En el progresismo argentino suele ser un lugar común decir “el país es rico, pero la riqueza está mal distribuida”. Más recientemente, pos-modernismo ecolochanta mediante, a este lugar común comienzan a agregarle un adagio preocupante: “no hace falta crecer”. Va hilo.
Sorprende que no adviertan la contradicción en decir que somos ‘ricos’ y al mismo tiempo sostener que nuestra estructura productiva es ‘primaria’, ‘extractivista’, etc.
No somos ricos, ningún país de la región lo es. Con suerte estamos a mitad de tabla. Es comprensible que no se enteren teniendo en cuenta que el post-estructuralismo detesta los números y desconfía de la ciencia.
También es llamativo que cuestionen el ‘crecimiento’ de una región que precisamente dejó de crecer hace varios años. Por lo visto vamos por el camino correcto.
¿Vamos por el camino correcto pero aún nos falta distribuir? Sería conveniente saber cuáles son esos ejemplos históricos de países o regiones que mejoraron la distribución del ingreso con economías estancadas. ¿O acaso la historia tampoco importa?
Para refinar un poco la reflexión podríamos evaluar lo que dicen Kate Pickett y Richard Wilkinson, dos ardientes defensores de la distribución del ingreso, en The Spirit Level.
Los autores reconocen que la correlación entre el PBI per cápita y los indicadores de desarrollo humano es incuestionable. La esperanza de vida, la salud física y mental, los niveles de educación, etc., tienden a acompañar al nivel de ingreso por habitante.
¿La distribución no influye? Influye una vez superado cierto umbral de pobreza… Digámoslo en términos sencillos: cuando el PBI per cápita supera el de España, la distribución – por mecanismos que merecen otro hilo- impacta más sobre las condiciones de vida que el PBI per cápita.
Desgraciadamente ningún país de la región superó ese umbral… Nos estamos alejando de ese nivel. Llámenlo como quieran, “trampa del ingreso medio… o pecho frío de equipo chico”.
Otros temas que ameritan hilos posteriores: 1) Siempre es conflictiva la distribución del ingreso y con una economía estancada mejor ni hablar. ¿Alguien seriamente imagina que ello sería posible sin niveles intolerables de violencia?
2) Difícil discutir seriamente con el post-materialismo. ¿Como se explica la oposición a la minería de quienes utilizan celulares, computadoras, automóviles? ¿La idea es consumir sin producir?
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Lugares Comunes, parte 2. Otro lugar común del progresismo se resume en la frase “crecimiento no es lo mismo que desarrollo”. Va hilo.
La frase contiene cierta cuota de verdad. Se pueden identificar países donde el PBI per cápita es comparativamente elevado y el indice de desarrollo humano no lo es tanto, o donde otros indicadores socialmente deseables no dan demasiado bien.
Otro elemento a tener en cuenta es que las economías poco complejas y diversificadas suelen perder posiciones con el paso del tiempo, aunque en determinado momento puedan exhibir elevadas tasas de crecimiento.
En ciencias sociales es difícil realizar experimentos. Si algo positivo nos deja el Covid-19, es que al impactar simultáneamente sobre todo el planeta funciona como un experimento natural para evaluar comportamientos sociales y capacidades estatales. Va hilo.
Aunque estas comparaciones no sean controlables como en un laboratorio, nos brindan una aproximación imperfecta a un tubo de ensayos para pensar las condiciones que facilitan o dificultan el desarrollo económico.
La mayoría de los países desarrollados ya eran desarrollados cuando se completó la Segunda Revolución Industrial (grosso modo 1870-1914). Los que llegaron a esa meta después fueron casos excepcionales.
Aclaración, como bien me apunta @ArielDvoskin, en este caso efectivamente la exclusión es imposible, pero con más de un factor no se puede definir en forma inequívoca en cual sector se tiene ventaja competitiva y en cual no. Es decir, ni siquiera es un concepto preciso.
Paul Krugman ha fustigado contra la idea de competitividad y la noción de que los países compiten unos con otros. Critica a los autores que defienden estas posiciones por incurrir en razonamientos falaces y descuidos aritméticos elementales.
Para Krugman siempre los países podrán especializarse en el comercio internacional en concordancia con sus ventajas comparativas. Quedar excluido del comercio sería imposible. Todo argumento proteccionista, para él, está flojo de papeles.
El Diego era mucho más que un jugador de fútbol. Los goles a Inglaterra y los pases a Caniggia y Burruchaga no alcanzan para explicar su magnetismo y trascendencia simbólica. La explicación debe buscarse por otro lado.
Se distinguió por dos rasgos inconfundibles: nunca olvidó sus orígenes y en toda grieta se inclinó por aquellos a quienes veía como más débiles.
Dicho de otro modo, tenía conciencia de clase (los que dicen que esta categoría está en desuso pues… en palabras del Diez “que la chupen y la sigan chupando”).