Con motivo del Día del #OrgulloBarroco he creído imprescindible añadir un trazo de tinta a tanto óleo y tanto mármol. ¿Crees que no te gusta el #Barroco? Estás en un tremendo error. Veamos ahora cómo tuiteas, y descubrirás qué autor entre 1580/1750 (aprox) sería perfecto para ti.
Sobrevives de crisis en crisis: el tiempo pasa demasiado velozmente, y y siempre para peor. (Ubi sunt?) Tus días van de desengaño en desenpeor. Eres un pesimista crítico, invadido por la sensación de vértigo, de haber perdido el control. Como resultado, solo queda apostar por dos
salidas. La evasión a todo trapo, a mí déjame en paz, y una postrera esperanza en la educación y el conocimiento (si no cambiamos esto, las siguientes generaciones lo repetirán). Sea como sea, te sientes más solo que la una, y aflora en ti una leve, levísima tendencia al drama.
Si eres mujer el cansancio es doble: tu lugar debería estar ya asentado en la sociedad, pero cáscaras. Mal si te quejas (Ya estamos con esas preciosas ridículas, nunca habéis tenido más libertad),mal si no te quejas (Es que no cambiamos, ¿Qué saca tu arrogancia de alterar mi paz)
¿Te reconoces? Por supuesto. No en vano vivimos en una era neobarroca, en la que hemos nacido demasiado pronto o demasiado tarde, nuestros líderes son unos paquetes y o tiramos de humor, o a ver quién sobrevive. Nos encanta opinar, más que actuar y somos los más listos y agudos.
Vamos al lío. ¿Eres un crack, un buenazo que diviertes sin ofender, que criticas a través de la ironía cuando ya no puedes más y descubres con horror que se ríen mucho contigo pero no te toman en serio? Como Miguel de Cervantes. No desesperes, la posteridad quizás te reconozca...
¿Has llegado a ese punto en el que te la suda todo ya, no soportas a los pedantes, no soportas la realidad, no te soportas ni a ti, y dices lo se te ocurre sin filtro pero con un retorcimiento exquisito que lo tuyo te cuesta, y en el fondo eres un tierno? Quevedo es tu alter ego.
Eres más capaz que todos los que te rodean, curras más, sabes más, pero no te dan ni esto. Casualidad, eres mujer. Tras un pasado ultracombativo vas a lo tuyo y sacas tu trabajo adelante, porque denunciada ya la hipocresía, qué te queda. Ay, amiga, Sor Juana Inés te contempla.
Crees que con aspavientos no se va a ninguna parte, que hay que aportar todo lo que se pueda, divulgar lo que se sabe, comprender que nada de esto es del todo real, y que en todo caso, dar buen ejemplo servirá más que cualquier palabrería. Eres Calderón de la Barca redivivo.
Te encanta el cotilleo, pero lo disfrazas de psicología de las relaciones: tu ex, tu actual y los futuros se encuentran en twitter, disfrutas un romance generado en la red como su fuera tuyo, consuelas rupturas y shippeas como si no hubiera un mañana. María de Zayas es para ti.
No lo puedes evitar, ni quieres: solo que te den la razón te gusta más que sentar cátedra, sabes qué está bien y qué mal y no te privas de decirlo. La política es tu pasión, la moral, la religión y las costumbres tu día a día. Azote de herejes e ignorantes, te encantará Gracián.
Tuiteas sesenta veces al día, todo el mundo te adora, ríe con tus gracias, y se apena con el ocasional mensajito sentimental. Has logrado publicar en una editorial, raro el día que no logras TT y te han hecho una camiseta. Ligas con fans y haters. Te encantaría Lope de Vega.
No sabes qué haces en esta frívola red social, no empleas emoticonos ni abreviaturas, te escandaliza la banalidad y la fugacidad de esto. Tu especialidad son los hilos de 62 mensajes. Te enzarzas en discusiones pero bloqueas a la mínima. No sabes por qué caes mal. Lee a Góngora.
Eres una progre en un entorno de pij... más conservador, y ya no sabes cómo decirles que si no evolucionan os quedaréis sin votos/subvenciones/espectadores/apoyo/sentido. Los tuyos no te soportan y los otros desconfían de ti. Deberías conocer a Luisa de Padilla, condesa de Aranda
Estás al margen de todo, de la sociedad, de las buenas maneras, del bien y el mal. Tuiteas con pseudónimo, sin foto, te cancelan la cuenta, coleccionas denuncias, y te encantan las broncas. ¿Troll? Eres un alma libre en una sociedad esclava. Te encantaría Juan Bautista Diamante.
Tú estás aquí para entretener y entretenerte, y si se pueden hacer amigos, mejor. La gente espera que cuentes la última de tu día a día porque, de verdad, necesitaba leer eso hoy. A ti te sigue sorprendiendo tantas atenciones. Pones tu cuenta de Ig. Tirso de Molina es tu autor.
Estás fuera de Twitter por edad, por falta de tiempo o de conocimientos, o porque ya has muerto, pero tu nieto tuitea por ti. Las nuevas generaciones se preguntan cómo fue que no te conocieron antes. Rebosas modernidad, frase corta y mala suerte. Ya te precedió Ana Caro de Mallén
¿Tuiteas sobre otras cosas? Música, gastronomía, moda, crianza de niños, ciencia... no importa, hay un autor barroco para ti. No están todos, claro. Por ejemplo, falta el guiri al que todos leen e imitan pero nadie cita (llámalo Shakespeare). Barroco fue el picaro y el dios,
el rey y el preso en su cárcel, la jovencita curiosa y el indignado caballero, el poema que llora y el que canta a la vida. Los clásicos lo son porque se han convertido en inmortales. Rocémoslos, a ver si nos conceden algo... Muchas gracias por leer.
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¡Sí! El autor de esta semana era #JacintoBenavente, de manera que tarta para todos. Obtuvo el Nobel de Literatura en 1922 por su contribución al largo legado del teatro español, pero a día de hoy, 66 años tras su muerte, es poco representado y menos leído. ¿Ha envejecido tanto?
Lo cierto es que sí: su apuesta por reflejar en sus obras la realidad, cambiante a un ritmo vertiginoso, le pasó una factura enorme. Sus 172 obras cubren medio siglo de sociedad española, el paso de la monarquía del XIX a una república y a una dictadura, una guerra civil, dos
mundiales, una revolución comunista... pero el teatro Benavente permanecía en muchos sentidos inmutable, con algunos cambios superficiales que lo anclaban a la actualidad: el paso del coche de caballos al de Ford, la implantación del teléfono, los deportes, el voto femenino o el
#EnigmaLiterario. Muahahahahaha, era Shakespeare, era Shakespeare. Qué feliz me hace ser tan, tan malvada y jugar con vuestras frágiles esperanzas. Ay. Esperad que me seque las maquiavélicas lágrimas, y os hablo de Shakespeare como poeta... no olvidéis que le llamaban "El Bardo".
El del retrato no es Shakespeare: en realidad, no conocemos su aspecto a ciencia cierta, y gran parte de su vida ofrece huecos en los que podemos colar todo tipo de teorías y fantasías. Convenimos, en cambio, que un veinteañero y decidido Shaky llegó a Londres en torno a 1585.
En ese momento la escena teatral londinense consumía y demandaba obras nuevas de manera voraz: un joven autor podía abrirse camino si aprendía el tono y encajaba en el gusto general. Le pagarían por obra. Aún faltan décadas para que se convierta en un empresario con The Globe.
#Odiseoysusamigos. ¿Me referiré a la Ilíada, donde destaca entre los reyes griegos, sus iguales, por su legendaria astucia? ¿O a la Odisea, donde poco a poco pierde a sus hombres, hasta regresar solo, cuando ya nadie le espera, a Ítaca? A ambas, y a muchas otras versiones: en
realidad, los autores que me interesan han escrito o mencionado a este hombre que marca el fin de los héroes de fuerza para introducir el elemento de la inteligencia, la estrategia, y la negociación: los héroes marciales comparten espacio y lo ceden poco a poco a los mercurianos.
Odiseo será pionero en muchas cuestiones, y como tal admirado y requerido: pero no encontrará amigos. Tampoco los buscará. Infinitamente humano en sus cambios, sus decisiones y sus intereses, contradictorio y atractivo, estará condenado al desasosiego y a la insatisfacción.
Muy breve introd. al autor: A. #Camus 1913-1960. Nació en Argelia en una familia humilde, Nobel de Literatura en 1957. Filósofo: renegó del #existencialimo al que se le suele asociar (en realidad, renegó de casi todo). Huérfano desde niño; tuberculoso. Miembro de la Resistencia.
Camus, que eres tuberculoso, hijo. No fumes. (Por cierto, no le mató ni la enfermedad ni el tabaco: murió en un accidente de tráfico).