA BUSCAR LA VERDAD?
Para el autor, decir que la ciencia busca la verdad no hace justicia a aquello que hace que las hipótesis se superen unas a otras. ¿Por qué? Porque “verdad” y “falsedad” no admiten grados. Una teoría no puede ser “un poco” verdadera, como no se puede estar “un poco embarazada”.
Si tuviéramos que describir el proceso en términos de verdad o falsedad, la teoría atómica actual o el evolucionismo quedarían al mismo nivel que teorías del pasado, como simplemente falsas.
En cambio, piensa el autor, podríamos describir el progreso de la ciencia como un proceso en el que vamos elaborando hipótesis cada vez más 𝘷𝘦𝘳𝘰𝘴í𝘮𝘪𝘭𝘦𝘴, cada vez mejores descripciones de la realidad objetiva. La 𝘷𝘦𝘳𝘰𝘴𝘪𝘮𝘪𝘭𝘪𝘵𝘶𝘥 sí admite grados.
Entonces, la descripción correcta, dice Newton-Smith, es que lo que hace la ciencia es buscar la verosimilitud, no la verdad.
Y esto es lo que permite responderle a Phoebe en su versión de la inducción pesimista, uno de los #ArgumentosEnUnaBaldosa de la filosofía contemporánea
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A veces se nos hace responsables de lo que creemos o no, como si creer fuera algo que hacemos a nuestro antojo. Pero, ¿lo es realmente? ¿Podemos “elegir creer” como quiere Mulder?
Créanme (o no) que vamos a resolverlo en esta nueva entrega de #ArgumentosEnUnaBaldosa
SPOILER ALERT: este hilo presupone que ya vieron Memento. Si todavía no lo hicieron, vayan a verla y dejen de perder tiempo leyendo sobre epistemología, que la vida es corta😜
*A partir de este momento, avanzan bajo su propio riesgo de spoilers*
¿Podemos generarnos voluntariamente una creencia? Bernard Williams, un reconocido filósofo del siglo XX, nos ofrece un argumento contra esa posibilidad.
Lisa: - Hice este experimento para demostrar que mi hermano es más tonto que un hámster. No hay dudas.
Hume: - Hold my beer…
¿Hume y Los Simpsons en un mismo hilo? ¿Es esto un sueño?
Pues no, mi ciela.
Esto es #ArgumentosEnUnaBaldosa
Como es sabido, se le ha reconocido a Los Simpson su capacidad para hacer predicciones exitosas. Pero vamos a ver que también pueden dialogar con la obra de un autor del siglo XVIII. Y para eso analizaremos lo que Hume tiene para decirnos sobre el experimento “Bart vs. hámster”.
En el episodio “La promesa” (temporada 4), Lisa intenta probar que Bart es más tonto que un hámster con un experimento en el que conecta electricidad a la comida del roedor. Esto le da una descarga que lo hace desistir. Bart, en cambio, intenta una y otra vez comer su panquecito
Dice en Mysterium cosmographicum: “A [la Tierra] la circunscribe un dodecaedro; la esfera que lo comprenda será la de Marte. La órbita de Marte está circunscrita por un tetraedro; la esfera que lo comprenda será la de Júpiter. La órbita de Júpiter está circunscrita por un cubo”.
El Mysterium, de 1596, sostenía que las distancias que separan a los planetas podían determinarse a partir de los sólidos regulares (es decir, los cuerpos compuestos por figuras geométricas regulares idénticas): el tetraedro, el cubo, el o octaedro, el dodecaedro y el icosaedro
Retomaba una idea presente en Pitágoras y en Platón: los planetas están separados por distancias definidas por fórmulas matemáticas simples. Estaban convencidos de que el universo tenía una estructura matemática, que existía algo así como un universo “armonioso”.
El 13 de marzo de 1847 Jakob Kolletschka, médico forense del Hospital General de Viena, muere después de haber recibido una herida de bisturí en un dedo por culpa de un estudiante con el que estaba haciendo una autopsia...
¿Saben quién trabajaba también en ese hospital? Nuestro viejo conocido Ignaz Semmelweis, el que había estado intentando resolver el enigma de la alta mortalidad por fiebre puerperal entre sus pacientes.
¿Y qué nota? Que Kolletschka había mostrado los mismos síntomas que previamente se habían visto en las parturientas afectadas de fiebre puerperal. Y entonces, Semmelweis conjetura...
En el episodio anterior de #Epistemología101 habíamos dejado a Hempel a punto de pelearse contra el inductivismo estrecho.
Mientras esperamos resultados electorales, descubramos cómo sigue esta historia.
Para eso, tenemos que viajar a Viena... otra vez.
Es la década de 1840 y un médico llamado Semmelweis está tratando de desentrañar un misterio: la tasa de mortalidad por fiebre puerperal oscila alrededor de un 10% de las parturientas de la División 1ª del Hospital General, pero esto no ocurre en la División 2ª.
¿Qué diría un “inductivista estrecho” frente a esta situación? Que quien investiga debería limitarse a “observar datos” hasta determinar las causas de esta mortalidad. Pero, ¿es esto suficiente?