*De divas y divulgadores: La ciencia y su torre de marfil.*
Desde mis tiempos como estudiante, he pensado que es importante construir un puente entre los que hacemos la ciencia y el resto de la población (entre los que también me incluyo) que la disfrutamos. /1
Un puente que nos permita no solo seguir haciendo uso de los beneficios que nos ha dado (y sin duda seguirá dando), sino que además nos facilite la comprensión de que la investigación científica y tecnológica es una actividad humana común y corriente e importante. /2
La ciencia debe ser tan importante para la sociedad como lo es el cultivar legumbres, hacer un libro, componer una sinfonía o disfrutar un atardecer contemplando como don Goyo (el Popocatépetl) se entretiene echando fumarolas. /3
En los últimos 25 años no he cambiado de parecer, aun cuando he recibido comentarios diversos, de colegas en distintas instituciones (del país y del mundo), que afirman que la divulgación de la ciencia es una actividad irrelevante para un científico que se respete. /4
Que lo que realmente importa es el artículo científico en la revista zutana o mengana, la que tiene no sé cuántos puntos de impacto, que lo que hay que buscar incansablemente es que te inviten a congresos internacionales para que reconozcan tu sapiencia infinita.../5
...y transmitas hereditariamente tus genes académicos –y estilo de investigación- a decenas o mejor cientos de estudiantes y tesistas, que multiplicarán tu gloria por los siglos y los siglos (amén). Claro, algunos fracasarán (por su culpa) en el camino. Victimas colaterales. /6
En otras palabras, me han dicho que los científicos debemos conquistar un lugar privilegiado en una torre de marfil -alejada de los demás mortales- y desde ahí, observar a la sociedad (soslayadamente), pensando para nuestros adentros algo así como “Pobrecitos. No son como yo." /7
Vaya diva, pensarán muchos. Y sí, lamentablemente muchos han adoptado una pose divina que es reprobable. Finalmente, en muchos casos, la fuente de financiamiento de sus investigaciones (y hasta su salario) se debe a los impuestos de la sociedad a la que debe explicarse. /8
Por supuesto, no todos tienen habilidades de comunicación (oral, escrita o teatral) para expresar en un lenguaje llano y sencillo lo que por lo regular está cifrado en un lenguaje técnico y elaborado. Pero es posible la traducción entre el lenguaje común y el de la ciencia. /9
El divulgador científico (y mejor cuando es un investigador de la ciencia) es una rara avis que desengrana su lenguaje técnico y lo transforma en metáforas sencillas, ayudando –en el mejor de los casos- a que cada ciudadano pueda disfrutar también de esta actividad humana. /10
Definitivamente no es un educador, pues su propósito no es enseñar a la gente cómo funciona el mundo que lo rodea, sino más bien un facilitador del asombro. Buscará que el público se apropie de la emoción que significa descubrir algo por vez primera. /11
Buscará que la sociedad se apasione de los pequeños detalles que explican los instantes más sencillos del mundo cotidiano, que camine los pasos y discuta ideas que antes a otros se les ocurrieron y les permitieron interpretar de una manera distinta el mundo a su alrededor. /12
¿Qué sería de este mundo si solo hubiera existido grandes científicos como Albert Einstein, Isaac Newton, Charles Darwin, Luis Miramontes, Mario Molina o Marie Curie y no divulgadores de la talla de Carl Sagan, Roald Hoffman, Richard Dawkins, Stephen Jay Gould o Peter Atkins? /13
Peor aún, ¿Qué clase de mundo tendríamos si no hubiésemos leído las maravillosas, visionarias e inspiradoras ideas –joyas de la divulgación científica- plasmadas en las obras de Isaac Asimov, Julio Verne, Michael Crichton, Aldous Huxley, Arthur C. Clarke o William Gibson? /14
La influencia de estos escritores y divulgadores inspirando numerosas vocaciones científicas, es inmensa. Sin ellos, muchas generaciones se habrían contentado con ser futbolistas, artistas de cine o TV o, en el peor de los casos, políticos o influencers. /15
Mientras algunos se encierran en sus torres de marfil para “pensar en el mañana”, otros nos ocupamos muy seriamente en compartir y discutir con la sociedad la responsabilidad de imaginar ese mañana, diseñarlo y hacerlo realidad. /16
Más que irrelevante, les respondería a quienes me dijeron hace algunos años que no me dedicara a eso, la divulgación científica es una actividad socialmente necesaria, urgente y que, definitivamente, nos humaniza más. Haz patria. Haz divulgación científica.
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Fue hace casi 10 años, en 2007, cuando recibí una invitación de un apreciado amigo y colega, Mauricio Terrones Maldonado, para asistir a una reunión en San Luis Potosí para platicar con el Dr. Harold (Harry) Kroto, premio Nobel de Química 1996. /1
Para mí fue una ocasión significativa, pues ya antes había podido conocer a sus otros 2 colegas con quienes compartió el Premio Nobel por el descubrimiento del buckminsterfullereno, o C60. El hoy tan conocido “fullereno” o “futboleno”, por su semejanza a un balón de futbol./2
En 1998 había conocido a Ricky Smalley durante un congreso de la @AmerChemSociety en la ciudad de Dallas, TX, en donde me sorprendió gratamente su habilidad para comunicarse con más de 500 personas en una conferencia de una hora, empleando solamente un acetato y un plumón. /3
Desarrollada por el Instituto Gamaleya de Investigación, parte del Ministerio de Salud ruso, reportan (sin datos publicados) que tiene una eficiencia del 91.4%. /1
Sputnik V emplea parte del material genético viral para instruir al organismo a qué produzca proteínas de espiga S1. A diferencia de la vacuna de Pfizer-BioNTech y Moderna, que usan RNA, Sputnik V usa DNA. /2
Usando adenovirus Ad26 y Ad5 modificados para invadir la célula pero no replicarse, insertan el gen de la proteína de espiga en el organismo. /3
Papas sin cátsup.
Un gran avance de la ciencia médica fue descubrir que una buena salud requería una alimentación equilibrada. Miles de nutriólogos y médicos (y madres de familia) han defendido esta verdad científica: “Somos lo que comemos”, escuchamos frecuentemente. /1
Y por tanto, en una sociedad regida por el reloj y las agendas apretadas de actividades, somos un poco una mezcolanza de comidas rápidas, antojitos callejeros y fritangas cubiertas con sal y limón. ¿Te has preguntado alguna vez que hay en los alimentos que comes? /2
Las transformaciones químicas que sufren los alimentos al ser procesados, ejemplo al cocinarlos a altas temperaturas, son en su mayoría desconocidas. Muchos de los productos de estas transformaciones son inocuos (en las concentraciones en que se generan), pero otros no tanto. /3
“Estudiar Química o Ciencias en un país como México es no sólo paradójico, sino incluso absurdo.”
Este comentario oído al azar en una feria de profesiones me hizo reflexionar sobre mis motivos para elegir la Química y, luego, enseñar a otros jóvenes a amar esta carrera./1
¿Por qué la Química?
Recuerdo que entre las opciones disponibles estaban la Astronomía, la Electrónica, la Computación o la Biología. En alguna momento quería ser Biotecnólogo (carrera que aun no existía). No había considerado a la Química como una opción profesional todavía./2
Mis cursos de Química en la preparatoria fueron interesantes, pero no tan estimulantes como para motivarme a dedicarme a esta profesión: mi desempeño, además, no era excepcional. Eran otros áreas las que me atraían; la Biología por ejemplo./3
Me gusta caminar. Desde joven me encantaba. Mientras aún vivía en la ciudad de México, varias veces recorrí de extremo a extremo las calzadas de Guadalupe y de Misterios. Recorría el centro histórico, paseaba por Chapultepec, Paseo de la Reforma, de Ticomán a la Villa./1
Ya viviendo en Puebla recorrí desde la exhacienda de la Noria hasta los fuertes de Loreto y Guadalupe. Desde el panteón municipal hasta el parque ecológico. De Cholula a Puebla. Varias veces recorrí en los 90s la avenida 11 sur hasta donde terminaba la ciudad./2
Fort Worth lo caminé desde McCart Avenue hasta el downtown, recorriendo las orillas del Trinity River. Luego desde University Drive hasta el final de Berry Street. Y Dallas de extremo a extremo./3
La ciencia mexicana se encuentra en un momento crucial. Los cambios políticos han generado incertidumbre ante políticas públicas científicas que han tomado tonos ideológicos en temas como los organismos genéticamente modificados (OGMs). /1
Al respecto, México ha realizado importantes aportaciones, reconocidas a nivel mundial, en beneficio de la productividad agrícola, la alimentación y la salud humana, con la participación de destacados científicos como Francisco Bolívar Zapata o Luis Herrera Estrella./2
Invocando el «principio de precaución», ciertos sectores sociales y gubernamentales han solicitado se apruebe el "Decreto México con bioseguridad y sin OGMs", en donde se prohibe la liberación de OGMs para cría o siembra piloto, experimental y comercial en nuestro territorio./3