Muchas personas en su vida personal y profesional se exigen desmedidamente. Le dan mucho más a los demás que a ellas mismas.
No es bueno que el pan de cada día sea olvidarse de uno mismo. Si no nos cuidamos, ¿a dónde vamos a vivir?
Este cansancio se vio exacerbado por la vida en familia en la pandemia. Estemos atentos, no somos robots.
Es crucial buscar espacios de conexión con nosotros mismos, en los que podamos volver a nuestro centro.
En ocasiones, perdemos nuestra señal de Wi-Fi interior pero ni siquiera lo registramos. Nuestro router precisa ser reiniciado. Tengamos cuidado... que nuestra atención al cliente (¡nosotros mismos!) no sea tan mala como la de las telefónicas.
Como en el avión, en la vida también la mascarilla de oxígeno se la tienen que poner primero los adultos. Que tu amor, empiece por vos. Se dice fácil, cuesta un montón.
El lunes mis dos hijos (4 y 1 ½) que desde el 10 de marzo no iban a la escuela y estuvieron en buena medida bajo mis cuidados, volverán a ir presencialmente.
Luego de 10 meses, siento que vuelvo a tener vida, tiempo para leer y trabajar tranquilo (abro hilo).
Mi esposa es médica y eso puso a mis dos hijos especialmente en tensión con la pandemia. Todos los días, como un ritual, cuando se iba, mi hijo menor que tenía al comienzo de la pandemia seis meses, se quedaba en la puerta durante mucho tiempo llorando al verla irse.
A veces, luego de dos horas de que se hubiera ido, iba a la puerta de entrada a sentarse al lado. Esperándola.
Estamos sin la posibilidad de planear la vida y eso nos angustia.
Somos también ese futuro lleno de expectativas que planificamos.
Sin esa chance, nos queda solo un presente diario y una sensación de incertidumbre renovada.
Como Sisifo, siempre nos falta para llegar a la libertad
Esta falta de perspectiva es especialmente desoladora para adultos mayores, cuyo futuro suele estar entrelazado con quienes arribaron después de él: hijos y nietos.
Sin poder estar cerca de ellos, el porvenir propio puede ser visto como mero deterioro personal, sin perspectiva.
Pero también inquieta a muchos niños y adolescentes que son conscientes de la finitud y el deterioro de esos adultos mayores.
De modo que esa angustia atraviesa en diagonal a las generaciones. No se encuentran corporalmente, pero sí en ese anhelo de un futuro próximo juntos.
¿Quién tiene la batuta de tu vida? Pregunta simple. Pregunta molesta. ¿Quién tiene la batuta de tu vida? ¿Vos, tu jefe, tu equipo, tus hijos, tu pareja?
Nos llenamos la boca hablando de liderazgo, jugamos a veces a actuar como esos ejecutivos de propaganda, desayunando en familia con el sol entrando por la ventana... pero a veces no lideramos ni siquiera nuestra propia melodia: la tocan otros.
Sí, algunos acordes son nuestros pero sabemos que el pentagrama no nos pertenece.
Hoy, desde sus casas, millones de personas confinadas se dirán “Felices Pascuas”, Feliz Paso. ¿Qué Paso? Un Paso nuestro, que muchos hemos experimentado varias veces en la vida. Un puente entre la oscuridad tremenda del sinsentido y la luminosidad. Misterio brutal y vital.
Todos estuvimos habitando algún recoveco de sombra en el cual sentimos que no había salida posible: la muerte de un ser querido, el dolor de una separación, la falta de trabajo, las discusiones inacabables de una relación de la que no podíamos salirnos.
Quizás, incluso hoy estemos parados allí: habitando un sepulcro. Sin embargo, hay un grito interno, vital, que muchas veces nos ha rescatado de esos espacios lúgubres. En ocasiones, ese grito fue posible darlo con la ayuda de otros que nos invitaron a resucitar del desencanto.
En Japón hay ancianos que roban para ir a prisión y no sentirse tan solos.
Delicadamente, la soledad está modificando el mundo.
Por eso buena parte del mercado tecnológico basado en inteligencia artificial está mirando a ese segmento de adultos mayores que, herido de soledad, invierte en mascotas robots que los hacen sentir un poco más reconocidos y acompañados.
Si estás totalmente solo, sin familia, que un algoritmo te diga: "Hola Juan, ¿cómo dormiste?" y te siga una conversación medianamente lógica, se presenta como un bálsamo substituto.
Por eso hay que (re)estudiar a la luz de estos fenómenos, nociones como "alteridad" o "confianza".