Thread by @JFitzEdwards

Les cuento con esto de la nevada en Madrid a tita Carmen le ha dado por fantasear con Doctor Zhivago mientras paseaban esta mañana. Y aunque, en un inicio, mi madre le dijo que lo que había en el suelo era escarcha, al final han acordado que es nieve. ¡Y punto en boca! Va hilo👇

Así que nada más llegar han subido a mi habitación -ya se habían encargado de desvelarme al salir- a comunicarme que esta tarde les apetecía dar un paseo por la campiña nevada. No les negaré que, sin hacerles mucho caso, mis respuestas fueron del tipo: «¡Ajá», «Bueno» y «Vale».

Cuando bajé a desayunar, tita Carmen se paseaba por el patio, como una gran duquesa por Moscú, con su abrigo de zorro y su gorro de piel a juego. En el picú sonaba «Katiuska» del maestro Sorozábal. Alfredo Kraus -creo que era él- entonaba la romanza titulada «Es delicada flor».

Tío Willy la miraba con ojillos de carnero degollado, mientras don Ramiro, que había terminado con sus bizcochos, con gran maestría y mayor sigilo, le estaba hurtando limpiamente los suyos. Me senté a la mesa, saludé a ambos y me preparé una tostada de aceite, tomate y jamón.

Me levanté a por leche y a la vuelta, las migajas esparcidas por la sotana de don Ramiro y el plato vacío en el que antes se exponía mi tostada me llevaron a concluir que, como decía mi abuelo, nunca hay que dejar solo a un corderillo indefenso si los cuervos sobrevuelan el prado

-¿Nos vas a preparar el trineo, Jacobo?
-¿Qué trineo, tita?
-El que nos has prometido antes, hijo.
-¿Yo?
-Sí, tú. Responden a coro.
-No tenemos trineo.
-Tampoco tenía yo marido y mira que barbián me ha enamorado.
Tío Willy se incorpora, le lanza un beso y cae a plomo en el sillón

Miré al barbián -conocido hoy como el «gorrioncillo de la campiña»-, volví la vista a tita Carmen, vi de reojo a don Ramiro a punto de estallar de risa con la cara hinchada y colorada y… me callé al cruzar mis ojos con la acerada mirada de mi madre que es como la de la esfinge.

El denso silencio lo cortó mi padre silbando «Cheek to cheek» y acabó dando unos pasos de claqué dante de mi madre, recordando los tiempos en los que le dio por el baile
-Luis, Carmencita y yo queremos pasear en trineo por la campiña
-Al son de la balalaika
-¡Qué estampa, nenas!

-Y nosotras también.
En estos casos, Amalia se arroga el papel de portavoz y Conchita asiente.
-Maravilloso, querida. Seréis unas ninfas navegando por la campiña.
-¿Ves, Nene, como si se quiere se puede?
-Claro que sí, Nene. Si tu madre quiere pasear en trineo, paseará en trineo.

-¿Esta tarde, Luis?
-Esta tarde seréis dos Grandes Duquesas viajando a San Petersburgo para asistir a una fiesta en el Palacio de los Zares.
Mientras se retiran riendo tan felices, le pregunto a mi padre que cómo piensa organizar el paseo en trineo y de dónde piensa sacar uno.

-Eso es cosa tuya, Nene. ¿A mí qué me cuentas? ¿Quién se comprometió? Yo me encargo de lo importante. Como siempre
-¿Y qué es lo importante?
-El vodka. ¿Tenemos vodka? No voy a despedir a tu madre bebiéndome un whisky o una ginebra. Rompería el encanto del momento, ¿verdad Willy?

-Yo es que no bebo nunca, ya sabes.
-Qué triste vida la tuya. ¿Ni una copita?
-No, no me deja Carmencita. Ni una gota. Ni olerlo. Y como dice ella, si sobra, se tira.
-Eso jamás, blasfemo. Habiendo un Fitz-Edwards vivo, ni sobra licor, ni se ira. Nene, ¿hay vodka?
-Habrá, digo yo

-Habrá, habrá… «Mañana, y mañana, y mañana se arrastra con paso mezquino día tras día hasta la sílaba final del tiempo escrito, y la luz de todo nuestro ayer guió a los bobos hacia el polvo de la muerte...»
-¿Hamlet?
-Mcbeth, me debes cien euros.
-¿Por qué?
-¿Ya no te acuerdas?

-¿De qué?
-Mayo de 1980. Estabas en 2ºde BUP
-Sí, ¿y qué?
-La apuesta perpetua shakesperiana. Fue un desafío tuyo. Voluntario, además
-No me acuerdo. ¿Me quieres liar?
-Voy a por la Libreta de Apuestas Pendientes
Vuelve de su despacho enarbolando victorioso la vieja libreta negra

-Leo textualmente: «Yo, Jacobo tatatá tatatá, apuesto 3.000 pesetas a que siempre acertaré las citas de Shakespeare que diga mi padre».
-¿A ver?
Lo compruebo y es mi letra y mi firma adolescente.
-Papá ¿por qué guardas estas cosas?
-Tengo que asegurarte un futuro, Nene. El dinero

Así que pagué y callé. Era mi firma.
-¿Y ahora qué hacemos?
-Yo bajaré a la bodega a mirar si hay vodka. Tú, busca un trineo. Si no fuera por mí, ¿qué sería de esta familia, Nene?
Y allí me dejó patidifuso pensando como salir de esta, porque a ver quien no preparaba un trineo.

Al rato, apareció mi padre, fumándose un puro y con cuatro botellas de vodka.
-Lo tengo, Nene. Si es que la bodega es el lugar idóneo para pensar.
-¿Qué tienes?
-La solución para el trineo. Llama a Paco.
-Estará trabajando. Te recuerdo que es el capataz de Las Golondrinas.

-Ya, pero es el único que nos puede salvar de esto. Dile que traiga herramientas y el tractorcillo ese verde que tiene para tirar del remolque.
-No quiero no pensar lo que estás tramando, papá.
-Hazle caso a tu padre, Nene. O saciamos su vesania o Dios sabrá de lo que son capaces

A Paco nunca le extraña nada. Piensen que su familia lleva con los Ruiz de Almodóvar desde que Isabel II era la «niña bonita». Así que está más que curado de espanto. Su hermano, que es comandante de la Legión y ha recorrido medio mundo en misiones de paz es ahijado de mi madre.

Pues siempre que viene a vernos se despide con un: «Madrina, todos mis compañeros vuelven contando lo sorprendidos que se quedan sus familiares y amigos con lo que le contamos. Y a mí, me pasa lo contrario. Ya, hasta me piden que les cuente vuestras cosas». Y mi madre ríe feliz.

Al poco aparece Paco
-Don Luis. Hola, Jacobo, ¿qué tenemos hoy?
-Un delirio, Paco
-Pues a ver qué hacemos, ¿no? Y se parte de risa
-Vamos, que no hay tiempo. ¿Tenemos palets?
-Don Luis,claro
-Pues ya está. Manos a la obra
-Manos a la obra ¿qué, papá?
-El trineo,zoquete,el trineo

Saca una cuartilla del bolsillo y se la enseña a Paco. Les resumo. Hemos cogido un sofá de dos plazas que había en el desván y dos silloncitos. Les han cortado las patas y los han clavado sobre el palet. El sofá detrás. Mi padre ordenando. Paco y los muchachos desternillados.

Y ahí está. Un primor. Lo han enganchado al tractorcillo con una cadena. Y para rematar el asunto, mi padre he echado por encima del asiento una manta de pelo que trajo tío Eugenio de un viaje y que está habitualmente sobre la cama de en uno de los dormitorios de invitados.

La verdad es que les ha hecho mucha ilusión cuando lo han visto. Mi madre y tita Carmen se han sentado en el sofá y Amalia y Conchita, delante, cada una en un sillón. Pero entonces, tita Carmen ha decidido que es mejor ir delante por las vistas. Se han bajado y se han cambiado.

Cuando ya parecía que estaban acomodadas a tita Carmen se el ha ocurrido que es mejor que las Grandes Duquesas vayan detrás.
-¿Os importa, nenas?
-Donde usted diga doña Carmen.
-Conchita, si es que eres como una hija.
-Bien lo sabe usted.
-Pero el heredero es Jacobo. Mi padre.

-Pues venga, a pasear
Mi madre insiste
-Yo no las llevo, don Luis
-Claro que no, Paco. Ese regalito es para Jacobo. Tú te quedas aquí con los muchachos, nos tomamos algo y organizamos una porra a ver como acaban
-¿Yo? ¿Por qué?
-Porque eres el heredero universal
-De verdad qué…

Mientras he subido a por un chaquetón, mi padre ha organizado la despedida.Ha puesto un disco del Coro del Ejército Rojo y ha empezado a repartir vodka. A don Ramiro, por respeto a su estado clerical, le ha ofrecido una copita de grappa,«que es más italiano,como los Papas, páter»

Están sumamente felices, con sus abrigos de pieles, sus gorros y sus mantas. Mi padre le ha dicho a Paco que clave unos quinqués viejos en los brazos de los sillones. Les ha colocado unas velas y las ha encendido para darle más ambiente al trineo. No gano para sustos, de verdad.

Y aquí me tienen. A punto de subirme al tractor para pasear a mi madre y a tita Carmen, junto a Amalia y Conchita por la campiña como si fuéramos en un trineo por la tundra. Que Dios me ampare y san Rafael me acompañe. Si no vuelvo, recuérdenme con cariño, mis queridos amigos.