¿Reconocer que "cultura" es un mito? Bien. ¿Sustituir el mito de la cultura por un reduccionismo sociologista de las categorías artísticas al estatus de "superestructuras" de clase, más aún, de una clase social metafísica que no existe ("burguesía")? Hmmm eso no tan bien.
Yo, Daniel, soy una mercancía en la ciudad-mercancía/museo/dormitorio, una mercancía imbuida de las dinámicas del Capital que adquiere mercancías artísticas proletarizadas, mercantilizadas y fetichistas.
A ver, fuera de bromas ya: ¿tiene viabilidad una Sociología del arte? Por supuesto, recomiendo fervientemente leer a Pierre Bourdieu. Pero creer que desde categorías socioeconómicas como "mercancía", "proletario" o "burgués" se puede explicar las implicaciones sociológicas de
los fenómenos artísticos del siglo XXI, cuando esas mismas clases sociales con criterio socioeconómico ya no existen porque la realidad del modelo económico vigente es mucho más compleja, y más aún cuando ni siquiera hay una coordinación uno a uno con los grupos sociales
que podemos establecer con criterios socioeconómicos respecto de los grupos sociales que verdaderamente tienen significado artístico, y siendo el caso que por tanto es estructuralmente imposible considerar las artes como segregación de esas clases socioeconómicas, nos lleva a
intuir que quizá las categorías con las que estamos operando no son las más adecuadas para construir una Sociología del arte (y al margen del alcance reductivo que luego se le conceda respecto del valor inmanentemente artístico de las obras objetivas en su estructura).
Es decir, los grupos sociales que aprecian la "alta cultura" ni siquiera son los grandes empresarios de las multinacionales, que son los que van a conciertos de Rihanna, sino las "clases medias-élites intelectuales", profesores universitarios, etc.
Una magufada marxista más de un señor que sencillamente lo que demuestra es que no tiene ni idea no ya de arte (ni de economía) sino menos aún de sociología y que se resiste a dejar de proyectar categorías hechas para la realidad de hace 150 años a la realidad presente. Fin.
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En el minuto 26 en adelante, Carlos Madrid trata la Teoría de juegos y la Teoría de la decisión en Economía:
Contrapone un orden axiomático de la Teoría de la decisión, en el que la Teoría de juegos aparece como una especificación porfiriana suya,
al orden histórico, en el que la Teoría de la decisión es posterior a la de juegos y consiste en una aplicación de la matemática recreativa (la de los juegos de estrategia, no de azar) a la Economía subjetual (praxiológica).
El modo de conexión que está ejercitado en el discurso de la pirámide del machismo es el esquema causal del holismo. Primeramente, partimos de la idea de machismo en tanto que idea más o menos oscura y confusa, proyectándola sobre realidades que van desde lo de la cocacola hasta
el asesinato a una mujer. En segundo lugar, y tomándolas como partes del todo distributivo que hemos construido, suponemos que puesto que todas estas conductas participan en cuanto «machismo» del todo, cada una de ellas tomada individualmente está conectada por conexión causal
con todas las demás, lo que es decir hipóstasis del todo respecto de las partes que le hemos adscrito. De aquí se seguiría que la cocacola tiene determinación causal sobre el asesinato, y que por tanto al alterar y eliminar la conducta institucionalizada de la cocacola, en tanto
Lo que hay que hacer con los estudios de desigualdades de roles de género no es negarlos sino -y tras examinar cuidadosamente que metodológicamente sean correctos- observar que no tienen un significado ético ni inmediato -desde luego- ni tampoco mediato. No tienen un significado
ético inmediato porque el que haya más mujeres en una profesión y más hombres en otras no implica en principio que haya perjuicio más hacia uno o hacia otro sexo (y aun presuponiendo que no hubiese la menor determinación biológica detrás, es decir aun partiendo del
cartesianismo). No tienen un significado ético mediato porque para tenerlo es necesario presuponer que hay una conexión entre esos roles de género tomados uno a uno, materialmente, y una opresión general de un sexo sobre otro, tomado formalmente.
Francisco Suárez, «Disputaciones metafísicas», Sección primera («Naturaleza de la filosofía primera o Metafísica»). Resumen:
-Introducción: nombres que la Metafísica recibe-
·«Sabiduría (sapientia)», pues es de orden especulativo, no práctico.
·«Filosofía», y por antonomasia «filosofía primera», pues implica afán por la sabiduría.
·«Teología natural», pues estudia a Dios y lo hace según la razón natural, no sobrenatural.
·«Metafísica», pues parte de las sustancias físicas, materiales (propias de la «filosofía natural»), y abstrae de ellas su materia, resultando así las sustancias metafísicas, inmateriales.
La definición de «sustancialización» como «concebir como sustancia lo que es un accidente» tiene un alcance solamente fenoménico, no esencial o crítico, si se la concibe conforme a las ideas de sustancia y accidente tal y como aparecen en la tradición aristotélico-escolástica.
Es necesario entonces, y partiendo de la reconstrucción de esa distinción como una oposición diamérica entre un grupo de transformaciones (accidentes) de la «misma» (identidad) totalidad, y una parte suya invariante (sustancia), que es la que le confiere su
«identidad -sintética- sustancial» a esa totalidad, precisar la idea de «sustancialización» como un límite dialéctico que, partiendo de una totalidad real y en transformación, la inmoviliza, es decir, torna invariante (sustancia) lo que no es invariante sino transformativo
Teoría de los grupos sociales (asociaciones, sociedades) de Bruno Latour en «Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red»:
Para que pueda hablarse de la existencia de un grupo social es necesario que los propios actores que lo conforman reconozcan explícita y verbalmente su existencia. Este reconocimiento es importante en función de las acciones de asociación que desempeñarán para mantenerlo.
En su dimensión distintiva, los actores identifican y definen los grupos rivales o antigrupos, cuya presión amenaza con disolver la asociación, tanto como identifican y definen su propio grupo de referencia precisamente en función de ellos.