España es prolija en tramas de corrupción. En otra cosa no sé, pero en eso somos medalla de oro. Estas tramas nos llegan a la ciudadanía a través de los medios de comunicación. De las noticias.
Llevo días devanándome los sesos con un problema que me apasiona. 👇
Y es: ¿cómo sistematizar el análisis y estructurar informáticamente historias complejas, como las tramas de corrupción, para poder explicarlas con profusión de detalles a través de visualizaciones interactivas en una herramienta digital?
Voy a intentar explicarme.
Las tramas de corrupción nos llegan por los medios. Supongo —no estoy seguro, pero tampoco es importante— que alguna de las partes personadas en los procedimientos judiciales filtra o vende los documentos a que tiene acceso por ser parte del asunto. Y los medios los publican.
Los publican en forma de noticias. O artículos de prensa. Pero un caso de corrupción puede extenderse tranquilamente durante una década. Véanse los casos Gürtel, Púnica, los ERE, Villarejo…
Uno, dos lustros dando titulares periódicamente.
Creo que hay una oportunidad en modelar informáticamente estas historias complejas para lograr presentarlas al ciudadano como una historia interactiva. Sin renunciar a los detalles, que muchas veces son de complejidad fractal: hay tantos datos y matices que es fácil naufragar.
Me bajé la sentencia del caso Gürtel y estuve cacharreando con ella. Son 1586 páginas, más los recursos. Se pueden aplicar algunos algoritmos, tales como buscar entidades («Named Entity Recognition», NER). Pero no se llega así a ningún sitio claro.
Alguien puede leer una noticia. Pero cuando hay un goteo de ellas sobre un mismo tema a lo largo de años, la opinión pública se queda con una maraña de ruido. Las tramas de corrupción son muy complejas y nadie puede comprender la historia completa simplemente leyendo periódicos.
Falta algo, informativamente hablando, entre los artículos de prensa y las noticias que publican los medios, y las sentencias judiciales que ponen punto y final a las tramas de corrupción.
Ese «algo» es en lo que estoy experimentando.
En noviembre metí un montón de horas solo para llegar a un callejón sin salida. Estos últimos días estoy explorando otro camino diferente con mejor fortuna.
O en enero llego a algo interesante que publicaré en mi Patreon y aquí, o me volveré majareta por el camino 🙂.
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Gracias a los valientes que me apoyáis en Patreon 💪 en los últimos meses he podido programar #software y trabajar con #datos para dar más #transparencia al sector público. Y para aflorar y dar visibilidad a chanchullos de los políticos.
Un resumen de lo que he hecho en 2020 👇.
1⃣ He extraído el nombre de todos los políticos desde el inicio de la democracia. Más de un millón de electos y candidatos al Congreso, Senado, Europa, municipios… Y he publicado con licencia libre el software que escribí para ello.
2⃣ Me he dado cuenta de que muchos chanchullos con contratos públicos ocurren a nivel de ayuntamiento, así que he extraído y publicado la lista con los 253.000 candidatos a las últimas elecciones municipales. Y he explicado por qué esto es tan importante.
El cierre perimetral por la pandemia —no se puede salir del municipio— me pilló en un pueblo cántabro de 30 habitantes. Ahora, 31.
Llevo semana y pico programando y zascandileando por el pueblo, y empezando a pensar que esto es uno de los futuros de la profesión tecnológica. 👇
Es posible gracias a las telecomunicaciones, por supuesto. He tenido cobertura móvil 4G incluso ayer que me adentré en un bosquecillo y subí a curiosear unas cabañas de pastores.
Si hay datos, hay vida. ✌️
Como tanta gente, he sufrido el «burnout» y he convivido durante años con el estrés laboral.
Pero ayer recordaba esta idea de frenar un poco. La vida profesional moderna es frenética y hay que elegir las prioridades inteligentemente.
Hace mes y pico dejé bastante avanzada una refactorización del código de contratosdecantabria.es, en la que quería apoyarme para hacer después la versión “todo el Estao”™️. Pero me puse con otro proyecto (que también quiero publicar pronto) y ya no recuerdo por dónde lo dejé.
Ahora que ha cerrado completamente la noche y he regresado ileso a mi HQ, mi plan para este viernes noche de pandemia global es… intentar encontrar dónde diablos me quedé 😂.
Para ello me valdré del arma más mortífera en el arsenal del programador disidente: EL PICO DE BALLMER.
Trátase de un estado de nirvana intelectual e hiperproductividad mental, muy difícil de alcanzar y altamente inestable, nombrado así en honor a su descubridor: el ex CEO de Microsoft, Steve Ballmer.
Este clásico paper científico ilustra los principios neurológicos. 👇
Pues me voy a meter por aquí, a ver qué hay. Si no tuiteo más, es que me han comido los lobos.
😃+🐺=💀
…Lo cual sería una faena, sobre todo porque me he dejado varios “commit” sin hacer “push”.
Esto parece la contraportada del libro de Religión del instituto.
«Tema 8: La Sexualidad Humana»
Esa fue la única lección que el cura no se atrevió a darnos… 😂 Decía que íbamos fatal de tiempo y se saltó al tema 9, que trataría de las bienaventuranzas o alguna mierda de esas.
Año 1996. Como muchos adolescentes de la época, yo también escribo un diario™️. No de papel, sino digital. Funciona con un software que ya no existe —Lotus Organizer 1.0— sobre un sistema operativo también muerto: MS-DOS con Windows 3.11.
He conseguido reabrirlo 23 años después.
Era Vinton Cerf, uno de los pioneros de internet, el gurú que llamaba la atención sobre algo en lo que no solemos reparar: que los formatos van quedando obsoletos y como Humanidad corremos el riesgo de perder información digital con valor histórico.